domingo, 3 de junio de 2012

La mayoría son estudiantes, motivados por la urgencia de frenar la corrupción
Se movilizan mexicanos en Madrid y repudian el posible retorno del PRI
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El jueves pasado frente al IFEFoto José Carlo González
Armando G. Tejeda
Corresponsal
Periódico La Jornada
Domingo 3 de junio de 2012, p. 3
Madrid, 2 de junio. Son en su mayoría jóvenes, estudiantes, mexicanos y tienen en común una convicción: el México actual no puede seguir por el mismo camino. Es momento de decir ¡basta ya! de corrupción, de mirar para otro lado sobre los principales problemas que aquejan al país, como la pobreza, la desigualdad, la violencia... Además son mexicanos residentes en el extranjero que decidieron crear el movimiento #YoSoy132 Madrid para compartir, desde la distancia, una contestación cívica que –sostienen– es apartidista, pero no apolítica y en ningún caso va a acabar el 1º de julio, sino que se convertirá en una forma de control y de exigencia para depurar la democracia mexicana.
El movimiento social de la primavera mexicana está traspasando las fronteras y hermanándose con otros fenómenos similares, como el 15M o la revolución de los indignados en España. Compartimos el mismo malestar por los mismos motivos, explicaron a La Jornada algunos jóvenes que se han sumado a la iniciativa y que ya están organizados y planeando los pasos a dar para articular su movimiento.
Cecilia Juárez (32 años) es indígena mixe y estudia una maestría en derecho fundamental. Su visión de México está condicionada por el maltrato histórico a los pueblos indígenas, los grandes olvidados. Explicó sus razones para sumarse a esta iniciativa ciudadana: Es un movimiento que ya se estaba esperando, pues en México las cosas están bastante mal. Y la debilidad de los candidatos, sobre todo del que está posicionado mejor, hizo que la gente reaccionara contra la política, pero también contra la manipulación de los medios de comunicación. Es un síntoma de que la inconformidad social va en aumento, que los sectores excluidos de la sociedad no son escuchados ni tomados en cuenta. En mi caso, que procedo del pueblo mixe, hemos estado en el olvido y precisamente por eso decidí sumarme a este movimiento.
Refugio Chávez (28), originario de Tijuana, quien estudia doctorado en gobierno y administración, afirmó: Aunque hay varios Méxicos, creo que el malestar es el mismo porque al final las instituciones son débiles y alguien tenía que decir ya basta. Estamos muy cansados de lo que sucede. Y queremos decir basta ya del control de los medios de comunicación que imponen sus intereses. Por eso decimos ya basta de decisiones políticas que no toman en cuenta ni a los pueblos indígenas ni a la gente que está sin trabajo, o que las políticas educativas están tomando un rumbo que no deberían. Y esto no sólo ocurre en México, está pasando en todo el mundo, en el que muchas voces estamos diciendo que el sistema como tal no está funcionando y los malestares son los mismos en todas partes. Por ejemplo, aquí en Madrid a través del 15M, o la primavera árabe o el Occupy Wall Street.
Salir y decir basta ya
Erick Alfredo Guerrero Márquez (40) es de la ciudad México y estudia un doctorado en políticas públicas, becado por la Agencia de Cooperación Española: “Este movimiento nos enseña que todo es posible. Que un mundo en transformación es posible en la medida en que pensemos que en cualquier parte del planeta hay personas, jóvenes y ancianos que les duele lo que pasa. Sólo tenemos que salir y decir basta ya. Y entonces todos esos malestares se van convirtiendo poco a poco en una agenda común. En el caso de México, los chicos universitarios están diciendo ‘basta con este estado de cosas, con este sistema, con esta mentira que nos cuentan a diario los políticos y los medios de comunicación’. Somos gente pensante que sentimos, que vivimos y que somos capaces de generar cooperación, solidaridad y contestación. Es imposible pensar en el movimiento 132 si no se le reconoce un nivel de conciencia de la situación del país y sus principales problemas, como la pobreza, la violencia, la desigualdad... Existía la conciencia de que esos problemas seguían ahí, no habían desaparecido y que, más aún, están fracturando al país”.
Georgina Hugues (25) es de Cancún y estudia maestría en periodismo. Se muestra convencida de las bondades de la movilización: Una de las principales razones por las que decidí unirme al movimiento es que es de jóvenes y la red de comunicación es por medios alternativos. Es una demostración de que se equivocaban los que dijeron durante tanto tiempo que si los jóvenes estábamos dormidos, que si éramos unos apáticos que no queríamos estudiar ni trabajar, sin ponerse a pensar que era porque no había opciones. Que no teníamos oportunidades.
Erick Palomares (27) es de Guadalajara y estudiante de doctorado de gobierno y administración de la Fundación José Ortega y Gasset, explicó: “Creo que es un movimiento que era necesario, que dice ‘somos apartidistas pero no apolíticos’. Además de empezar a señalar con todas sus letras los problemas que más daño hacen al país, como Televisa, Elba Esther Gordillo o la corrupción. Es un movimiento que sólo es posible que ocurra en una sociedad informada que ha sabido crear una herramienta de comunicación y organización que ya no nos la pueden quitar. Eso ya está ahí para controlar y vigilar a los actores políticos”.
A lo anterior añade Refugio Chávez: No es casual que uno de los temas centrales sean los medios electrónicos, la televisión. Pues si consideramos que el derecho a la información es la base de la discusión de cualquier política pública y si de entrada ya tienes unos medios que te están sesgando la información y que te manipulan permanentemente eso produce un malestar gigantesco, que ahora surge.
Mientras Cecilia, la mixe, subraya: En Oaxaca el movimiento ha crecido mucho, aunque es verdad que a veces es difícil llegar a las comunidades más lejanas. Pero la ventaja del movimiento es que pretende trascender al 1º de julio. Estamos construyendo la agenda precisamente porque esta respuesta social se inicia y no se termina el 1º de julio, precisamente porque una de las razones del movimiento es crear más conciencia social, más crítica y estar más vigilante de sus gobernantes. De esta manera, los sectores más vulnerables, como los pueblos indígenas, se pueden ir sumando y estar presentes ahí.
Lo peor de nuestra historia
Georgina argumenta por qué repudian el regreso del PRI y sus métodos: No tiene que volver el PRI por todo lo que representa. Es una historia que no es tan lejana y que representa lo peor de nuestra historia, como la represión a los periodistas, la corrupción, la violencia política, el nepotismo... Y nosotros queremos conseguirlo. Me incluyo porque nosotros, aunque estemos en el exterior, no estamos huyendo de México, al contrario nos estamos formando fuera para volver, para intentar cambiar las cosas, para mejorar nuestra sociedad.
Una opinión que comparte el candidato a doctor Guerrero Márquez: “No queremos que vuelva el PRI porque no queremos que el futuro sea el de la trampa, de la mentira, del mal uso de los recursos públicos. Durante 70 años estructuraron una sociedad que en todos los aspectos hacía uso de prácticas fraudulentas y corruptas y sólo así tenías futuro en el país. Y eso no se puede permitir. Ningún pueblo se queda inmutable con lo que está pasando. Nos duele y ese dolor hace posible este diálogo. Y que a través de ese diálogo articulemos una respuesta a todo lo que está ocurriendo.
Concluye Erick Palomares: Quizá nos estamos equivocando al decir que el régimen y el sistema de la mentira y la corrupción, que representó el PRI, ha sido sólo de 70 años. No podemos ser condescendientes y deberíamos reconocer que esa realidad sigue ahí, que han sido 82 años de un régimen que sigue vigente.

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