viernes, 15 de junio de 2012

La versión de Hillary Clinton sobre los helicópteros rusos en Siria


La secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, encontró una nueva fuente de inestabilidad para Oriente Próximo.
Para perplejidad de los observadores, se trata de la confusa historia en torno a los suministros de los helicópteros rusos de combate a Siria. La elección de este episodio en la larga historia de la cooperación militar ruso-siria es cuanto menos sorprendente.
El Pentágono no apoya a Clinton
"Estamos preocupados por la última información que tenemos, que hay helicópteros de combate de camino a Siria desde Rusia, lo que hará que el conflicto se agudice dramáticamente", dijo Clinton en un foro organizado por el centro de estudios Brookings.
Sin embargo, el portavoz del Departamento de Defensa de EEUU, John Kirby, admitió más tarde que carece de información sobre el particular. “No he visto informaciones sobre suministro de helicópteros de combate a Siria por parte de Rusia. Lo único que puedo afirmar ahora es que mantenemos consultas con nuestros socios rusos y les llamamos a apoyar la presión internacional sobre Siria”, dijo Kirby el pasado martes 12 de junio.
No es la primera vez que los políticos de terceros países atacan la cooperación militar rusa. Al mismo tiempo está servido el escándalo en torno a las acusaciones formuladas por el Consejo Nacional de Inteligencia de EEUU de que la corporación pública rusa Rosoboronexport traspasó a Irán a espaldas de la ONU y del Gobierno de Rusia tecnologías para el desarrollo de misiles balísticos, supuestamente al presentarlas como equipos para satélites comerciales. Según los expertos, estas acusaciones son absolutamente infundadas.
Un pretexto extraño
No es ninguna novedad que Siria compra armas a Rusia desde hace varios decenios. Actualmente la cartera de pedidos de exportación de material bélico ruso a este país árabe asciende a unos 3.500 millones de dólares. Pero los helicópteros no son precisamente el grueso de los suministros rusos. En los contratos militares vigentes de los últimos años hay cosas mucho más interesantes que el dudoso pedido de unos helicópteros.
Por ejemplo, recientemente Siria adquirió sistemas antiaéreos de mediano alcance Buk-M2E y sistemas antiaéreos de cañón-misil Pantsir-S1. Sin embargo, estos sistemas son meramente defensivos y, por lo tanto, Rusia no incumple ninguna normativa internacional, aunque en 2011 el Kremlin apoyó las sanciones del Consejo de Seguridad de la ONU contra Siria y congeló mediante una orden especial del presidente ruso los suministros a Teherán de los cinco batallones de sistemas de defensa S-300PMU-1, no contemplados en la resolución 1929.
Está firmado también el contrato para el suministro a Siria de 24 cazas MiG-29M/M2, una versión polivalente con posibilidad de ataque terrestre del caza multifuncional de emplazamiento en portaaviones y buques de superficie MiG-29K/KUB que se fabrican bajo pedido de la Marina de la India. El envío de estos aparatos a Siria sería un pretexto mucho más consistente para un escándalo que las ventas de unos hipotéticos helicópteros.
Qué decir entonces de los contratos para la modernización de los carros de combate T-72 por especialistas rusos. Este carro se está utilizando en la guerra civil en Siria mucho más que los helicópteros, así que los contratos que prevén la modernización de unos 1.000 carros blindados harían con mucha más facilidad “que el conflicto se agudice dramáticamente”.
Podría servir también otro aspecto de cooperación militar ruso-siria: el traspaso de sistemas de artillería costera Bastion con misiles antibuque supersónicos Yajont. Según los datos de dominio público, este proyecto se está realizando desde el año pasado. Utilizar los misiles antibuque contra los insurgentes no tiene ningún sentido pero el hecho de suministrarlos podría constituir una acusación mucho más fundada contra Rusia.
Los helicópteros de combate son un mal pretexto ya que no hay “huellas recientes” de los envíos de este tipo de aparatos de Rusia a Siria. Los expertos militares comparten la opinión de que si se ha realizado algún envío últimamente, es la devolución al ejército sirio de sus propios helicópteros Mi-25 después de los trabajos de reparación y modernización realizados en Rusia.
Nada más que decir de los suministros de los helicópteros de combate al Oriente Próximo. Solo una cosa: Estados Unidos envía esta clase de aparatos, AH-64 Apache, a Arabia Saudita cuyas Fuerzas Armadas hace poco participaron activamente en el aplastamiento de los desórdenes en Bahrein.
Los motivos reales
¿Por qué es tan importante Siria para Rusia y por qué no cesan los escándalos internacionales en torno a la cooperación militar entre estos países? Este no es el primer ataque: en la década de 2000 Moscú tuvo que ceder ante la presión de Washington y Tel Aviv renunciando a la idea de vender a Damasco los sistemas de misiles tácticos Iskander.
Siria es un constante comprador de las armas rusas y hasta hace poco cumplía con formalidad los contratos militares. Últimamente la situación financiera de Damasco se ha visto mermada, aunque el gobierno de Bashar Asad sigue siendo un cotizado comprador de material bélico ruso.
Además, hace falta tomar en cuenta los motivos geopolíticos. Damasco ha sido y sigue siendo casi el único socio leal de Moscú en Oriente Próximo. Junto con Argelia, Siria es el último régimen laico y nacionalista (frente al islamismo reinante) del Magreb y Oriente Medio sin contar las monarquías árabes “progresistas” como Jordania y Kuwait.
Junto con el éxito de los islamistas, que poco a poco se están haciendo con el poder en Oriente Medio aprovechándose de la “primavera árabe”, Damasco se distinguía a pesar de todas sus particularidades por una política clara y consecuente, tanto durante el gobierno de Asad padre como de Asad hijo. Ahora Moscú, que pretende desarrollar una estrategia regional muy activa, no se puede permitir perder a un aliado tan valioso.
La gota que colma el vaso es el factor psicológico. El Kremlin se quedó muy descontento con los resultados de la guerra en Libia de 2011. En aquella ocasión la postura de Moscú fue algo equívoca, lo cual muchos en Rusia interpretaron como una traición. Esta supuesta traición solo fue un mito ya que la Libia de Gadafi, a diferencia de la Siria de Asad, no se mostraba demasiado pro-rusa.
Sea como fuere, en el caso de Damasco el Kremlin está decidido de corregir los errores cometidos con Libia y seguir manteniendo su postura firme. Es difícil prever el resultado, pero está claro que todos los esfuerzos de Rusia serán en vano si no se transforma en una política realmente proactiva en Oriente Medio, absolutamente necesaria en la región también por la amenaza que se cierne en torno a Irán.
Si Rusia aplica una política proactiva con el apoyo de los gobiernos amigos, se impulsará la cooperación militar. Así que es probable que los helicópteros rusos de combate lleguen hasta Siria. Algún día.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE OBLIGATORIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI

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