La secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, encontró una nueva fuente de inestabilidad para Oriente Próximo.
Para perplejidad de los observadores, se trata de la confusa historia en
torno a los suministros de los helicópteros rusos de combate a Siria. La
elección de este episodio en la larga historia de la cooperación militar
ruso-siria es cuanto menos sorprendente.
El Pentágono no apoya a Clinton
"Estamos preocupados por la última información que tenemos, que hay
helicópteros de combate de camino a Siria desde Rusia, lo que hará que el
conflicto se agudice dramáticamente", dijo Clinton en un foro organizado por el
centro de estudios Brookings.
Sin embargo, el portavoz del Departamento de Defensa de EEUU, John Kirby,
admitió más tarde que carece de información sobre el particular. “No he visto
informaciones sobre suministro de helicópteros de combate a Siria por parte de
Rusia. Lo único que puedo afirmar ahora es que mantenemos consultas con nuestros
socios rusos y les llamamos a apoyar la presión internacional sobre Siria”, dijo
Kirby el pasado martes 12 de junio.
No es la primera vez que los políticos de terceros países atacan la
cooperación militar rusa. Al mismo tiempo está servido el escándalo en torno a
las acusaciones formuladas por el Consejo Nacional de Inteligencia de EEUU de
que la corporación pública rusa Rosoboronexport traspasó a Irán a espaldas de la
ONU y del Gobierno de Rusia tecnologías para el desarrollo de misiles
balísticos, supuestamente al presentarlas como equipos para satélites
comerciales. Según los expertos, estas acusaciones son absolutamente
infundadas.
Un pretexto extraño
No es ninguna novedad que Siria compra armas a Rusia desde hace varios
decenios. Actualmente la cartera de pedidos de exportación de material bélico
ruso a este país árabe asciende a unos 3.500 millones de dólares. Pero los
helicópteros no son precisamente el grueso de los suministros rusos. En los
contratos militares vigentes de los últimos años hay cosas mucho más
interesantes que el dudoso pedido de unos helicópteros.
Por ejemplo, recientemente Siria adquirió sistemas antiaéreos de mediano
alcance Buk-M2E y sistemas antiaéreos de cañón-misil Pantsir-S1. Sin embargo,
estos sistemas son meramente defensivos y, por lo tanto, Rusia no incumple
ninguna normativa internacional, aunque en 2011 el Kremlin apoyó las sanciones
del Consejo de Seguridad de la ONU contra Siria y congeló mediante una orden
especial del presidente ruso los suministros a Teherán de los cinco batallones
de sistemas de defensa S-300PMU-1, no contemplados en la resolución 1929.
Está firmado también el contrato para el suministro a Siria de 24 cazas
MiG-29M/M2, una versión polivalente con posibilidad de ataque terrestre del caza
multifuncional de emplazamiento en portaaviones y buques de superficie
MiG-29K/KUB que se fabrican bajo pedido de la Marina de la India. El envío de
estos aparatos a Siria sería un pretexto mucho más consistente para un escándalo
que las ventas de unos hipotéticos helicópteros.
Qué decir entonces de los contratos para la modernización de los carros de
combate T-72 por especialistas rusos. Este carro se está utilizando en la guerra
civil en Siria mucho más que los helicópteros, así que los contratos que prevén
la modernización de unos 1.000 carros blindados harían con mucha más facilidad
“que el conflicto se agudice dramáticamente”.
Podría servir también otro aspecto de cooperación militar ruso-siria: el
traspaso de sistemas de artillería costera Bastion con misiles antibuque
supersónicos Yajont. Según los datos de dominio público, este proyecto se está
realizando desde el año pasado. Utilizar los misiles antibuque contra los
insurgentes no tiene ningún sentido pero el hecho de suministrarlos podría
constituir una acusación mucho más fundada contra Rusia.
Los helicópteros de combate son un mal pretexto ya que no hay “huellas
recientes” de los envíos de este tipo de aparatos de Rusia a Siria. Los expertos
militares comparten la opinión de que si se ha realizado algún envío
últimamente, es la devolución al ejército sirio de sus propios helicópteros
Mi-25 después de los trabajos de reparación y modernización realizados en
Rusia.
Nada más que decir de los suministros de los helicópteros de combate al
Oriente Próximo. Solo una cosa: Estados Unidos envía esta clase de aparatos,
AH-64 Apache, a Arabia Saudita cuyas Fuerzas Armadas hace poco participaron
activamente en el aplastamiento de los desórdenes en Bahrein.
Los motivos reales
¿Por qué es tan importante Siria para Rusia y por qué no cesan los escándalos
internacionales en torno a la cooperación militar entre estos países? Este no es
el primer ataque: en la década de 2000 Moscú tuvo que ceder ante la presión de
Washington y Tel Aviv renunciando a la idea de vender a Damasco los sistemas de
misiles tácticos Iskander.
Siria es un constante comprador de las armas rusas y hasta hace poco cumplía
con formalidad los contratos militares. Últimamente la situación financiera de
Damasco se ha visto mermada, aunque el gobierno de Bashar Asad sigue siendo un
cotizado comprador de material bélico ruso.
Además, hace falta tomar en cuenta los motivos geopolíticos. Damasco ha sido
y sigue siendo casi el único socio leal de Moscú en Oriente Próximo. Junto con
Argelia, Siria es el último régimen laico y nacionalista (frente al islamismo
reinante) del Magreb y Oriente Medio sin contar las monarquías árabes
“progresistas” como Jordania y Kuwait.
Junto con el éxito de los islamistas, que poco a poco se están haciendo con
el poder en Oriente Medio aprovechándose de la “primavera árabe”, Damasco se
distinguía a pesar de todas sus particularidades por una política clara y
consecuente, tanto durante el gobierno de Asad padre como de Asad hijo. Ahora
Moscú, que pretende desarrollar una estrategia regional muy activa, no se puede
permitir perder a un aliado tan valioso.
La gota que colma el vaso es el factor psicológico. El Kremlin se quedó muy
descontento con los resultados de la guerra en Libia de 2011. En aquella ocasión
la postura de Moscú fue algo equívoca, lo cual muchos en Rusia interpretaron
como una traición. Esta supuesta traición solo fue un mito ya que la Libia de
Gadafi, a diferencia de la Siria de Asad, no se mostraba demasiado pro-rusa.
Sea como fuere, en el caso de Damasco el Kremlin está decidido de corregir
los errores cometidos con Libia y seguir manteniendo su postura firme. Es
difícil prever el resultado, pero está claro que todos los esfuerzos de Rusia
serán en vano si no se transforma en una política realmente proactiva en Oriente
Medio, absolutamente necesaria en la región también por la amenaza que se cierne
en torno a Irán.
Si Rusia aplica una política proactiva con el apoyo de los gobiernos amigos,
se impulsará la cooperación militar. Así que es probable que los helicópteros
rusos de combate lleguen hasta Siria. Algún día.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE OBLIGATORIAMENTE CON LA DE RIA
NOVOSTI
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