domingo, 24 de junio de 2012

El movimiento busca generar su propia iconografía, a semejanza de la creada en 1968
Conviven la política y el arte en el festival organizado en el Zócalo por #YoSoy132
El encuentro, una utopía, afirma estudiante
El rechazo a Peña, presente de varias formas
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Decenas de miles de jóvenes participaron en el #Festival132Foto José Carlo González
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Decenas de miles de jóvenes participaron en el #Festival132, en el cual hubo música, pintura, poesía, instalaciones y otras expresiones artísticasFoto José Carlo González
Arturo García Hernández y Laura Poy Solano
Periódico La Jornada
Domingo 24 de junio de 2012, p. 13
Mariana, estudiante de la Preparatoria Uno, hizo la mejor definición del #Festival132: una utopía. Ella fue una de los miles de adolescentes que acudieron ayer al Zócalo, y aunque no podrá votar el primero de julio, comparte la causa de los universitarios que cambiaron el rostro al proceso electoral por la Presidencia, los que quieren un país con justicia, libertad, igualdad y paz.
La policía capitalina estimó, en el mejor momento de la reunión, que hubo unas 19 mil personas. El cálculo parece conservador, pues vista desde el techo de un camión que los organizadores facilitaron para los fotógrafos la plancha lució completamente llena.
Hacia las 10 de la mañana grupos de jóvenes comenzaron a congregarse en un espacio que fue un escaparate donde se pudo apreciar en toda su diversidad la producción cultural y artística del movimiento estudiantil que nació el 11 de mayo.
Festival, fiesta, carnaval, pachanga, concierto, catarsis donde la cumbia cohabitó con el hip hop, la gráfica con la escultura, los bailarines con los malabaristas, la consigna política con la poesía; aula colectiva al aire libre, donde sin roles de aprendiz y maestro unos enseñaban a otros a pintar, grabar, dibujar, a elaborar esténciles, hacer papalotes, en un ambiente de concordia y tolerancia mutua.
Las ideas quedaban plasmadas: A toda opresión, una rebelión y después la libertad, La mía es de esas voces que ansían gritar rebeldía y La vida comienza cuando empiezas a vivirla.
Beatriz, estudiante de diseño gráfico en la Ibero y coordinadora de uno de los murales colectivos, describió así lo que ocurría: estamos aquí expresando nuestra opinión política, pero no sólo eso, sino todo lo que ya no queremos callarnos. Invitamos a la gente a que pintara lo que quisiera, a que dijera lo que sentía con toda libertad.
Martha Muñoz, del colectivo Artistas Aliados y estudiante de la Escuela Nacional de Artes Plásticas, destacó que el arte también es política. Es vehículo y mensaje que comunica, pero también critica, sostuvo.
Agregó que en el festival participaron como voluntarios y organizadores alumnos de 24 escuelas de arte, de instituciones tanto públicas como privadas, porque #YoSoy132 también ha sido un espacio de encuentro para nosotros. Hasta el surgimiento del movimiento cada quien estaba en lo suyo, pero en una semana, luego del 11 de mayo, armamos nuestra primera asamblea. Nos convocó el interés de darle una imagen a la lucha, recuperar la de 1968, hacerla nuestra y al mismo tiempo diferente.
Nuestra arma es la educación
En efecto, el movimiento estudiantil de 1968 generó una gráfica ampliamente reconocida, ahora el movimiento #YoSoy132 está produciendo su propia iconografía. Como un cartel en el que la foto de un niño armado, tomada por los hermanos Casasola, se funde con un nuevo mensaje. La carabina que portaba el menor es remplazada por un lápiz y la leyenda Nuestra arma es la educación y la información.
Los pintores Marisa Lara y Arturo Guerrero, en cuya obra lo social y lo popular tienen un papel central, miraban con emoción y sorpresa el espectáculo de creatividad y convivencia en el Zócalo. Esta mezcla de la política con el perfomance, la instalación, la pintura, la poesía y la venta de botones y carteles a Marisa le gusta mucho y le renueva la esperanza en este país, “que de repente apesta a anquilosamiento y a directrices estéticas e institucionales cosificadas; me gustan mucho estos jóvenes que vienen a presumir sus pelos parados, sus piercings, sus tatuajes; ojalá esto haga mella en el corazón de mucha gente”.
La actitud crítica de los jóvenes expresada en esta música, en esta pintura, en este arte, llenó del vigor que necesita nuestro país, resaltó Arturo Guerrero.
Alejandro Silva, estudiante de sociología de la Universidad Autónoma Metropolitana, estaba fascinado, no sólo por la capacidad de convocatoria del movimiento, sino por la multiculturalidad representada en el festival. Imagínate lo que esto es para mí como sociólogo, expresó.
Lo que estuvo presente de un modo u otro a lo largo del festival fue el rechazo al candidato priísta, Enrique Peña Nieto.
Fue tema en una canción de hip hop, en los mensajes de los murales colectivos, en los grafitis y a lo largo del concierto, donde también se proyectó un video donde exponen las 30 razones para no votar por el ex gobernador mexiquense.
A juzgar por la asistencia, la creatividad mostrada, la calidad de la convivencia, podría decirse que el movimiento #YoSoy132 obtuvo otro triunfo político y de imagen que se suma al debate realizado el pasado 19 de junio.

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