American curios: Entre dos palabras
Escrito por
David Brooks/La Jornada
De repente, ser "socialista" está de
moda en Estados Unidos. Dos de las figuras políticas más influyentes en
este país se identifican como "socialistas democráticos". Uno es el
senador Bernie Sanders (en imagen de archivo), quien el sábado comenzó
su segunda campaña en busca de la presidencia, y la otra es la
legisladora Alexandria Ocasio-Cortez, de 29 años, la mujer más joven en
llegar al Congreso. Foto Afp
Como periodistas dedicados a reportar sobre Estados Unidos, hay
dos palabras que hasta hace poco nunca imaginamos necesitar para relatar
la coyuntura en este país: fascismo y socialismo.
Aunque lo hemos comentado anteriormente, vale repetirlo ahora al
arrancar el largo camino a las elecciones de 2020, ya que esas dos
palabras –y sigue siendo asombroso decirlo– definirán de alguna manera
lo que viene.
Por un lado, con el bufón peligroso en la Casa Blanca se expresa un
tipo de "neofascismo": la toma del poder por una figura populista de
derecha promovida por un sector retrógrada de la cúpula económica del
país, quien emplea el racismo y la xenofobia para nutrir el temor y el
odio, y que invita a sectores, sobre todo blancos asustados por los
cambios en su país, a un glorioso pasado que nunca existió. A la vez,
busca minar la credibilidad de las instituciones, medios no leales y
cualquier opositor acusándolos de ser "enemigos del pueblo" o parte del
complot de un "Estado profundo".
Tal vez lo más escalofriante de la comparecencia de Michael Cohen, el
ex abogado personal de Trump, quien denunció durante horas el
comportamiento criminal de su ex jefe ante el Congreso la semana pasada,
fue el final, donde afirmó: "dada mi experiencia trabajando para el
señor Trump, temo que si pierde la elección en 2020, nunca habrá una
transición pacífica del poder, y es por esto que acepté presentarme hoy
ante ustedes".
John Dean, quien fue abogado de Richard Nixon y testificó en su
contra ante el Congreso, advierte en un artículo en el New York Times,
que Trump es el primer presidente "autoritario", después de su ex jefe, y
subrayó lo dicho por Cohen.
O sea, están alertando acerca de que el actual presidente podría
rehusar, por primera vez desde la Guerra Civil, la transición pacífica
del poder político, pilar fundamental de la democracia estadunidense.
La otra palabra, socialismo, ha renacido –después de ser una palabra
casi prohibida o como identificación de un enemigo histórico– como
antídoto a estas tendencias neofascistas. De repente, ser "socialista"
está de moda, sobre todo entre los jóvenes. Dos de las figuras políticas
más influyentes y con mayor presencia popular en este país se
identifican como "socialistas democráticos": el senador Bernie Sanders,
quien acaba de estrenar su segunda campaña, a los 77 años edad, y la
legisladora novata Alexandria Ocasio-Cortez, a sus 29 años, la mujer más
joven en llegar al Congreso.
Es importante subrayar que el "socialismo" en este contexto se
refiere más al tipo practicado por socialdemócratas en países europeos.
No proponen el fin del capitalismo, sino una serie de reformas
fundamentales para fortalecer el sistema de bienestar social para las
mayorías, denunciar la concentración de riqueza y poder político del
"uno por ciento" y establecer mayor "justicia política, económica,
racial y ambiental".
Ahora, al arrancar la contienda presidencial de 2020, todo indica que
gran parte de la batalla girará en torno a estas dos palabras.
Los republicanos ya decidieron que su estrategia es pintar de rojo a
los demócratas. Trump declaró la semana pasada ante una organización
conservadora que “el socialismo se trata sólo de una cosa: se llama
poder para la clase gobernante. Todos estamos aquí hoy porque sabemos
que el futuro no les pertenece a aquellos que creen en el socialismo…
creemos en el sueño americano, no en la pesadilla socialista”.
El vicepresidente, Mike Pence, usó el mismo guion: “la decisión que
enfrentamos hoy… es entre la libertad y el socialismo… el momento en que
America se vuelva un país socialista es el día en que America deja de
ser America”.
Sanders y sus aliados nunca dicen que su lucha es por el
"socialismo", afirman que es para derrotar "al presidente más peligroso
de la era moderna" y rescatar los principios y avances democráticos de
este país el fruto de sus grandes luchas laborales, de derechos civiles y
antiguerra, y ahora, por el futuro ambiental del planeta.
Tal vez es el momento, entre estas dos palabras, de traducir Bella Ciao al inglés.
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