
Paramilitares, autodefensas, policías comunitarias: así se diferencian los grupos armados en México (fotos)
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Sputnik / Eliana Gilet
La
existencia de grupos armados en México es muy amplia y variada: va
desde los grupos paramilitares vinculados a la clase política, hasta
ejércitos privados al servicio de grupos de poder y empresarios, pasando
por las autoorganizaciones de comunidades indígenas y de hacendados,
que también guardan diferencias. Sputnik te presenta este abanico.
Aunque
el término "paramilitar" no sea de uso común en México, la presencia de
ejércitos irregulares en todo el territorio se multiplicó una vez que
comenzó la estrategia frontal contra el crimen organizado. Como
consecuencia, se dispararon los casos de graves violaciones a los derechos humanos.
Las autoridades mexicanas han identificado la presencia de nueve grupos principales
vinculados al crimen organizado, pero no se tiene una cifra certera de
cuántas personas han sido convertidas en soldados irregulares a sus
servicios.
El despliegue de estos grupos en el territorio nacional tampoco es
nueva: basta recordar su presencia en la masacre del movimiento
estudiantil de 1971 denominada 'Halconazo' —referida recientemente en la
película 'Roma'—. También, durante el período del terrorismo de Estado en Guerrero, en la misma época.
Tal vez el fenómeno más complejo de entender sobre los grupos armados sean las autodefensas y las policías comunitarias.
Según el trabajo de la investigadora Laura Castellanos,
durante el Gobierno de Enrique Peña Nieto, distintos grupos de
autodefensa se levantaron en 22 de los 32 estados del país, aunque no
todos se mantuvieron activos.
Para Castellanos, fueron "una manifestación de la crisis del sistema
de seguridad y del sistema de Justicia" e hicieron visible la densa red
que une a "agentes del Estado, criminales, iniciativa privada,
paraestatales por razones de colusión o de corrupción".
Hernández Navarro por su parte, sostiene que ha habido una "clara
coordinación" entre militares y algunos grupos de autodefensas, tanto en
cuanto al armamento como en tácticas operativas. Su presencia no está
legislada. Al levantarse y desplazar a las policías locales, las
autodefensas han replicado en su mayoría los métodos de las
instituciones que buscaban combatir.
Uno de sus principales puntos álgidos es el manejo discrecional de sus propias cárceles, donde las condenas varían y se aplican castigos físicos. También es controvertida su táctica de patrullaje y vigilancia que se asemejan a las militares. Las policías comunitarias, en cambio, vienen de una tradición ancestral. Según cita Hernández al intelectual y abogado mixteco Francisco López Bárcenas, "son una realidad en todo el país, tienen historia y diversos tipos".
Las
policías comunitarias de los pueblos originarios se sostienen en el
aval constitucional que les permite mantener sus propios sistemas
normativos. En el caso de Guerrero, existió una ley local que las
reconocía, aunque fue recientemente modificada para eliminarlas de la
legislación.
Fue en ese estado donde se creó la Coordinadora Regional de
Autoridades Comunitarias (CRAC) un sistema único de impartición de
justicia comunitaria y vigilancia de su aplicación, que lleva 23 años
funcionando en varias comunidades indígenas.

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Michoacán. Armas en la mesa de la comida de las autodefensas michoacanas.
"Los grupos paramilitares son una red
de pequeños ejércitos irregulares que cuentan con mandos, integrados
por indígenas y campesinos pobres, reclutados en comunidades
beneficiarias de las redes clientelares del priismo tradicional [el
Partido Revolucionario Institucional, fuerza política hegemónica a lo
largo de la historia de México]", explica el periodista y escritor Luis
Hernández Navarro en su libro 'Hermanos en armas'.
Los integrantes son "entrenados y financiados" por una
especie alianza estratégica entre "las fuerzas de seguridad pública y
los grupos de poder local, cuyo objetivo central es tratar de frenar la
expansión de la organización campesina e indígena independiente", señala
Hernández Navarro.

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Michoacán. Autodefensa apunta con su arma.
El investigador refiere que la formación de grupos
paramilitares en México "proviene de una decisión estratégica del
poder": con ayuda de estas fuerzas, pueden actuar con la impunidad que
les garantiza estar fuera del escrutinio público.
"Son el instrumento para hacer la guerra que el
Ejército federal no puede hacer directamente, para tratar de frenar la
expansión de la insurgencia", sostiene Hernández.

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Guerrero. Militar observa una escena del crimen perpetuado por paramilitares.
En su trabajo, diferencia a su vez a otros tipos de grupos
armados privados. Por un lado a las guardias blancas, identificados como
"pistoleros al servicio de finqueros, latifundistas o grandes
agricultores", que "actúan bajo sus órdenes".
Por otro, están los escuadrones de la muerte que son
"grupos clandestinos que operan sobre todo en el medio urbano,
amenazando y atacando a activistas populares y defensores de derechos
humanos, y usualmente están cohesionados por ideologías anticomunistas e
integrados por elementos de las fuerzas públicas".
Autodefensas y policías comunitariasTal vez el fenómeno más complejo de entender sobre los grupos armados sean las autodefensas y las policías comunitarias.

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Michoacán. Cárcel de autodefensas michoacanos.
Nacidos en Michoacán, en 2013, los grupos de autodefensas
fueron promovidos por empresarios y productores medianos y grandes de la
zona, aguacateros, limoneros y mineros locales, que asumieron el
discurso del Estado contra el crimen organizado.
"Surgen aquí porque en el Puerto de
Lázaro Cárdenas confluyen los intereses mineros y de la droga. Comparten
el mismo modelo económico, quienes hacen el verdadero dinero son
quienes distribuyen la mercancía en el primer mundo, no estos
muchachitos de 13 o 14 años con un arma cuidando un sembradío de
marihuana en los cerros", opinó Raymundo Ortiz, abogado cercano a los
grupos de autodefensa michoacanos.

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Ortiz no dudó en señalar la "descomposición social" y
ecológica ocasionada por las explotación minera en territorio michoacano
como uno de los factores que han originado esta crisis.

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Guerrero. Niño corre frente una manta que exige la liberación de Gonzalo Molina.
Uno de sus principales puntos álgidos es el manejo discrecional de sus propias cárceles, donde las condenas varían y se aplican castigos físicos. También es controvertida su táctica de patrullaje y vigilancia que se asemejan a las militares. Las policías comunitarias, en cambio, vienen de una tradición ancestral. Según cita Hernández al intelectual y abogado mixteco Francisco López Bárcenas, "son una realidad en todo el país, tienen historia y diversos tipos".
López Bárcenas puede mencionar casos en el norte de México,
como las "guardias tradicionales de los pueblos seri y yaqui", así como
encontrar estas manifestaciones autónomas en la "guardia tradicional
maya que resguarda a Chan Santa Cruz, en el municipio de Carrillo
Puerto".
"Se trata de estructuras indígenas forjadas a
través de los años, junto con ellas existen las policías comunitarias de
las comunidades que año con año son nombradas entre sus mismos
integrantes para que se encarguen de la seguridad", explica el abogado a
Hernández en su libro.

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Guerrero. Policía comunitario de la Coordinadora Regional de Autoridades durante sus labores nocturnas.
Esa es la principal diferencia con las autodefensas, cuyos
integrantes no son elegidos por los pueblos ni tampoco tienen que rendir
cuentas ante sus asambleas, como sí sucede con las policías
comunitarias de las comunidades indígenas. Hernández Navarro destaca
también que las autodefensas suelen no tener reglamentos ni principios
de funcionamiento.
Castellanos puntualizó en diálogo con Sputnik que las
autodefensas "tienen vínculos con los Gobiernos y algunas de ellas han
sido legalizadas, como en la experiencia de Michoacán", aunque fuera
inconstitucional, porque no buscan derrocar al Gobierno de turno, sino
exigirle que realice sus funciones en cuestiones de seguridad".

Esto no ha impedido que sus principales referentes sean
perseguidos y encarcelados, mediante procesos falseados, en los que se
les atribuyen delitos de alto impacto. Uno de sus principales
referentes, Gonzalo Molina, de la policía comunitaria de Tixtla, fue
liberado a comienzos de este mes, tras cinco años de cárcel arbitraria.

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Michoacán. Autodefensa michoacano en su patrullaje nocturno.
Desde su reclusión, Molina insistió en que la verdadera
vocación de la CRAC es defender su territorio, tanto del crimen
organizado como de los proyectos extractivos que amenazan la vida
comunitaria, indígena y mestiza. Para Molina, la cuestión de fondo es
económica, y busca frenar la organización autónoma de los pueblos.
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