sábado, 29 de julio de 2017

Así planea Estados Unidos boicotear la Constituyente en Venezuela


El pasado 13 de julio tuvo lugar una reunión confidencial en la misión estadounidense de la Organización de Estados Americanos (OEA) con sede en Washington, organizada por el Departamento de Estado de los Estados Unidos ¿El tema? Boicotear la Asamblea Constituyente a la que ha convocado el gobierno de Venezuela para el próximo día 30.
Así planea Estados Unidos boicotear la Constituyente en Venezuela
La reunión fue presidida por el subsecretario asistente de Estado para el hemisferio occidental y ex representante permanente de EEUU ante la OEA, Michael Fitzpatrick, y el director para América Latina del Consejo de Seguridad Nacional estadounidense, Juan Cruz. Fueron invitados, bajo específica selección, diplomáticos de Latinoamérica, el Caribe, Europa y Asia.
Luego de repetir las consabidas opiniones injerencistas sobre Venezuela, Fitzpatrick y Cruz dieron instrucciones a sus invitados para iniciar una fuerte campaña mediática en contra de la Asamblea Constituyente con el pretexto de que tales comicios podrían generar más violencia en el país. Al mismo tiempo, anunciaron sanciones contra el país bolivariano y chantajearon a los representantes diplomáticos para que los gobiernos de sus países impusieran sanciones bilaterales, similares a las operadas por Estados Unidos.
El problema de la Casa Blanca es que la OEA y su titular, Luis Almagro, han fracasado como brazo ejecutor de sanciones contra la República Bolivariana de Venezuela. De tal manera, Estados Unidos se encuentra en proceso de consolidación de un “grupo de amigos” para facilitar sus planes sobre este país. Lo interesante del caso es que ya no le interesa si la Organización de Estados Americanos funciona o no; la misión va, con o sin ella.
Finalmente, Fitzpatrick y Cruz entregaron en la reunión copias de dos artículos que delinean la táctica político-ideológica de su lucha contra el gobierno bolivariano.
El primero de ellos se trata de un texto publicado el pasado 23 de junio en The Wall Street Journal, vocero de los altos capitales estadounidenses, titulado “La última batalla por la democracia en Venezuela”, en el cual se llama a evitar el triunfo de la Constituyente, toda vez que significa que los consejos comunales suplanten a los gobiernos tradicionales en las provincias y enterrar la posibilidad de una elección anticipada. El segundo artículo, un poco más clasificado, se llama “La bomba de hidrógeno de Maduro”publicado por “Caracas capital markets”, en la cual se afirma que el país transita hacia “el modelo político-militar cubano” y llama a evitar la “cubanización” de Venezuela. Ambos textos sostienen la visión del Departamento de Estado estadounidense sobre la situación en el país sudamericano.
El guion golpista empata con lo expresado en la Universidad Internacional de Florida el pasado 5 de julio por el diputado venezolano de oposición, Juan Requesens, en donde habla del plan para boicotear la Constituyente mediante paros escalonados hasta llegar a lo que han bautizado “la hora cero” en la cual pretender provocar la ingobernabilidad del país. Además, el político considera una intervención extranjera sobre Venezuela. El video de esto circula en YouTube https://www.youtube.com/watch?v=2UE6H7ACj8c
Luego, pues, comenzaron los pronunciamientos siguiendo las instrucciones de la Casa Blanca.
El presidente de Panamá, Juan Carlos Varela, tuiteó el 16 de julio que “suspender la constituyente” (…) “es el único camino para lograr la paz en Venezuela”. Otro que no se ha escondido para seguir la esquela injerencista es el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, quien pidió por twitter el 17 de julio “desmontar la constituyente”. Ese mismo día, Donald Trump en su estilo particularmente barbárico dijo que, “si el régimen de Maduro impone su Asamblea Constituyente el 30 de julio, Estados Unidos tomará fuertes y rápidas medidas económicas”. Lo dicho por el empresario, devenido en presidente de EEUU, han sido secundadas por portavoces del Departamento de Estado Heather Nauert y Sean Spicer.
Por su parte, la alta representante de la Unión Europea para la política exterior, Federica Mogherini, instó a Nicolás Maduro a suspender la Constituyente y amenazó con que todas las opciones, incluidas las sanciones, “están sobre la mesa”. Llama la atención que en perfecta concordancia por lo instruido en la reunión liderada por Fitzpatrick y Cruz del 13 de julio, la diplomática italiana habló de la creación de “un grupo de amigos” conformada por países de la región para negociar una “solución” al conflicto en Venezuela.
¿Y qué entienden por “grupo de amigos”, quienes pretenden imponer un golpe contra el gobierno de Nicolás Maduro? Para empezar, a pesar de tratarse de una reunión en una sede de la OEA, fueron excluidos de la reunión del 13 de julio países como Bolivia, Dominica, San Vicente y otros países caribeños, con voz y voto dentro del organismo. Al tiempo, gobiernos de países como Brasil, Argentina, Costa Rica, Puerto Rico, Perú y México, se han sumado a la línea dictada por el Departamento de Estado en contra de Venezuela.
La reunión organizada por Fitzpatrick y Cruz revela el plan abiertamente injerencista de Estados Unidos sobre la nación venezolana. Un plan que recuerda a la Operación Cóndor estipulada por la Casa Blanca en coordinación con las dictaduras militares sudamericanas en la década de 1970 para perseguir, encarcelar, torturar y desaparecer o matar a revolucionarios de esos países ¿O a alguien a estas alturas le quedan dudas sobre los planes de Washington sobre Venezuela, a la sazón, dueña de la reserva petrolera certificada más grande del mundo, también de oro, y la cuarta más grande de gas?
En efecto, impedir la Asamblea Constituyente del 30 de julio es uno de sus últimos llamados de EEUU para apoderarse del país; empero, tienen en funciones a una oposición que, más allá de lo estridente, muy pocos resultados le ha otorgado, incluido su fracasado intento de plebiscito del 16 de julio. Por su parte, la Constituyente es la herramienta con la que cuenta el pueblo venezolano para evitar en lo político que Estados Unidos, ayudado por su “grupo de amigos”, repita en Venezuela lo que ya hizo en Libia, Irak y no logra concretar en Siria, como es su intención.
El mundo observa. ¿De qué se van a disfrazar los “amigos” de Estados Unidos, cuando Venezuela logre triunfar sobre el injerencismo y los intentos de golpe de Estado?

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