La impunidad, arma que sigue matando a periodistas y activistas en México
Escrito por
EFE
A dos años del asesinato del fotoperiodista Rubén Espinosa y la
activista Nadia Vera en Ciudad de México, la impunidad sigue matando a
defensores de derechos humanos y reporteros en México, ya que sus
crímenes no se investigan ni se castigan, denuncian especialistas.
Vera
y Espinosa, junto a otras tres mujeres, fueron asesinados el 31 de
julio de 2015 en la colonia Narvarte de Ciudad de México, después de que
huyeran de Veracruz tras ser amenazados por el gobierno de Javier
Duarte, ahora bajo proceso por corrupción, delincuencia organizada y
operaciones con recursos de procedencia ilícita.
Leopoldo
Maldonado, el abogado que lleva el Caso Narvarte, señaló a Efe en una
entrevista telefónica que "lo más relevante es que se investigara a las
empresas de seguridad privada", en concreto al empresario Arturo
Bermúdez, quien realizó varios actos de hostigamiento hacia la activista
y el periodista en Veracruz.
Maldonado,
quien anunció que la mesa de trabajo sobre el caso Narvarte se iniciará
el próximo 1 de agosto, reclamó la falta de voluntad de avanzar por
parte de la Procuraduría de la Ciudad de México en las recomendaciones
señaladas, entre ellas una disculpa pública e indemnización a las
familias, así como cambios estructurales "para que estos hechos no se
repitan".
Veracruz
es el estado con más periodistas asesinados (24 desde 2000), pero para
el exdirector del diario El Siglo de Torreón (2006-2013), Javier Garza,
el problema no se encuentra en una causa concreta, sino en la impunidad.
"Si
el Gobierno hubiese castigado, los crímenes a los periodistas
probablemente hubiesen disminuido", expuso Garza en una entrevista
telefónica con Efe, quien ahora también es consultor en Artículo 19 (una
organización independiente de Derechos Humanos que trabaja para
promover y proteger el derecho a la libertad de expresión) y de la
Asociación Mundial de Periódicos.
Garza,
cuyo antiguo medio recibió amenazas del crimen organizado en el
nororiental estado de Coahuila, explicó que mientras que hace unos años
la violencia era más pronunciada en el norte (Chihuahua, Coahuila,
Sinaloa, Baja California) ahora se ha desplazado al centro-sur de la
República.
Señaló
que no hay una explicación concreta para que 2006, 2009, 2010 y 2016
fueran los años con más periodistas asesinados en México, puesto que los
crímenes "pueden estar organizados con temas de narcotráfico, otros de
corrupción política, otros de crimen organizado con políticos o
policías".
"Cualquiera
que esté pensando ahora en matar a un periodista para silenciarlo sabe
que lo puede hacer porque la persona que lo hizo se salió con la suya y
no le pasó nada", lamentó Garza, quien añadió que el 52 % de las
agresiones a los reporteros provienen de funcionarios públicos, muchos
de ellos estatales.
La
fundación Artículo 19 ha documentado desde el año 2000 el asesinato de
107 periodistas en México, de los cuales 17 ocurrieron en Veracruz
durante el gobierno de Duarte (2010-2016), entre ellos Rubén Espinosa.
La
abogada del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Centro
Prodh) Sofía de Robina dijo a Efe que el Caso Narvarte "ejemplifica la
impunidad que normalmente hay en estos casos", agravada por las
filtraciones a medios "donde se buscaba quitar al activismo y al
periodismo como uno de los motores del asesinato y vincularlo al
narcotráfico".
La
activista señaló que en el Caso Narvarte se generaron muchos comentarios
sexistas en contra de las mujeres asesinadas, en los cuales se les
asignaba ciertos estereotipos. "Decían que se acostaban con ellos.
Siempre se va a la vida privada de las mujeres en vez de tener en cuenta
su actividad profesional", lamentó.
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