Crímenes versus resistencia
Detrás
de cada muerto y herido en la nación bolivariana está la cara escondida
de los líderes de la oposición y del poder mediático que concentra
medios, dinero y odio para con un pueblo que defiende su soberanía
Ha comenzado una semana decisiva en
Venezuela. Hora cero para grupos opositores que se lo juegan todo en lo
que consideran momento único para asaltar el poder. Fascismo que se
recrudece en nombre de la ¿democracia? Amenazas desde Washington con
aplicar mayores sanciones, incluidas el corte del suministro de petróleo
que en una cantidad de 750 000 barriles diarios compra Washington a
Caracas…
Así se ha ido armando la amenazadora tenaza contra la República
Bolivariana que ha convocado para el próximo domingo 30 de julio, la
votación de la Asamblea Nacional Constituyente.
En los últimos días, la oposición terrorista, la de las bandas de
encapuchados y de francotiradores, ha llamado a la población a
concentrar alimentos para estar preparados para «lo que viene».
Detrás de cada muerto y herido está la cara escondida de los líderes
de la oposición y del poder mediático que concentra medios, dinero y
odio para con un pueblo que defiende su soberanía.
Para tensar aun más las cuerdas, la actual Asamblea Nacional, en
manos de los opositores, ha dado pasos –ilegales, pero pasos al fin–
como intento de formar lo que llamaron un «gobierno de transición», para
lo que han creado poderes públicos paralelos, lo más cercano posible a
un verdadero golpe de Estado.
La llamada Mesa de la Unidad Democrática convocó la noche de este
sábado a un paro cívico con cierre de calles durante 48 horas entre el
miércoles y el jueves venideros. El viernes reforzarán las protestas en
Caracas para exigir al Presidente que retire la Constituyente, que se
vota el domingo 30, refiere la BBC Mundo.
Esos son los llamados «demócratas» internos que no quieren votación
popular para una Constituyente que haría todavía más democrático el
proceso bolivariano.
Tampoco al gobierno de Washington –matriz de la «democracia» que
ellos quieren imponer al mundo– le parece bueno eso de un voto popular
para una Asamblea Constituyente y hasta el propio mandatario–magnate,
Donald Trump, ha amenazado a Venezuela con tomar nuevas y más profundas
medidas contra ese pueblo, de llevarse a cabo la votación del próximo
domingo.
A través de un comunicado, el gobernante anticipó que su país
impondrá sanciones económicas «rápidas y firmes» a la nación
latinoamericana si el gobierno de Nicolás Maduro lleva adelante la
Asamblea Constituyente que promueve.
Sin ocultar su felicidad al ver que el presidente Trump se ha
involucrado directamente en el tema venezolano, el senador
estadounidense Marco Rubio, quien ha encabezado en el Congreso de
Estados Unidos la oposición al gobierno de Nicolás Maduro, sigue
llamando a acciones que eviten la votación del domingo 30.
¡Vaya democracia la de esos yanquis!
¡Vaya democracia la de esos yanquis!
Mientras, en Caracas las cabezas opositoras cumplen al pie de la
letra el guion elaborado desde la guarida norteamericana, que quiere la
derrota de la Revolución Bolivariana.
El centenar de muertos, incluso jóvenes quemados vivos por opositores
fascistas, cientos de heridos, destrucción material, quema de locales y
medios de transporte, no aparecen en ninguno de los espacios mediáticos
de la prensa oligárquica venezolana ni de otros países.
Las grandes transnacionales informativas trasladan, copia al papel
carbón, la mentira manipuladora como parte del libreto de «golpe suave»,
que justifique cualquier intervención foránea en los asuntos internos
de la nación sudamericana.
La OEA y su secretario general, Luis Almagro, aúlla desesperadamente
para que los amos del imperio intervengan. En línea similar se
involucran grandes medios europeos como El País, y las consabidas
televisoras que desde Estados Unidos han montado la escena mediática
para no perderse lo que consideran la semana final de esta pesadilla.
Pero el gobierno venezolano, sus fuerzas armadas, su presidente
Nicolás Maduro y la gran mayoría del pueblo, continúan defendiendo el
proceso de la Revolución Bolivariana, resisten las embestidas fascistas
de la oposición y el imperio y consolidan la unión cívico–militar para
enfrentar y vencer a este como a todos los otros intentos de golpe de
Estado que los fascistas han querido dar.
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