martes, 13 de agosto de 2013

Fidel, el más imprescindible Escrito por  Zulema Samuel del Sol   
 

Entre las festividades y calores del verano cubano reluce una fecha  que se ha convertido en día de celebración nacional. Los cubanos, mediante pinturas que lo reflejan, crónicas que relatan sus  hazañas, spots y programas televisivos, fuegos artificiales a las 12 de la noche o  simplemente al recordar una  frase, un discurso, una gesta, una sonrisa convierten el cumpleaños  DEL COMANDANTE EN JEJE Fidel Castro en el de toda la isla.
 
Nuestro pueblo no celebra este día como una solemnidad militar o con estricta vehemencia hacia un antiguo presidente, sino como el cumpleaños de un padre, un abuelo, un  amigo o un hermano. Fidel ha impactado al mundo con sus acciones  heroicas, durante la lucha revolucionaria, frente a la  dirección política de una isla asediada o en la reconstrucción de la  unidad latinoamericana en un continente decadente. Sin embargo,  el  comandante se ha insertado en el corazón de los cubanos con hazañas  humanas más simples en proyección pero no en espíritu y empeño.  Apariciones repentinas en los centros de enseñanza y laborales, magistrales  participaciones en encuentros deportivos, simples apretones de manos,  repentinos abrazos, calurosos saludos acompañados de esa implacable  sonrisa lo  hacen humano, lo hacen nuestro.
 
Fidel lideró el movimiento que desterró la tiranía batistiana y el control norteamericano sobre la isla, representó a nuestro  país en disímiles organizaciones regionales, desarrolló una  transformación social que llevó a nuestro país a una nueva fase: el  socialismo, que entrelazado con los principios martianos, de  internacionalismo y el estudio de las necesidades y condiciones propias de la  isla dotó a los cubanos de un pensamiento único de unidad y  resistencia. De esta manera llevó a cada hogar la educación, la salud,  la cultura, el trabajo, el deporte, el sentido de nacionalidad y la  historia.
 
Hombre tan imprescindible, como diría Bertolt Brecht merecen un homenaje, como su lucha, durante toda la vida.

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