El sueño
justicia, utopía 23 de agosto de 2013
El sueño de la gente honesta es que los policías encarcelen los asesinos, agarren los violadores, los que secuestran a la gente, los ladrones, que den con los que roban el dinero a los que lo han ganado.
Pero esto pasa en un mundo ideal, utópico es decir que no hay en ningún lugar, en ningún país, que no hubo en ningún tiempo. Por eso le llamé sueño que sería aquella forma de ver la realidad como nos gustaría verla y no como es.
Porque la realidad es que los que matan a la gente casi nunca se encuentran; los que violan a las mujeres siguen jactándose, los que secuestran, bueno, no encuentran los secuestrados ¡faltaría más! encontrar los secuestradores; los que nos roban el dinero lo hemos votado y ahora están en las Cortes.
Una forma de tomar el pelo, o, mejor dicho, de engañar a la gente honesta es hacer que la gente crea que todo lo de arriba se haga: que la justicia funcione, que los policías agarren los delincuentes, que los políticos trabajen para nosotros y nos hagan ricos.
Y, a decir verdad, los ceresos (y además el nombre: no cárcel sino centro de recuperación social) están llenos, no hay lugar para nadie más.
Afortunadamente cada tanto, bueno no tanto, unos se huyen, o se matan, o se ahorcan, y así queda lugar para otros presos. El reciclaje es continuo.
Por otro lado, es justo decir que los que están dentro de la cárcel no son los peores, y no todos, no siempre son los culpables.
La estadística nos cuenta que alrededor del cincuenta por ciento de los presos están todavía en espera de juicio: es decir están adentro sin una condena, sin que un juez, previa audiencia de las partes, el fiscal y el abogado de defensa, haya emitido una sentencia de culpabilidad.
Bueno, los jueces son pocos y tienen mucho que hacer, sobre todo en el verano…
A veces, pero en este caso son responsables las guardias carcelarias, a un preso desde muchos años, aun cuando debería salir, no le dicen, él ha perdido la cuenta, y se queda otro tiempo adentro. A veces es mejor así. El mundo afuera es terrible.
Conocí a un hombre adentro de la cárcel, era un buen hombre. Tengo sentido que a veces los mejores son los de adentro. Bueno, después de muchísimos años al fin salió de la cárcel y… lo mataron.
¿Quién fue? Quien sabe; parece que no sea asunto de la justicia hacer justicia. Alguien dijo “ajuste de cuentas” y entonces es correcto así.
Para que sea claro estoy hablando del país de donde vengo: Italia.
Afortunadamente México es otra cosa.
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