Macri intenta pagar su deuda con el FMI
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El
presidente argentino, Mauricio Macri, ha terminado haciendo público lo
que siempre se ha sabido: la subordinación plena del Grupo de Lima a
Estados Unidos y la aceptación de una intervención militar y violenta en
Venezuela.Sus palabras textuales fueron: "Siempre el uso de la fuerza
será un recurso que quedará para el momento que correspondiera".
En
carta fechada el 12 de junio de 1818, el Libertador Simón Bolívar da
respuesta a otra que el 19 de noviembre de 1816 le dirigiera el Supremo
Director de las Provincias Unidas del Río de la Plata, Juan Martín de
Pueyrredón. En uno de sus párrafos, con vehemencia y amistosa convicción
integracionista Bolívar expresa que: "La proclama que V.E. se ha
dignado dirigirnos es una brillante prueba de los sentimientos
fraternales y altamente generosos de nuestros hermanos del Sur. Con la
mayor satisfacción retorno a V.E. la respuesta cordial que, por mi
órgano, han querido transmitir mis conciudadanos a los hijos del Río de
la Plata. En ella sólo deben apreciarse los sentimientos de tierna
solicitud que animan a todos los venezolanos hacia sus dignos
compatriotas meridionales".
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Sputnik / Vladímir Astapkovich
Esa
huella ha estado presente en la relación entre argentinos y venezolanos
desde el mismo fragor de las luchas independentistas y no puede ni
podrá ser alterado por el Gobierno espurio que ocupa hoy la Casa Rosada.
En repulsiva manifestación de lambisconería hacia Washington, Jorge
Faurie, simulador personaje de opereta que funge como canciller de
Mauricio Macri ha terminado haciendo público lo que siempre se ha
sabido: la subordinación plena del Grupo de Lima a Estados Unidos
y la aceptación de una intervención militar y violenta en Venezuela.
Sus palabras textuales fueron: "Siempre el uso de la fuerza será un
recurso que quedará para el momento que correspondiera".
Faurie, quien es tristemente conocido en su país por haber
entregar a Londres el uso de más de 3 millones de kilómetros cuadrados
de plataforma marítima argentina, dándole a ese país europeo la
propiedad y el control de los recursos así como la facultad de aprobar
las licencias pesqueras en todo ese mar territorial argentino, ha dejado
ahora, también prístinamente demostrado el talante bélico, agresivo e
intervencionista del Grupo de Lima que, contrario a su falsa retórica de
"salida democrática" para Venezuela, en realidad hace aprestos de
guerra para intervenir militarmente en el país.
Para ello, primero enviaron a Bachelet a Venezuela y le ordenaron que hiciera un informe para validar jurídicamente la intervención militar en el país.
La propia Bachelet se ha encargado de hacer tal afirmación en
conversaciones privadas sostenidas con personas de su entorno, a quienes
confesó que el informe por ella presentado le fue impuesto y que más
bien gracias a su gestión, el contenido del mismo fue "rebajado" para
que no resultara tan dañino para Venezuela. Una vez más, como es
tradicional en su quehacer político, no asume las consecuencias de sus
tropelías al cumplir las órdenes que recibe del Pentágono.
Sin embargo, hay que ver la declaración de Faurie en una mirada más
lejana considerando su doble uso a modo de instrumento para ser
utilizado en el marco local como parte de las ambiciones reeleccionistas
de Macri y, en un espectro más amplio, de carácter global en que el
Gobierno argentino ha aceptado ser usado como ariete en contra de Rusia y
de China.
En
primera instancia, agotadas todas las opciones políticas para convencer
al pueblo de la viabilidad de su gobierno y por tanto, mermadas sus
posibilidades de reelección, Macri solo cuenta con el crédito del FMI
para dar un vuelco transitorio a la economía a fin de que a través de
los instrumentos de comunicación pueda engañar una vez más a los
votantes, transmitiendo una sensación de alivio y mejoramiento futuro de
la pesada carga que significa la aplicación de las medidas neoliberales
de acendrado carácter anti popular.
A cambio de recibir la millonaria suma, Macri ha aceptado el papel
que antes se disputaban Duque y Piñera de ser el eje de la agresión
militar contra Venezuela, legitimando con ello la intervención militar
que dicen rechazar.
Así mismo, el arreglo con el FMI, ha significado que Faurie haya sido
obligado por el Consejero de Seguridad Nacional de Estados Unidos, John
Bolton, a responder a las declaraciones del canciller ruso, Serguéi
Lavrov, quien manifestó que "muchos países de la región", incluso
aquellos que exigen la renuncia del presidente Nicolás Maduro, "se
oponen categóricamente a la idea del uso de la fuerza"
por parte de Estados Unidos. Con sus palabras, el canciller argentino
ha desmentido a su colega ruso y lo ha dejado en ridículo ante la
opinión pública internacional al mostrar una mirada diferente.
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REUTERS / Agustín Marcarián
En
otro punto del mismo acuerdo, Argentina en consonancia con Estados
Unidos ha declarado como terrorista a Hizbulá, una organización legal
con representación parlamentaria en el Líbano, país con el que Argentina
tradicionalmente ha mantenido excelente relaciones habida cuenta de la
importante comunidad de ciudadanos de este país que habitan la nación
austral.
Además, para reafirmar lo antes mencionado por Faurie, de manera
simultánea, el asistente especial y director principal de la división de
Asuntos del Hemisferio Occidental del Consejo de Seguridad Nacional de
Estados Unidos, Mauricio Claver-Carone, afirmó que la Casa Blanca hizo
llegar una comunicación a Venezuela para indicarle a Maduro que tiene un
"corto plazo para dejar el poder", "mucho más corto que fin de año" o
de lo contrario "deberá enfrentarse a la justicia internacional y de los
Estados Unidos".
De esta forma, se hace evidente que Bolton está desarrollando su propia agenda "diplomática" de carácter belicista,
incluso al margen de la opinión del presidente Trump, quien desde hace
un mes ha entrado en fase reeleccionista, modificando su actuar con el
claro interés de atraer votos. Bolton no parece haber tomado nota de las
intenciones de su jefe y ha perseverado con su retórica y práctica a
favor de la guerra, secundado para ello por Marcos Rubio y Mike Pompeo,
quienes configuran un gobierno en las sombras que responde a los
intereses ideológicos del Tea Party y de la derecha más recalcitrante y
fascista de Estados Unidos a la cual responden Bolsonaro, Duque, Macri y
Piñera, entre otros.
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AFP 2019 / Juan Barreto
Estas
contradicciones en el alto Gobierno de Estados Unidos son las que
explican que mientras Trump ha obligado a la oposición venezolana a
sentarse en la mesa de negociaciones, Bolton, Pompeo y Rubio las
torpedean y las hacen completamente inefectivas. Mientras esto ocurre,
los líderes opositores venezolanos siguen recibiendo su sueldo de
Washington, así que poco les importa el avance o no de las mismas.
Hay que decir que durante la conversación telefónica sostenida por
los presidentes de Rusia, Vladímir Putin, y de Estados Unidos, Donald
Trump, el pasado 3 de mayo, el ruso convenció a su colega norteamericano
acerca de la inconveniencia de involucrarse en una confrontación armada
en Venezuela cuando se acercan los tiempos electorales en Estados
Unidos. Apegado a su inveterada posición de apoyar el diálogo entre las partes en conflicto en Venezuela,
a fin de buscar una salida negociada al mismo, Putin logró que Trump
tomara nota de estas opiniones, sobre todo porque entendió que de esa
manera ganaban todos.
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Sputnik / Maria Plotnikova
De
inmediato, Trump dio instrucciones al Gobierno de Noruega, un país
aliado, miembro de la OTAN, pero que ha logrado construir un expediente
de seriedad y responsabilidad al realizar funciones de mediador en este
tipo de diferendos. Función que no podría realizar la Unión Europea o el
Grupo de Lima, ya que tomaron posición a favor de una de las partes.
Así, en este mar de paradojas de vergonzosas lealtades a los imperios
de los gobiernos de derecha de América Latina y el Caribe, el Gobierno
de Venezuela ha perseverado haciendo manifestaciones múltiples de su
voluntad de negociar. Sin embargo, se encuentra sentado en una mesa en
la que del otro lado hay variopintas representaciones, cada una con
ideas propias sin saber a nombre de quien habla cada uno, solo con la
convicción que deben estar ahí, tras las órdenes recibidas para
favorecer la reelección de Trump, pero imposibilitados de llegar a
ningún acuerdo tras recibir las órdenes de Bolton.
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REUTERS / Carlos Garcia Rawlins
Mientras
tanto, la mayor parte de la oposición venezolana se encuentra
secuestrada por este grupo de mercaderes de la política a quienes
tampoco le importa la suerte del pueblo venezolano, ya no sólo porque
están favoreciendo la imposición de mayores sanciones económicas contra
el país, sino que incluso ahora, en línea con Faurie y con
Claver-Carone, han aceptado públicamente que Venezuela puede y debe ser
sujeto de una invasión militar extranjera que los lleve al poder y
restituya el control estadounidense sobre el país.
Mientras esto ocurre y Bolton sigue estructurando la opción bélica
contra Venezuela, para lo cual ha subordinado a los Gobiernos del grupo
de Lima y en momentos en que Macri asume la responsabilidad de
conducción de este entramado mafioso, los venezolanos le respondemos a
Faurie y a Macri con palabras de Bolívar a Pueyrredón: "V.E. debe
asegurar a sus nobles conciudadanos que no solamente serán tratados y
recibidos aquí como miembros de una república amiga, sino como miembros
de nuestra sociedad venezolana. Una sola debe ser la patria de todos los
americanos, ya que todos hemos tenido una perfecta unidad".
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