miércoles, 31 de julio de 2019

México SA
Empujoncito multimillonario // ¿No te preocupes, Rosario?
 
Es Frecuente la afirmación del presidente López Obrador de que la economía mexicana va bien y está de buenas, pero, por si las moscas, decidió actuar bajo la máxima de que las brujas no existen, pero de que vuelan, vuelan, y en consecuencia decidió darle un empujoncito (Arturo Herrera dixit) a esa misma economía que marcha de maravilla.
El secretario de Hacienda detalló que el empujoncito será de 485 mil millones de pesos, monto relevante que no impactará el presupuesto, pues “ya los teníamos en el Fondo Nacional de Infraestructura, pero no estaban siendo utilizados, o bien en desdoblamiento, lo que permite a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, bajo los títulos de concesión actuales, aprobarlos.
El (dinero) que viene de la banca de desarrollo ya existe, pero no estaba siendo usado. Esas acciones incluyen inversiones en infraestructura, créditos al consumo e inversión para que tengan impacto inmediato”.
En efecto, las brujas no existen, pero de que vuelan, vuelan, y en este contexto el análisis del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico –del que se toman los siguientes pasajes– subraya que el gobierno de México ha dado un paso en el sentido adecuado: el reconocimiento de la realidad y con ello de la debilidad económica que enfrenta el país. Gracias a esto se hizo posible el anuncio de una política de fomento económico contingente centrada en la inversión y el impulso al consumo.
El programa de 485 mil millones de pesos para la reactivación del consumo y la inversión sintetiza la dimensión del letargo económico.Si bien se menciona que la desaceleración tiene su causa en el exterior, el aceptar que la tendencia de la actividad productiva y de generación de empleo no es favorable ayuda a construir nuevos elementos de estrategia de política económica para enfrentar la contingencia.
En este sentido es fundamental pasar a la construcción de un nuevo modelo de política económica que incorpore de forma integral los aspectos estratégicos desdeñados durante décadas: política industrial y el papel de la banca de desarrollo. El anuncio del secretario de Hacienda tiene a la infraestructura y al consumo como los dos pilares con los que se busca revertir la desaceleración económica, algo positivo, pero que requiere elementos adicionales para alcanzar el mayor impacto favorable posible.
Una meta de mayor crecimiento económico no se encuentra disociada de la consecución de un mayor desarrollo; en realidad, le da vida y sostenibilidad a este último. El crecimiento económico permite evaluar si las acciones emprendidas van en la dirección correcta. Ante la necesidad de resultados que lleguen a la vida diaria de los mexicanos, se requiere crear un acuerdo por el desarrollo social y económico de México que permita alinear los esfuerzos público-privados-sociales ante la estrategia anunciada.
Su función es garantizar no sólo la acción coordinada dentro del gobierno, sino interactuar con el sector privado y el Poder Legislativo. El primero para garantizar más interrelación entre los proyectos productivos. El segundo, porque el Congreso puede instrumentar que el próximo presupuesto incorpore la lógica del fomento productivo de forma estructural.
La estrategia no debe ser sólo coyuntural, sino integral y con visión a mediano y largo plazos. Debe considerar que el financiamiento y el pago oportuno a los proveedores del gobierno y empresas encargadas de ejecutar la obra pública es esencial, aunque no suficiente, pues si los recursos se van a importaciones, los beneficios de casi 500 mil millones de pesos se trasladarán a otras naciones.
Las rebanadas del pastel
Contrario a la cínica cuan cómplice recomendación de Peña Nieto, resulta que Rosario Robles sí debe preocuparse, y mucho. La ex funcionaria suda copiosamente porque la Fiscalía General de la República va tras ella por el multimillonario desvío de recursos públicos en la Sedesol y la Sedatu. El 8 de agosto la espera un juez en el Reclusorio Sur.

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