Proteger el océano de la pesca... para poder "pescar más"
Las
Áreas Marinas Protegidas (AMP) son una "caja de ahorro", dijo a Sputnik
Maximiliano Bello, experto chileno en conservación marina. "Siempre
digo que las AMP no son para no pescar, sino para pescar más". Sputnik
te explica por qué.
Más de 20 millones de kilómetros cuadrados de la superficie terrestre del planeta y casi 27 millones de kilómetros cuadrados de áreas marinas han sido declaradas 'Áreas Protegidas', según datos de Naciones Unidas (NU). Los números representan el 15% y casi 8%, respectivamente, de la superficie de la Tierra.
Países de todo el mundo han instado por proteger ciertas zonas acuáticas
para salvaguardar los recursos naturales, culturales y económicos allí
comprendidos. Los esfuerzos gubernamentales indican que el mundo está en
camino de cumplir con la Meta 11 de Aichi para la Diversidad Biológica, trazada en 2010, que propone la protección del 10% de nuestros mares.
Muchos países ya lo han logrado y han superado el objetivo, entre ellos Chile. Sin embargo, Bello aseguró que hay países y organizaciones que tienen "objetivos mucho más ambiciosos"; algunos se propusieron metas de protección de hasta el 70% de los océanos.
"Creo que necesitamos empezar a entender mucho mejor la importancia del océano", concluyó.
El océano produce la mitad del oxígeno que respiramos, y sin embargo, lo hemos llevado a una "situación crítica". "Si no tenemos un océano sano, difícilmente podamos pensar en un futuro para la Humanidad", enfatizó.
Normalmente, en las AMP la actividad humana está restringida o limitada para garantizar su conservación. En algunas zonas no necesariamente está prohibida la pesca, investigación u otras actividades humanas; de hecho, algunas AMP tienen varios propósitos diferentes, según explica en su web la Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos.
En palabras de Bello, cerrar sectores que son biológicamente importantes para la protección de ecosistemas, pero también para la reproducción de algunas especies comerciales, generan áreas que serán "fuentes de biodiversidad", y también de recursos económicos.
Éstas son algunas de las AMP más importantes de América Latina:
El AMP de Sian Ka’an ocupa aproximadamente una quinta parte de esta biosfera (unos 1.200 kilómetros cuadrados). Sin embargo, la creciente afluencia de turistas supone una amenaza para el equilibrio del lugar.
El archipiélago Revillagigedo, en Colima, fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 2016 por la Unesco, debido a su gran valor fisiográfico, escénico y paisajístico, y por su incalculable riqueza biológica.
Revillagigedo es hogar de numerosas especies endémicas y en peligro de extinción, como las tortugas marinas, tiburones, mantarrayas gigantes y las ballenas jorobadas, y también una variedad de aves y otros mamíferos marinos.
Para la conservación de esta importante área, en noviembre de 2017 el Gobierno mexicano declaró Parque Nacional Marino al archipiélago, que comprende 148.087 kilómetros cuadrados. En la isla está prohibido la construcción de hoteles y cualquier tipo de pesca.
Revillagigedo integra un corredor de zonas protegidas en las costas americanas del Océano Pacífico para la migración y reproducción de la fauna marina, que va desde las islas Galápagos en Ecuador, pasando por la isla Malpelo en Colombia, y las islas Cocos en Costa Rica, hasta el atolón Clipperton de posesión francesa, ubicado a la altura de México.
En febrero de 2018 la expresidenta Michelle Bachelet decretó la creación de cinco AMP: el archipiélago de Juan Fernández, Rapa Nui, Tortel, archipiélago Diego Ramírez-Paso Drake y Seno Almirantazgo, según publicó la Biblioteca del Congreso Nacional de Chile.
Una de éstas zonas es la que está alrededor de Rapa Nui (Isla de Pascua), con una extensión de 720.000 kilómetros cuadrados, un área de océano del tamaño de Francia. La zona es hogar de al menos 142 especies endémicas, incluidas 27 amenazadas o en peligro de extinción, publicó Aqua, portal de acuicultura y pesca chileno.
Las aguas de esta remota y pequeña isla del Pacífico están protegidas contra la pesca industrial y las actividades extractivas; incentivando las prácticas de pesca milenarias de los nativos.
Bello participó del proyecto para la creación de esta AMP, que
incluyó un trabajo con la comunidad, líderes empresariales, pescadores y
más de 20 organizaciones locales que habitan los 164 kilómetros
cuadrados de la isla. "Es una historia bien linda", dijo a Sputnik.
Los rapanui "llegaron a través del mar hace más de 1000 años. La mayor parte de la comida, el consumo, es a través del mar. El transporte actual es a través del mar. Sin embargo, yo siento que la comunidad le había dado la espalda", contó Bello sobre su experiencia en la isla.
Para Bello "fue muy bonito" el trabajo que desarrollaron entre todos: entender por qué era importante proteger un área extensa,entender y ver cómo fueron cambiando su relación con el mar, y reconstruirla. Hoy hay algunos jóvenes habitantes de la isla que están estudiando biología marina, "antes nadie estudiaba", contó el científico.
Las últimas zonas marinas protegidas fueron declaradas en marzo de 2018 por el Gobierno, se trata de los archipiélagos São Pedro y São Paulo, en el estado de Pernambuco, y la cadena volcánica submarina que conecta la isla de Trinidad con el archipiélago Martín Vaz, en el estado de Espírito Santo.
El aislamiento de estas zonas ha promovido el desarrollo de una biodiversidad única en el mundo, según NU.
©
Sputnik / Vitaly Ankov
Muchos países ya lo han logrado y han superado el objetivo, entre ellos Chile. Sin embargo, Bello aseguró que hay países y organizaciones que tienen "objetivos mucho más ambiciosos"; algunos se propusieron metas de protección de hasta el 70% de los océanos.
"Creo que esto es importante y hay una
alegoría: tú no cuidas el 10% de tu cuerpo, cuidas el 100%. Necesitamos
entender que aunque queramos proteger un porcentaje, igual necesitamos
tomar en cuenta la globalidad", apuntó Bello, encargado de la Unidad
Internacional de Conservación de The Pew Charitable Trust.
El científico chileno considera que dado el "sistema bastante
economicista que hemos creado —donde la cuestión es producir dinero—,
cuando hay intangibles en las AMP que son muy difíciles de medir en
términos monetarios, se nos cae un poco el sistema". "Creo que necesitamos empezar a entender mucho mejor la importancia del océano", concluyó.
El océano produce la mitad del oxígeno que respiramos, y sin embargo, lo hemos llevado a una "situación crítica". "Si no tenemos un océano sano, difícilmente podamos pensar en un futuro para la Humanidad", enfatizó.
Normalmente, en las AMP la actividad humana está restringida o limitada para garantizar su conservación. En algunas zonas no necesariamente está prohibida la pesca, investigación u otras actividades humanas; de hecho, algunas AMP tienen varios propósitos diferentes, según explica en su web la Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos.
En palabras de Bello, cerrar sectores que son biológicamente importantes para la protección de ecosistemas, pero también para la reproducción de algunas especies comerciales, generan áreas que serán "fuentes de biodiversidad", y también de recursos económicos.
"Una cantidad de estudios demuestran que en las
AMP se reproducen muchísimos más peces que en las zonas no protegidas.
Son peces más maduros, que tienen mejores huevos, que pueden sobrevivir
más", indicó.
Bello contó que hay imágenes satelitales donde se
evidencian los efectos positivos de las AMP: "Muestran las embarcaciones
alrededor del área, están todas pescando bordeando el área porque es
tal la cantidad de recursos que se generan en las zonas protegidas que
efectivamente son verdaderas fuentes de diversidad y economía". Éstas son algunas de las AMP más importantes de América Latina:
México
En Quintana Roo está la Reserva de Sian Ka'an (en maya: 'puerta del cielo' o 'lugar donde empieza el cielo'), que fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1987. Comprende 5.281 kilómetros cuadrados de bosques tropicales, marismas, humedales y una barrera de arrecife.El AMP de Sian Ka’an ocupa aproximadamente una quinta parte de esta biosfera (unos 1.200 kilómetros cuadrados). Sin embargo, la creciente afluencia de turistas supone una amenaza para el equilibrio del lugar.
El archipiélago Revillagigedo, en Colima, fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 2016 por la Unesco, debido a su gran valor fisiográfico, escénico y paisajístico, y por su incalculable riqueza biológica.
Revillagigedo es hogar de numerosas especies endémicas y en peligro de extinción, como las tortugas marinas, tiburones, mantarrayas gigantes y las ballenas jorobadas, y también una variedad de aves y otros mamíferos marinos.
Para la conservación de esta importante área, en noviembre de 2017 el Gobierno mexicano declaró Parque Nacional Marino al archipiélago, que comprende 148.087 kilómetros cuadrados. En la isla está prohibido la construcción de hoteles y cualquier tipo de pesca.
Revillagigedo integra un corredor de zonas protegidas en las costas americanas del Océano Pacífico para la migración y reproducción de la fauna marina, que va desde las islas Galápagos en Ecuador, pasando por la isla Malpelo en Colombia, y las islas Cocos en Costa Rica, hasta el atolón Clipperton de posesión francesa, ubicado a la altura de México.
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Foto : Cortesía del Parque Nacional Galápagos
Chile
El país andino está a la vanguardia de la conservación marina a nivel global. Tiene 33 AMP, o dicho de otro modo: el 43% de su Zona Económica Exclusiva está protegida, es la décima más grande de todo el planeta.En febrero de 2018 la expresidenta Michelle Bachelet decretó la creación de cinco AMP: el archipiélago de Juan Fernández, Rapa Nui, Tortel, archipiélago Diego Ramírez-Paso Drake y Seno Almirantazgo, según publicó la Biblioteca del Congreso Nacional de Chile.
Una de éstas zonas es la que está alrededor de Rapa Nui (Isla de Pascua), con una extensión de 720.000 kilómetros cuadrados, un área de océano del tamaño de Francia. La zona es hogar de al menos 142 especies endémicas, incluidas 27 amenazadas o en peligro de extinción, publicó Aqua, portal de acuicultura y pesca chileno.
Las aguas de esta remota y pequeña isla del Pacífico están protegidas contra la pesca industrial y las actividades extractivas; incentivando las prácticas de pesca milenarias de los nativos.
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Sputnik / Ilana Bresker
Los rapanui "llegaron a través del mar hace más de 1000 años. La mayor parte de la comida, el consumo, es a través del mar. El transporte actual es a través del mar. Sin embargo, yo siento que la comunidad le había dado la espalda", contó Bello sobre su experiencia en la isla.
Para Bello "fue muy bonito" el trabajo que desarrollaron entre todos: entender por qué era importante proteger un área extensa,entender y ver cómo fueron cambiando su relación con el mar, y reconstruirla. Hoy hay algunos jóvenes habitantes de la isla que están estudiando biología marina, "antes nadie estudiaba", contó el científico.
"Imagínate, en el lugar más remoto del planeta,
que está en medio del océano, nadie estudiaba el mar. Hoy hay una
cantidad de jóvenes que quieren hacerlo, que quieren conocerlo, bucear,
estar en el mar y protegerlo. Creo que eso fue lo más importante del
trabajo en la comunidad", señaló.
Brasil
El país más extenso del continente tiene el 24,5% de sus mares bajo protección, ayudando a la conservación de múltiples especies, como la tortuga carey, la verde, el tiburón ballena y el atún aleta amarilla, entre muchos otras especies.Las últimas zonas marinas protegidas fueron declaradas en marzo de 2018 por el Gobierno, se trata de los archipiélagos São Pedro y São Paulo, en el estado de Pernambuco, y la cadena volcánica submarina que conecta la isla de Trinidad con el archipiélago Martín Vaz, en el estado de Espírito Santo.
El aislamiento de estas zonas ha promovido el desarrollo de una biodiversidad única en el mundo, según NU.
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