martes, 30 de julio de 2019

Negocios y empresas
Los claroscuros de Salinas Pliego
 
Hasta el momento no he conocido a ningún ser humano que sea santo. Creo que no existen, porque el hombre siempre tiene claroscuros. Un ejemplo de estos contrastes es Ricardo Benjamín Salinas Pliego, quien, como diría George Bataille, es un hombre en una jaula donde anidan los ángeles y los demonios.
A sus casi 64 años de edad, Salinas Pliego se ubica entre los hombres más ricos de México. Participa en negocios de telecomunicaciones, comercio, transportes, financieros y medios de difusión. De manera paralela cuenta con fundaciones importantes, entre las que destaca el apoyo a la educación y el impulso a las nuevas tecnologías. No cabe duda de que es muy inteligente, pero su ego, su ética flexible y su necesidad de trascendencia lo llevan a cometer abusos que van contra la sociedad.
Salinas Pliego quiere trascender con sus proyectos sociales, pero utiliza medidas poco transparentes en los negocios. Gran parte de su riqueza proviene de litigios contra el gobierno, personas físicas y empresas en forma poco ortodoxa. Otra parte de procesos de ingeniería financiera, transferencias de recursos y movimientos en paraísos fiscales para esconder el origen de los recursos. Un misterio es la evolución de la acción de Grupo Salinas en la bolsa de valores, mientras el mercado mantiene otra tendencia.
El caso de Fertinal, presente en los medios de información en estos días, es típico de su operación. A una empresa ineficiente y altamente endeudada le ofrece un crédito y, al no poder pagarle, toma el control de la compañía a través de terceros. Como la firma es chatarra y no tiene futuro, el grupo de control se la vende a Petróleos Mexicanos, con la colaboración de Emilio Lozoya y de Enrique Peña Nieto, que la recompran a precios de oro. Con esta operación todos los involucrados ganan millones de dólares, pero todos los mexicanos pagamos ese fraude.
El grave problema de este tipo de personas es la falta de principios morales. El poder y el dinero están por encima del daño que puedan causar a la sociedad. Casos como el de Fertinal requieren una investigación a fondo y, por lo pronto, el gobierno federal debe replantearse la relación que tiene con el banco de Salinas Pliego en materia de apoyo social.

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