USA: ¿Mendigos bajo la alfombra?
Escrito por Nicanor León Cotayo
Este martes la policía detuvo a un pordiosero, Ray Cox, el cual irrumpió en el Ayuntamiento de Lauderdale gritando a favor del derecho de los “sin techo” a alimentarse.
No cesa el escándalo que desató la suspensión de alimentos a pordioseros del condado floridano de Broward.
Su entrega, como anunciaron días atrás funcionarios locales, no proseguiría en sus lugares públicos.
Uno era la capital de ese municipio, Lauderdale, con una economía muy vinculada al turismo.
Pero la decisión gubernamental provocó el rechazo de muchos indigentes y de algunos de sus defensores.
Entre ellos sobresalió un activista religioso, Arnold Abbot, junto a otros dos de igual filiación, cada uno amenazado con seis meses de cárcel y 500 dólares de multa.
Pero ni tal chantaje los detuvo y solo provocó una manifestación de repudio frente a la vivienda del alcalde municipal, Jack Seiler.
Este martes la policía detuvo a un pordiosero, Ray Cox, el cual irrumpió en el Ayuntamiento de Lauderdale gritando a favor del derecho de los “sin techo” a alimentarse.
Sucedió en la antesala de que esta semana fuese declarada como de “Concienciación de los indigentes”.
Un canal televisivo de Estados Unidos, el WSVN TV News 7, divulgó el momento en que Cox era sacado por dos agentes de la policía.
Una vez en la calle, comenzó a gritar ante curiosos que él era un ciudadano estadounidense.
“Esto solía ser Estados Unidos. Ya no lo es. ¡Soy ciudadano estadounidense!” rugía cuando la policía lo esposaba.
Las cosas han ido tan lejos, que órganos de difusión masiva de Estados Unidos empezaron a reflejar el peliagudo caso de Lauderdale.
Como la radio y televisión nacionales proseguían cubriendo sus hechos, el alcalde Seiler habló con estos para aclarar que él "no era un villano”.
Incluso se atrevió a jurarles que había añadido más lugares para alimentar a los desamparados “y cuidar de ellos".
Ante cámaras de la CNN y con el SunSentinel defendió la suspensión de la entrega de comida en los puntos habituales de los mendigos.
Fue aún más allá y les aseguró que "había aumentado el número de estos lugares" para alimentarles.
Era mentira y lo demostró un pastor cristiano de la ciudad, Frank Portillo.
¿Cómo? Sencillamente recordando que allí solo hay cuatro iglesias que pueden hacerlo.
“No hay docenas y docenas de iglesias y organizaciones", como dice Seiler. "No es una historia verdadera", comentó el religioso.
Su puntapié llegó al final cuando reveló que, durante tres días de cada semana, sus pobres no reciben alimentos.
Con tono defensivo, Seiler alega que la organización benéfica Hope South Florida amplió su asistencia a los más necesitados.
Sin embargo, también se lo negaron, esta vez el reverendo Perry Cannon, director de su grupo de voluntarios.
¿Qué dijo a la televisión? Por culpa de esa ordenanza local "hay más gente hambrienta" en la ciudad.
A lo que el célebre nonagenario Arnold Abbot pudiese añadir: tantos mendigos “no pueden esconderse debajo de la alfombra”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario