martes, 30 de enero de 2018

Venezuela: ¿coalición internacional para derrocar un gobierno?

Publicada: martes, 30 de enero de 2018 13:18
Existen dos hechos ciertos: la crisis al interior del país es evidente, especialmente agravada por la problemática alimentaria y de salud, aunada a la intervención directa del gobierno estadounidense bajo las banderas de la paz y la libertad.
Por el contrario, respecto a la supuesta defensa de la democracia por USA, no puede ser más clara la injerencia extranjera con la “visita” de Rex Tillerson a América Latina.
Existen dos hechos ciertos: la crisis al interior del país es evidente, especialmente agravada por la problemática alimentaria y de salud, aunada a la intervención directa del gobierno estadounidense bajo las banderas de la paz y la libertad. Por el contrario, respecto a la supuesta defensa de la democracia por USA, no puede ser más clara la injerencia extranjera con la “visita” de Rex Tillerson a América Latina.
Como se ha hecho público, el secretario de Estado de EE.UU. realizará su gira entre el 1 y el 7 de febrero, reuniéndose con presidentes y cancilleres de México, Argentina, Perú, Colombia y Jamaica, cuyo tema prioritario es Venezuela.
La portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Heather Nauert, ha manifestado que este funcionario “abogará por una mayor atención regional a la crisis en Venezuela”, puesto que están en desacuerdo con elecciones presidenciales anticipadas, fundamentando en que es Venezuela quien altera el equilibrio regional y es preciso obligarlo a hacer parte de un “hemisferio seguro”. El Gobierno de USA advirtió, además, que seguirá imponiendo sanciones al Gobierno bolivariano y desconocerá los resultados de los comicios, de los que estaría excluida la alianza opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD).
Tillerson dijo en agosto pasado que diversas agencias estadounidenses estaban “estudiando la forma de obligar al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, a abandonar el poder”, estrategia impuesta al presidente constitucional Bashar al-Assad, a Kim Jong-un, o en todo lugar donde sus autoridades no estén acordes con un “mundo seguro”.
El proyecto estadounidense será promover una coalición internacional contra el país debido a que la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) adelantará elecciones presidenciales para el primer cuatrimestre de este año, donde el actual mandatario, Nicolás Maduro, seguramente será uno de los candidatos en la contienda representando al Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). En esta dirección, se ha manifestado que nadie garantizará transparencia y supervisión por entes neutrales, en lo cual coincide Colombia, España y el Grupo de Lima, que apoyan sin ambages a la oposición de un país diferente al suyo en clara injerencia indebida en los asuntos de otro Estado.
¿Cuáles son las razones de este frente común que lidera EE.UU. contra Venezuela?
Existen dos argumentaciones: una pública y otra reservada.
La primera se expone como una lucha mundial por recuperar la libertad perdida, permitir que los candidatos tengan doble militancia, votar en elecciones supervisadas por autoridades foráneas, establecer una fecha donde la oposición esté preparada, en síntesis, instituir unos comicios donde puedan obtener la victoria anhelada.
La segunda es el verdadero sustento y el más importante: la existencia de un gobierno que se opone directamente al papel del régimen estadounidense en América Latina, en forma de subyugador del continente. Así mismo, el odio que se engendra en las élites al resistir la República Bolivariana por más de 18 años un bloqueo permanente, manifestado en intentos de golpe de estado, subversión, asesinato, espionaje, manipulación económica, desabastecimiento inducido, etc.
Es claro que adelantar las elecciones ha sido una jugada de ajedrez, especialmente al estar la oposición confundida en los caminos para obtener el poder puesto que se diferencian en participar o no en dicho proceso, en seguir la vía violenta o la pacífica, en presentar uno u otro candidato según el partido (como es lo normal en toda América), lo que debilita esta corriente y ante lo cual no estaban preparados. La idea es realizar elecciones cuando todo les favorezca y ganen.
Lo extraño es que el Grupo de Lima, conformado para “revitalizar la democracia”, no denuncia el inmenso fraude de Honduras y los asesinatos contra la oposición, ni los crímenes atroces en México o Colombia, el indulto a Fujimori, la judicialización de la ley en el caso de Lula Da Silva en Brasil o la corrupción que campea en naciones latinas. Destaca España, cuestionada por su corrupción y los presos políticos catalanes, dueña de BBVA y Telefónica, lo que explica el interés de Mariano Rajoy en los derechos humanos...de las grandes transnacionales.
No se puede negar que al interior de Venezuela existe un malestar generalizado y grandes niveles de enfrentamiento que han polarizado a la población, indicando la necesidad imperiosa de continuar la resolución de los problemas fundamentales como el desabastecimiento y la inflación inducida (entre otros), incrementando los niveles de concordia, diálogo interfamiliar, social, político, con el fin de resolver decisivamente dicha crisis. Por ello, es imprescindible el Acuerdo entre ambas partes-gobierno y oposición- en República Dominicana, donde se concerte la celebración de elecciones presidenciales para el primer semestre de 2018, los observadores calificados y garantías electorales,  la negación a las sanciones contra la nación, la creación de una comisión social y económica con el objeto de crear una sólido desarrollo y la generación de espacios legítimos para la Asamblea Parlamentaria y la Asamblea Nacional Constituyente.
Cabe señalar que Washington se opone a dicha Mesa de diálogo e interviene directamente en contra de un mandatario elegido legal y legítimamente por el pueblo, violando todas las leyes internacionales y supuestamente en nombre de la democracia. Paradójicamente es el mayor representante de la violación al sistema democrático al apoyar al terrorismo internacional como Daesh y Al-Qaeda, financiar todos los golpes de estado cruentos y a sus dictadores, propiciar la crisis de Medio Oriente, exponer una estrategia adversa a los inmigrantes, entre las múltiples acciones ilegales contra el planeta mismo.
Finalmente, caben dos reflexiones: primera, en la medida que EE.UU. aglutine consigo a mandatarios de derecha con el fin de intervenir y sancionar a Venezuela, afectando un pueblo soberano al amparar la vía violenta como mecanismo de cambio, sólo logrará acrecentar el poder del gobierno actual. Segundo, la lógica de la equidad señala que es la hora que todo el pueblo venezolano amante de la paz y donde también se encuentra un sector importante de la oposición, basado en los cauces democráticos y rechazando la intervención foránea, participe en unidad con diversidad para resolver desde el interior su problemática aguda, que existe y es vital superarla. Sólo de este modo, se puede pensar en construir una sociedad más justa e igualitaria.

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