Patishtán, Peltier y Assange, entre los invitados al curso zapatista
Llegará el día en que las cárceles se abran para quienes, como ellos, son prisioneros por la injusticia hecha gobierno, dijo Marcos.
Hermann Bellinghausen, enviado
Publicado: 20/06/2013 08:45
San Cristóbal de las Casas, Chis. El Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) dio a conocer que entre sus invitados para el inminente curso “La libertad según los zapatistas” se cuentan numerosos presos y perseguidos políticos, como Alberto Patishtán, Julian Assange, Leonard Peltier, Bradley Manning, las Pussy Riot, Mumia Abu Jamal y “los cinco” de Cuba.
En un nuevo comunicado sobre los “condiscípulos” del evento anunciado por el EZLN, el subcomandante Marcos se dirige ahora a otros ausentes-presentes en la Escuelita zapatista de agosto próximo: “Además de los caídos en la lucha y los desaparecidos, no estarán y sí, acompañándonos los presos políticos que, bajo distintas artimañas jurídicas, se encuentran en las cárceles del mundo o en situación de asilo político”.
El primero que menciona es Alberto Patishtán: “Condenado a 60 años de cárcel, este 19 de junio cumple 13 años tras las rejas. Su delito: ser mexicano, chiapaneco, indígena, profesor y simpatizante zapatista. A pesar de que se ha demostrado lo injusto de su encarcelamiento, las autoridades judiciales demoran su liberación. En palabras de un funcionario gubernamental: ‘si liberamos a Patishtán sería una mala señal por partida doble: evidenciaríamos que el sistema judicial es una mierda, y alentaríamos la lucha por la libertad de otros presos. Es algo que no nos conviene desde ningún punto de vista. Mejor esperar a que se cansen quienes están haciendo ruido con eso’. Pero acá sabemos que sí, que el sistema judicial en México es una mierda, y que quienes luchan por la libertad de los presos políticos no se van a cansar… nunca”.
Son miles en todo el mundo, previene, “y lo pequeño de nuestra palabra no alcanza a llegar a todas, a todos”. Marcos explica que se ha invitado, entre muchos, a “algunos que simbolizan no sólo lo absurdo de pretender encerrar la libertad, también, y sobre todo, la digna resistencia y la perseverancia de quienes no son vencidos por guardias, paredes y rejas”.
Respecto a Julian Paul Assange, “refugiado político”, escribe Marcos: “Su delito: divulgar mundialmente, entre otras cosas, la podredumbre de la política exterior norteamericana”. Y de Bradley Manning: “Soldado de primera clase del ejército norteamericano. Su delito: divulgar un video donde, desde un helicóptero, soldados gringos matan a unos civiles en Irak. Entre los asesinados están dos periodistas. También se le acusa de haber filtrado documentos sobre la barbarie norteamericana en Afganistán e Irak. El cargo principal contra Manning, que podría significarle la pena de muerte, es el de ‘ayudar al enemigo’, es decir, ayudar a que se conozca la verdad”.
Menciona a Leonard Peltier, 37 años en prisión. “Su delito: pertenecer al pueblo Sioux Chippewa (Anishinabe-Lakota) y luchar por los derechos de los pueblos originarios en la Unión Americana. Fue tomado preso en 1976 y condenado a dos cadenas perpetuas consecutivas (tal vez porque sus verdugos querían asegurarse de que no saldría vivo ni muerto). Se le acusó de matar a dos agentes de la Oficina Federal de Inteligencia norteamericana (FBI por sus siglas en inglés). El hecho ocurrió en Pine Ridge, territorio sagrado del pueblo Sioux, en Dakota del Sur, donde se encontraron yacimientos de uranio y carbón. Fue condenado sin prueba alguna y a pesar de que hay un expediente con más de 10 mil hojas con evidencias de su inocencia. La acusación de FBI se puede resumir así: ‘Alguien tiene que pagarla’”.
Antonio Guerrero Rodríguez, Fernando González Llort, Gerardo Hernández Nordelo, Ramón Labañino Salazar y René González Sehwerert son otros invitados: “La patria de estas cinco personas es Cuba, primer territorio libre en América. Su delito: haber proporcionado información sobre los planes de grupos terroristas con base en territorio de la Unión Americana”, y paradójicamente haber salvado muchas vidas del país que los encarcela mientras dice combatir el terrorismo.
También las rusas Maria Alyójina, Yekaterina Stanislávovna Samutsévich y Nadezhda Tolokónnikova, integrantes del grupo de rock punk “Pussy Riot”. “Su delito: denunciar la imposición de Vladimir Putin con la complicidad del alto clero de la Iglesia Ortodoxa rusa”. Esto, agrega, “en el país que se precia de haberse liberado de la ‘tiranía comunista’”.
Enseguida, en la invitación formal a estas personas, los subcomandantes Moisés y Marcos admiten: “Sabemos que tal vez le sea imposible participar en esta ocasión personalmente. Pero nosotros sabemos bien que llegará el día en que las puertas de las cárceles se abrirán para quienes, como usted, han sido tomados prisioneros por la injusticia hecha gobierno. Y esas mismas puertas seguirán abiertas lo suficiente para que por ellas entren los banqueros y sus servidores”.
“Como quiera acá esperamos, tarde o temprano, su asistencia. Porque si nuestro empeño es la libertad, uno de nuestros distintivos es la paciencia”.
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