domingo, 16 de diciembre de 2012

Claudia Trejo fue remitida a la cárcel sólo por pasear en el centro cerca de las protestas
Convierten a catedrática en “pagadora de los disturbios del 1° de diciembre
En los días que estuve arrestada pude ver el montón de irregularidades, señala la ingeniera
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Familiares y amigos de los detenidos el 1° de diciembre en diversas zonas del Centro Histórico mantienen un plantón a las afueras del Reclusorio Norte, en demanda de la liberación de los 14 arrestados, a los que consideran presos políticos del actual gobiernoFoto Francisco Olvera
Fernando Camacho Servín
Periódico La Jornada
Domingo 16 de diciembre de 2012, p. 7
Por caminar en el Centro Histórico del Distrito Federal en el momento y lugar equivocados, Claudia Ivette Trejo Gómez fue elegida por la policía para pagar por los disturbios del pasado 1° de diciembre, decisión por la que pasó siete días encarcelada, en una experiencia que le reveló de golpe el montón de irregularidades con que opera la justicia en México.
“Vivo muy cerca del centro. Ese día estaba en la calle de Filomeno Mata y 5 de Mayo cuando empecé a ver cómo los granaderos estaban agrediendo a una chica. De repente, un grupo de policías nos ‘encapsularon’ a las 25 personas que estábamos ahí en ese momento. Lo único que estaba haciendo era caminar, ni siquiera estaba gritando consignas ni nada”, recordó en entrevista con La Jornada la profesora de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Luego de una hora y media de estar acorralada en plena calle, Claudia y las demás personas que permanecían en el lugar fueron subidas a un camión de la policía, que las trasladó a la agencia 50 del Ministerio Público, donde los presionaron para firmar un papel en donde supuestamente les informaban de sus derechos como detenidos, pero sin explicarles por qué lo estaban.
Tras realizarles un examen médico de rutina –donde la doctora de turno se negó a consignar golpes y moretones evidentes–, las mujeres fueron separadas de los hombres y encerradas en los separos de la agencia, donde permanecieron sin agua ni comida suficientes y en condiciones insalubres hasta la madrugada del lunes 3 de diciembre, cuando fueron trasladadas con engaños al penal femenil de Santa Martha Acatitla, ya formalmente acusadas por el delito de ataques a la paz pública.
“Estábamos muy mal física, moral y emocionalmente, como en shock. Cuando llegamos al penal, fue muy impactante ver a tantos policías con pasamontañas, diciéndonos que nosotras éramos ‘las del relajo’ y que ya estábamos presas. Ahí nos quitaron nuestras pertenencias y nos ordenaron que nos pusiéramos lo que nos quedara de una ropa beige que estaba tirada en el piso”, narró Trejo, quien es ingeniera industrial de profesión y aspirante a una maestría en sistemas de transporte.
Chivos expiatorios
En Santa Martha, donde permaneció entre el 3 y 9 de diciembre pasados, la joven descubrió entre otras cosas que las celadoras se referían a ellas con toda naturalidad como las pagadoras, es decir, los chivos expiatorios de un delito que no habían cometido.
Para ellas es un término normal para referirse a la gente que nada más iba pasando y la agarraron, detalla.
La mañana del domingo 9, cuando fue liberada, Claudia no pudo olvidar a la enfermera Rita Emilia Nery Moctezuma –la única mujer que permanece detenida hasta hoy–, ni la sensación de que hay un montón de irregularidades en todos lados. Nunca hice nada ilícito que ameritara esto. Voy a seguir ayudando en lo que pueda a las 14 personas que siguen adentro, porque la unión es la único las puede sacar, afirmó.

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