jueves, 28 de septiembre de 2017

Pese a pobreza extrema, dona a damnificados
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Catalina Vázquez Pale, conocida como Rosita, originaria del municipio de Huixtán, Chiapas, en el centro de acopio ubicado en una zapatería de San Cristóbal de las Casas
Foto Elio Henríquez
Elio Henríquez
Corresponsal
Periódico La Jornada
Jueves 28 de septiembre de 2017,
San Cristóbal de Las Casas, Chis.
 
 
Es de los más pobres. Hace tareas domésticas o de plano pide limosna. Aún así, donó una pequeña bolsa de pasta, un kilogramo de frijol y ropa usada a los damnificados por los sismos. Su gesto, captado en video, se hizo viral y ahora ella recibe ayuda.
Encorvada por los años –calcula que tiene unos 80– Catalina Vázquez Pale llegó el día 22 a una zapatería ubicada en la calle Escuadrón 201 y avenida 20 de Noviembre a entregar su modesta ayuda.
A partir del video muchos la llaman ahora tía Rosita. “Cuando hice la primera comunión el padre me dijo: ‘¿Quieres llamarte Rosita?’ ‘Sí’, dije. Ja, ja. Y así me quedó. Todos me dicen Rosita”, cuenta entre risas.
Nació en Huixtán y tenía cuatro o cinco años cuando se fue a San Cristóbal, donde durante mucho tiempo laboró de sirvienta. “Trabajaba en la calle Ramón Corona con una enfermera –se lleva las manos a la cara y llora–. Estuve 20 años, pero cuando ella murió me corrieron”.
No sabe leer ni escribir, es católica, renta un cuarto muy chiquito por 350 pesos a unas cuadras de donde entregó el donativo, cerca del mercado José Castillo Tiélemans, y quiere ayudar a la gente que quedó viva porque quiere taparse, como yo. Otros murieron allá en la Oaxaca.
Iván Zárate, el dueño de la zapatería, explicó que abrió un centro de acopio para los damnificados del Istmo y me conmovió cuando ella trajo la ayuda. Inspiró e hizo llorar a mucha gente y varias personas se han acercado para ayudarla.

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