Cercando a Rusia: Punta de lanza ucraniana
Escrito por Arnaldo Musa, especial para Cubasí
Bailando al compás de la música estadounidense, los dirigentes de los países fronterizos con Rusia han recibido nuevas armas y aumentado en su territorio la presencia de efectivos de la OTAN.
Era de esperar que las autoridades ultraderechistas de Kiev, con el millonario chocolatero Pochorenko al frente, hicieran caso omiso a acuerdos de alto el fuego y a los llamados de que se sentaran a conversar con la mayoría parlante rusa que pretende independizar el este del país.
Conocedoras de los deseos de Rusia de evitar una conflagración mayor, y alentadas por naciones de la Unión Europea falsamente mediadoras, han lanzado al ejército ucraniano a exterminar a quienes en el este no aceptan su hegemonía ni el trato discriminatorio.
Miles de víctimas y grandes destrucciones en zonas donde apenas hay resistencia avalan lo anterior, en tanto se realiza una operación de «limpieza» étnica y de exterminio contra los separatistas y quienes colaboraron con ellos.
En tanto se resiste fuertemente en ciertos lugares, donde incluso han sido derribados aviones kievitas, decenas de miles de personas cruzan la frontera con Rusia, que, además, ha sido atacada en algunos puntos de los límites comunes y dentro de su territorio.
Lo cierto es que desde el 8 de marzo último, la Organización del Tratado del Atlántico Norte, con Estados Unidos a la cabeza, intensificó una nueva operación para estrechar el cerco con el cual espera asfixiar a Moscú, con la coartada de que quieren forzar a Rusia a que «frene la escalada» en la crisis de Ucrania.
Bailando al compás de la música estadounidense, los dirigentes de los países fronterizos con Rusia han recibido nuevas armas y aumentado en su territorio la presencia de efectivos de la OTAN.
Destructores norteamericanos se sumaron a maniobras conjuntas de Bulgaria y Rumania y más aviones F-15 llegaron a Lituania para doblar el patrullaje aéreo de la organización, en tanto las autoridades lituanas dijeron que la maniobra era una respuesta a la «agresión de Rusia en Ucrania y al aumento de su actividad militar en la región de Kaliningrado».
Al mismo tiempo, el presidente de Polonia, Donald Tusk, anunció la ampliación de los nexos militares con Estados Unidos y maniobras aéreas conjuntas. «Tenemos que estar preparados para la inestabilidad a largo plazo en las fronteras orientales de Polonia. Por este motivo, vamos a desarrollar una amplia gama de medios para fortalecer nuestra capacidad de respuesta rápida en situaciones críticas», indicó.
Polonia ya ha iniciado un programa importante de modernización militar, que incluye el desarrollo de su propia capacidad de defensa antimisiles, con la colaboración estadounidense.
En esta parafernalia bélica destaca la mayor presencia naval norteamericana en sus bases del Mediterráneo, principalmente las más cercanas a Rusia, lo cual fue respondido por Moscú con el reforzamiento militar defensivo en torno a Crimea, cuya población aprobó la adhesión a la Federación, y la continuación de las pruebas iniciadas en marzo de un cohete balístico intercontinental RS-12M Topol, así como maniobras relámpago de las fuerzas de defensa aérea.
Hay que recordar que hace unos meses la Flota Rusa del Mar Negro hundió un viejo buque en la entrada del Lago Donuzlav, a unas 80 millas al norte de Sebastopol, con lo cual bloqueó una base naval ucraniana.
Al mismo tiempo, Occidente aceleró la implantación de sanciones económicas a Moscú, aunque el frente compuesto por EE.UU. y la Unión Europea no es compacto, porque nueve naciones del denominado viejo continente dependen en más del 50% de las importaciones energéticas de Rusia, que hace poco firmó un acuerdo con China que anularía gran parte de las consecuencias del «castigo» imperialista.
No nos llamemos a engaño. Todos los preparativos defensivos de Rusia son pocos, debido a la política de doble rasero practicada por Estados Unidos y sus socios, que tratan de hacer olvidar que la mayoría de la población de Crimea es rusa.
Al mismo tiempo, apañan e insuflan bélicamente a un gobierno que ayudó a imponer en Kiev, con una franca actitud antirrusa y penetrada por elementos fascistas, lo cual hace posible que el odio de esta punta de lanza del imperialismo se traduzca en incendios en ciudades atacadas del este y la acción de quemar vivos a sus adversarios, como hacía el Ku Klux Klan con los negros en Estados Unidos.
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