jueves, 31 de julio de 2014

El entrenador más exitoso del balompié mexicano cumple hoy 98 años de edad
Soy feliz porque dediqué mi vida a lo que me gusta, el futbol: Trelles
Sólo me gusta recordar lo bueno y hacerme disimulado con lo malo
Dijo que Alemania fue un digno campeón del mundo, pero le llamó la atención Brasil: “nunca vi un Scracht tan malo”
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Don Nacho Trelles padece un problema en la rodilla derecha, que lo obliga a desplazarse con una andadera, pero desearía poder liberarse de ellaFoto Carlos Hernández
Carlos Hernández
Periódico La Jornada

Jueves 31 de julio de 2014, p. a13
Fui feliz... y lo sigo siendo porque dediqué mi vida a lo que más quise: el futbol, dice a manera de resumen Ignacio Trelles, el entrenador más exitoso en la historia del balompié mexicano, quien hoy cumple 98 años de edad.
A don Nacho se le puede considerar una leyenda viviente del futbol nacional.
Dirigió a la selección nacional en los mundiales de Chile 62 e Inglaterra 66, además de que fue asesor en Suecia 58, y puede presumir en su palmarés la primera victoria de México en una Copa, el 7 de junio de 1962, con un 3-1 sobre Checoslovaquia. También estuvo al frente del Tri en dos Juegos Olímpicos: Tokio 1964 y México 1968.
Con siete títulos de liga, es el entrenador más ganador en nuestro país y tiene el récord de más partidos dirigidos, con un total de mil 83 y saldo de 463 triunfos, 319 empates y 301 derrotas.
Sin embargo, más allá de las estadísticas, Trelles es recordado por ser uno de los entrenadores más polémicos. Conocido también como el hombre de la cachucha, todavía se menciona aquella ocasión en que fue capaz de expulsar a un árbitro, Arturo Yamasaki, cuando él no quiso salirse de la cancha.
–O se va usted o me voy yo –le dijo Yamasaki.
–Váyase usted, yo aquí estoy muy cómodo –respondió Trelles con esa forma de ser que exasperaba a todo mundo y, contra lo que pudiera esperarse, el silbante se retiró y el partido se suspendió.
Se hizo llamar Trellesovic
Fue una de las muchas veces que el técnico interrumpió encuentros para romper el ritmo al rival, pero sus críticas también alcanzaron a los directivos. Previo al Mundial de México 86, con Bora Milutinovic al frente de la selección, se cambió el nombre a Trellesovic, para criticar el malinchismo que decía imperaba en las canchas nacionales.
Con la prensa también tuvo sus altercados y cuando se le preguntaba por partidos importantes, reducía todo a una frase: Clásicos, los cerillos, decía, y se alejaba con la media sonrisa que también lo llegó a caracterizar.
Lejos de aquellos años turbulentos, don Nacho dice a La Jornada: Ya nos estamos haciendo viejitos. No recuerdo nada en especial, pero sólo me gusta acordarme de lo bueno y hacerme disimulado con lo malo...
Ignacio Trelles Campos (Guadalajara, Jalisco, 31 de julio de 1916) fue campeón con el Marte, ya desaparecido, Zacatepec, Toluca y Cruz Azul, además de dirigir al América y al Puebla.
Fue uno de los artífices de La Máquina que arrasó en la década de 1970 y sigue ligado al club celeste como asesor de fuerzas básicas. Acude a La Noria un par de veces a la semana y se ayuda con una andadera por problemas en la rodilla derecha.
Voy a celebrar aquí en mi casa, con mi familia, con mis hijos y mis nietos, algo sencillo, dice Trelles a dos años de su centenario, y cuando se le pregunta si pedirá algún deseo al momento de apagar las velas, reflexiona un momento y responde: El problema con mi rodilla es el único inconveniente, así que si se me compusiera de buenas a primeras, eso es lo que pediría. Es lo único que me impide ser el de antes y por eso prefiero quedarme en casa.
Los problemas con su pierna empezaron en 1948, cuando se tuvo que retirar como jugador al sufrir una fractura de tibia y peroné, en aquellos años en que una lesión de ese tipo terminaba con la carrera de los futbolistas.
Le gusta observar a los nuevos valores de Cruz Azul, en La Noria y mi mayor consuelo es ver partidos por televisión Lo bueno es que ahora ya se pueden ver los juegos de todas partes... y todos esos programas en los que hablan y hablan y hablan de futbol, dice.
–¿Qué le parece el juego de ahora y el de antes?
–El futbol de ahora es más violento, el de antes era más limpio, más honesto. Creo que hay mucha agresión en la cancha, muchas faltas, los árbitros no se dan abasto.
Don Nacho disfrutó ver diariamente encuentros durante el Mundial de Brasil.Hubo de todo: bueno, malo y regular, señala en una de sus clásicas definiciones, pero luego añade: De lo malo fue poco y creo que hubo mejores partidos que regulares.
Después de tantos años en este deporte, el veterano estratega menciona su frase favorita: El futbol no tiene palabra de honor.
Destaca que eso se vio durante la Copa: La sorpresa fue que muchos grandes quedaron fuera muy pronto: Inglaterra, España, Italia y hasta el mismo Brasil. Y eso es lo bonito del balompié, que no siempre ganan los mismos.
Observa que Alemania fue un digno campeón, pero lo que más le llamó la atención fue el bajo nivel del Scracht:Fue algo increíble, ni parecía Brasil. En toda la historia nunca vi un equipo brasileño tan malo. Por eso digo que el futbol no tiene palabra de honor.
Y de toda una vida dedicada con éxito al balompié, Trelles rechaza las alabanzas y explica que un triunfo en este deporte es sencillo: Se juntan buenos jugadores y un buen arbitraje. Yo solamente traté de lograr el mejor futbol en todos los equipos en que estuve.

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