Población china que llegó a Cuba se ensambló rápido con la población local
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LA
HABANA (Sputnik) — Los chinos que llegaron a Cuba desde mediados del
1800 se incorporaron muy rápido a la población local, aseguró Teresa Li,
directora de la Casa de Artes y Tradiciones Chinas, ubicada en el
emblemático Barrio Chino de La Habana, en entrevista con Sputnik.
"Los
chinos en Cuba se incorporaron muy rápido a la población nativa en la
isla y este fue siempre, desde su fundación en la segunda mitad del
siglo XIX, un Barrio Chino abierto, a diferencia de otros lugares en el
mundo donde son cerrados y solo se involucran entre ellos", comentó Li a
Sputnik.
De esta manera, la población y la cultura de China y de Cuba
se fusionaron en su música, literatura y gastronomía hasta el día de
hoy.
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Teresa Li, directora de la Casa de Artes y Tradiciones Chinas
Historiadora de profesión, Li es descendiente de chinos en segunda generación.
Creció en medio de una familia de origen asiático que se
dedicaba al negocio de lavandería —conocido en Cuba como trenes de
lavado—, donde toda la familia participaba del negocio.
En ese caso fueron chinos procedentes del suroeste de EEUU, que habían estado involucrados en la fiebre del oro en California (suroeste), y llegaron a Cuba huyendo de políticas racistas en esa zona.
"En la segunda mitad del siglo XIX se calcula
que a la isla arribaron cerca de 150.000 chinos, mayoritariamente
hombres, con mayor presencia en la zona occidental", informó Li.
Llegar a Cuba como colonos
Los chinos llegaron a Cuba en momentos en que cobraron fuerza en la isla las leyes abolicionistas en la metrópoli española (segundo tercio del siglo XIX), como una forma de sustituir la mano de obra esclava.Aunque venían "contratados" como colonos, su posición social fue más desventajosa que la de los propios negros esclavos, con un salario mísero, lo que les impidió a muchos de ellos reunir el capital suficiente para retornar a su tierra natal, por lo que decidieron asentarse de manera permanente.
"Las condiciones fueron realmente caóticas, y
para la década de 1860 Cuba era uno de los países con mayor índice de
suicidios, principalmente de inmigrantes chinos, que asumían esta
macabra decisión como forma de protesta a su situación económica",
afirmó Li.
Agregó que "el chino tuvo una suerte muy triste, además de
traerlos engañados a Cuba perdieron su identidad y pasaron a ser un
número, los privaron de sus nombres originales".
Como los negros esclavos procedentes de África, los chinos perdían
sus patronímicos, asumían como identificación los nombres de sus
patrones o, sencillamente, el que les endilgaban los oficiales de Aduana
cuando arribaban a puertos cubanos, comentó la historiadora.Li indicó que no se podía olvidar la presencia de los chinos en las luchas por la independencia de Cuba.
Estuvieron presentes desde los inicios, en 1868, hasta las últimas contiendas revolucionarias.
El patriota cubano Gonzalo de Quesada afirmó que "nunca hubo un chino cubano traidor, nunca hubo un chino cubano desertor", refiriéndose a los que combatieron, machete en mano, contra el colonialismo en esta isla que los acogió como hijos.
Surgimiento del Barrio Chino de La Habana
Después de librarse de los contratos impuestos, ocho años
después, muchos de estos chinos se desplazaron a los campos de la isla
buscando mejores posibilidades en el trabajo agrícola.
Puerta de los Dragones - Barrio Chino de La Habana
"Ahí comienza la inserción de los chinos en esa
zona, que terminaría convirtiéndose en el Barrio Chino, con la
particularidad que no es construido por ellos, sino por el proceso de
reacomodamiento y mestizaje que se produce, al mezclarse este grupo
migratorio con los nativos, principalmente negros libertos", explicó.
Libres de sus contratos originales comenzaron a desarrollarse en
varios oficios como herrería, carpintería, albañilería, verdulería,
agrícola.Establecieron negocios de lavandería, comercios de venta de alimentos y bisuterías, y van tomando un protagonismo tal que al barrio se lo comenzó a identificar. Llegaron a tener cuatro periódicos en chino —actualmente se sigue publicando uno de ellos bilingüe—, el famoso teatro Shangái, el cine Águila de Oro, y una red de restaurantes y fondas que resultaron en la atracción de cubanos y visitantes extranjeros, según Li.
Influencias socio-culturales
Sin dudas, uno de los ingredientes de la cultura cubana más importantes es justamente la presencia china, algo que se encuentra en la literatura, la música, el teatro y las artes plásticas.Presencia china hay en importantes zarzuelas cubanas (Cecilia Valdés, Rosa La China, Amalia Batista) y en el teatro bufo con sus emblemáticos personajes del gallego, el negrito, la mulata y el chino.
La música cubana también tiene una fuerte presencia de los
sonidos chinos, y el caso más significativo es la corneta que se emplea
en los carnavales de Santiago de Cuba (este), que simboliza estas
fiestas populares.
También tiene una presencia importante en la literatura
cubana, particularmente en la obra del poeta Regino Pedroso (1896-1983),
con su libro de versos El ciruelo de Yuan Pei Fu (1955), en el que
rinde homenaje a sus ancestros chinos, entre otras obras.
El refranero cubano, esa forma de sabiduría popular indiscutible,
recoge frases como "a ese no lo salva ni el médico chino", refiriéndose
al médico Cham Bom Biam, famoso por curar enfermos descartados por otros
galenos.O también cuando no se entiende lo que alguien apunta se dice: "pareces que escribes en chino", si se tiene mala suerte inmediatamente te dirán: "tienes un chino atrás", y si alguien está en medio de una situación complicada alguien dirá: "usted me la ha puesto en China".
Influencias en la cocina cubana
Entre los cubanos son referentes algunos alimentos, objetos y
juegos originarios de China como la naranja, con zumo especial para
sazonar carnes que la diferencia de la dulce, los palitos para comer,
los frijolitos, las pomadas alcanforadas, tesoro de la farmacopea
oriental, y los juegos de damas, los papalotes y los cometas.
El típico plato conocido como arroz congrí, una mezcla de arroz blanco con frijoles colorados, que también se conoce como moros y cristianos si se mezcla el arroz con frijoles negros, tiene su origen en la cocina china y no de la tradición africana como muchos piensan.
El cubano no concibe la mesa sin la presencia del arroz blanco, cocinado de una manera muy similar a como lo preparan los chinos, o de las verduras y vegetales, incluso en la preparación de la carne de cerdo y todos sus derivados.
Desde el principio, los restaurantes chinos fueron muy populares en la isla, como sus arroces fritos, los chop suey, las maripositas fritas, las sopas y una gama enorme de platos que robaron la preferencia popular hasta la actualidad.
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