sábado, 30 de mayo de 2015

La infame foto del ‘trofeo humano’ de abusivos policías de Chicago 
Escrito por  Jesús Del Toro | Pulso USA    


   
Una foto recientemente revelada en Chicago es una muestra más de que conductas y abusos aberrantes entre oficiales de policía son lacras persistentes y de larga data


Una foto recientemente revelada en Chicago es una muestra más de que conductas y abusos aberrantes entre oficiales de policía son lacras persistentes y de larga data, y que pese al escándalo y el repudio que esa imagen ha suscitado hay quienes parecen no comprender la gravedad de su significado e implicaciones.
Hace unos días, el periódico Chicago Sun-Times publicó una foto obtenida de los archivos judiciales de la Corte del Condado de Cook, en la que se ve a dos oficiales de policía portando rifles mientras tienen sometido a un hombre afroamericano a sus pies al que colocaron sobre la cabeza una cornamenta de venado, como si fuese su trofeo de caza.

La imagen es un compendio de racismo, abuso policial y violación de derechos básicos y habría sido tomada entre 1999 y 2003 dentro de una comisaría de policía en el oeste de Chicago. La persona humillada, cuya identidad no se ha revelado, sería un posible sospechoso por asuntos de drogas.
Los oficiales son Jerome Finnigan y Timothy McDermott, pero la foto en cuestión no cobró notoriedad sino hasta 2013, cuando autoridades federales la entregaron a las de Chicago. Tras ello McDermott fue despedido ese mismo año, y Finnigan había sido ya echado de la agrupación y condenado en 2011 a 12 años de prisión por encabezar una banda de policías ladrones.
La foto no es reciente y pasaron al menos 10 años antes de que suscitara alguna reacción oficial, pero dado el historial de grave maltrato perpetrado por integrantes de la policía de Chicago contra detenidos, sobre todo cuando son parte de minorías, su publicación en 2015 ha causado un fuerte impacto, máxime cuando actualmente McDermott, despedido a raíz de la investigación relacionada a los hechos retratados en la imagen, lucha en la corte para revertir su separación de la policía.
El alcalde de Chicago Rahm Emanuel comentó lacónicamente ante esa pretensión con un “good riddance” (que podría traducirse como que McDermott fue “echado para bien”) y expresó que tal imagen no representa lo que es la ciudad de Chicago ni lo que es su Departamento de Policía, de acuerdo al Sun-Times. Sacudir y limpiar la policía es uno de sus principales objetivos del segundo mandato de Emanuel como alcalde de Chicago, que comenzó formalmente hace pocos días.
Con todo, los problemas son patentes y persistentes y hará falta mucho trabajo, firmeza y decisión para encararlos. Dos simples datos para clarificarlo son: el hecho de que McDermott fue despedido luego de un voto 5-4 en la junta directiva de la policía, lo que despierta de inmediato la suspicacias sobre qué pensarán esos 4 directivos que consideraron que la infame foto de un detenido humillado y con sus derechos pisoteados por policías no ameritaba despedir a uno de los implicados; y que apenas a principios de mayo la Ciudad de Chicago aceptó pagar 5 millones dólares en compensaciones a personas que fueron víctimas de torturas y abusos de parte de la policía en décadas pasadas, hechos por los que en su momento fue sentenciado a prisión el comandante policial Jon Burge, según informó The New York Times.
Ese periódico cita un reporte de la organización Better Government Association que señala que en la última década la Ciudad de Chicago ha tenido que desembolsar más de 500 millones de dólares para compensaciones y costos legales en casos de conductas impropias de parte de policías.


Los problemas no son cosa pasada y se insertan en el contexto de la desconfianza que existe en muchos barrios y comunidades de Chicago ante la policía, que es señalada por prácticas de discriminación, perfil racial y uso excesivo de la fuerza. Pero, dada la intensa actividad criminal y pandilleril en esa ciudad, una policía eficiente, respetuosa y firme es indispensable para contener el delito, hacer valer la ley y propiciar relaciones comunidades armoniosas. Un camino que aún está a medio recorrer, y el andar está apenas al principio.

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