La escalada de tensión entre ambas Coreas, a raíz de un incidente con minas antipersona que dejó mutilados a dos soldados surcoreanos en la zona desmilitarizada y la campaña de propaganda a través de altavoces retomada por Seúl en respuesta, llevó a Pyongyang a declarar máxima alerta y "estado de preguerra".
Las tensiones entre ambos países se habían elevado enormemente desde el intercambio de fuego de artillería ocurrido el jueves, 20 de agosto, aunque Pyongyang aseguró que solo hubo disparos por la parte surcoreana.
Tras unas negociaciones maratonianas a puerta cerrada, las dos Coreas anunciaron la disminución de las tensiones en la península. Pyongyang expresó sus disculpas por el incidente con minas en la frontera, Seúl a su vez aceptó detener sus transmisiones antinorcoreanas en la zona desmilitarizada.
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