Las disculpas del Papa"El Papa Francisco es el tercer Papa en pedir disculpas por los abusos sexuales en contra de niños. Él no está haciendo nada más que dar continuidad a los patrones de conducta de sus antecesores.” Esta declaración fue realizada por la estadounidense Joelle Casteix, una de las muchas víctimas de abusos sexuales cometidos por miembros de la iglesia en el mundo.
En entrevista concedida al canal colombiano Noticias Caracol, Joelle afirma que la cuestión de los abusos no puede ser resuelta sólo con pedidos de disculpas de parte de la Iglesia.
De acuerdo con ella, la cuestión solamente será resuelta "si el Vaticano entrega toda la información que tiene a las autoridades civiles, y si esas autoridades castigan a los acusados de cometer tales delitos en contra de los niños.”
Pedido de disculpas
El último viernes 11 de abril, el Papa Francisco realizó públicamente un pedido de perdón en nombre de la Iglesia Católica por los abusos cometidos por sacerdotes pedófilos en contra de niños. "Me siento en la obligación de asumir todo el mal cometido por algunos sacerdotes y de pedir, personalmente, perdón por el daño que causaron al abusar sexualmente de niños”, declaró.
La declaración fue realizada durante un encuentro con representantes de la Oficina Internacional Católica para la Infancia (Bice) en el Vaticano.
Joelle es directora regional de la Red de Sobrevivientes Abusados por Sacerdotes (SNAP, por su sigla en inglés), siendo su responsabilidad recibir denuncias de miles de personas abusadas sexualmente por miembros de la Iglesia Católica: sacerdotes, monjas, obispos, laicos, voluntarios. Ella participa en protestas en contra de la jerarquía de la Iglesia, hace denuncias a la prensa y hasta inclusive lobby a los gobiernos estaduales y locales con el propósito de resolver limitaciones legales para que las víctimas puedan buscar reparación en contra de predadores sexuales.
Su historia de abuso sexual fue favorecida por haber nacido en una familia desajustada por el problema de alcoholismo de la madre. Nacida en 1970 y crecida en Santa Ana, California, sus padres eran voluntarios en la Iglesia de San José y fuertes recaudadores de recursos para la escuela católica Mater Dei, en el Condado de Orange. Joelle y su hermana siempre fueron educadas en escuelas católicas.
En 1986, Joelle conoció al nuevo director del coro de Mater Dei, Thomas Hodgman, de 26 años, recién recibido. Desde entonces, el profesor habría llenado de atenciones a la adolescente, manifestando su preocupación por los problemas familiares de Joelle. "Yo me sentí especial", cuenta. "Todo el mundo parecía hablar cosas malas sobre mí, pero allí hubo un profesor que dijo que me entendía. (...). Pensé que él era un amigo y no un profesor".
Sin embargo, la camaradería inmediatamente se transformó en asedios cada vez más fuertes. "Lo que yo necesitaba en ese momento era un adulto para darme consejos", cuenta Joelle en entrevistas con la prensa. "Es por eso que yo confiaba en él, en primer lugar, antes que el abuso ocurriera. Pensé que él podría ayudarme a lidiar con mis problemas emocionales. En vez de eso, él se aprovechó".
En los dos años siguientes, hasta 1988, Hodgman tuvo sexo con Joelle repetidamente. Él exigía verla antes de la clase, después de la clase, los fines de semana, en toda parte y en cualquier lugar. Al contar a sus amigos sobre el abuso, Hodgman la descubrió y la amenazó, inclusive diciendo que haría de todo para que ella no entrara en la universidad. Aún así, la estudiante consiguió matricularse en la Universidad de California, en Santa Bárbara, fue cuando descubrió que tenía una enfermedad venérea. Un año después, en 1989, Joelle escribió un artículo para el diario de la universidad en el que contó su historia, confesó haber mantenido una relación con el profesor católico e, inclusive, haber abortado un hijo suyo. A partir de ahí otros casos aparecieron y Hodgman fue despedido. Además de esto, otros directores de Mater Dei fueron denunciados también por abuso sexual.
Los casos fueron llevados a las autoridades católicas de la Diócesis de Orange, pero nada se hizo para castigar a los asediadores. Comenzó ahí la lucha de Joelle para dar visibilidad y exigir reparación por los daños causados por miembros de la Iglesia Católica. En 2004, cerca de 100 casos de abusos sexuales fueron denunciados, sólo en la pequeña Diócesis.
Publicado por Adital
Traducción: Daniel Barrantes - barrantes.daniel@gmail.com