viernes, 28 de septiembre de 2018

La pobreza extrema en Brasil creció un 128 % en tres años y reubica el país en el mapa del hambre de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Cuando la Constitución de un país determina que no puede haber desigualdad y que ningún ciudadano debe llevar una vida indigna, es muy probable que ya exista demasiada gente en esas condiciones. En Brasil de hoy, una de cada 20 personas termina el día sin haber conseguido comer el mínimo necesario, va a dormir con hambre y despertar sin ninguna esperanza de una comida satisfactoria.
Desde el 2011 al 2015, el número de personas en la extrema pobreza disminuyó, pero a partir del 2015, hasta el momento, debido a la crisis económica, percibimos que hubo un aumento en el número de personas que volvió a situarse bajo la línea de la pobreza o de la pobreza extrema, incluso por causa de esto hubo un aumento de las personas solicitando bolsa familia. Este hecho está directamente relacionado con el aumento de la tasa de desempleo en el país. Todo esto repercute en el aumento de la tasa de deudores y en el bajo consumo.
Según este estudio divulgado por el Instituto, a pesar de la caída de la inflación y del inicio de la recuperación de la actividad económica, la pobreza extrema continuó extendiéndose por el país en 2017 y 2018. Los estudios apuntan que el número de personas en situación de extrema pobreza en el país pasó de ser 13 millones en 2016 a 15 millones hasta ahora, que corresponde a un aumento de más del 11 %.
Otro dato que los estudios no apuntan pero la población alerta es que el desempleo, que aumenta la pobreza y el hambre, empeora las condiciones de vida de las personas y que esto ha generado también el aumento de la violencia.
Para esta especialista en educación, además de los problemas económicos y financieros, hay otro factor que perjudica mucho al país y como nos dice lo que es también responsable por el aumento de la pobreza, es la falta de preparación educativa.
Rony Curvelo, Brasil.
smd/ncl/rba

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