Rabino israelí: Dios es una fuerza ‘destructiva’ en nuestras vidas
Danniel Hartman, rabino israelí.
Un rabino ortodoxo israelí ha destacado que Dios no debe ser la primera prioridad del ser humano.
Como ha informado este martes el diario israelí The Times of Israel, Danniel Hartman, el jefe del Instituto Shalom Hartman (una institución educativa dedicada a potenciar el judaísmo) en Al-Quds (Jerusalén), ha alegado que las religiones monoteístas son fatalmente defectuosas por el enfoque, a su juicio, obsesivo que tienen con Dios.
Tras restar importancia al papel que desempeña Dios en la vida del ser humano, Hartman ha afirmado que la ética (proveniente del Liberalismo) debe ser la primera prioridad del ser humano y, a su juicio, la mayoría de las personas están de acuerdo con eso.
Entre otras de sus afirmaciones, el rabino ha sostenido que la religión no entiende el impacto de Dios en el ser humano, porque Dios es una fuerza destructiva en la vida de las personas.
Paradójicamente, Hartman ha afirmado que trata de salvar la religión y, a continuación, ha hecho hincapié en que está muy orgulloso de ser un herético.
En referencia a los ataques incesantes del régimen israelí contra los indefensos gazatíes, Hartman ha dicho que la ética en la guerra es muy importante, pero la responsabilidad moral lo es más para la “supervivencia”, por lo que los israelíes tienen el derecho a atacar a los gazatíes y matarlos para defenderse a sí mismos.
Más de siete semanas de agresiones israelíes a Gaza en 2014 dejaron al menos 2310 muertos y 10.626 heridos, en su mayoría civiles, además de unos 100 mil palestinos sin hogar.
Unido a estas agresiones, los nueve años de bloqueo paralizante impuesto por el régimen de Israel contra la Franja de Gaza han provocado daños a un 80 por ciento de su industria.
Por otro lado, en alusión a Elor Azaria, soldado israelí que disparó el pasado marzo en la cabeza al palestino desarmado Abdul Fatah al-Sharif, y le mató, Hartman ha dicho que Azaria no es culpable.
El asesinato del joven palestino fue filmado en secreto por el grupo humanitario israelí B'Tselem; la difusión del acto macabro protagonizado por el militar israelí generó duras críticas: la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y Amnistía Internacional (AI) denunciaron el horrendo acto.
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