México SA
La carabina de Navarrete
Discurso y salario mínimo
Conasami, olvido oficial
Carlos Fernández-Vega
El anuncio formal lo hizo –casualmente– unos pocos días antes de los comicios del 5 de junio, y su compromiso –producto de un pacto para el crecimiento, y no por un decreto– fue que a mediados de ese mes –es decir, el que ya pasó– se haría público el acuerdo tripartito para un aumento al salario mínimo, que será efectivo antes de que concluya el año (se supone que 2016).
Esa fue la oferta del secretario peñanietista del Trabajo, Alfonso Navarrete Prida, quien a finales de mayo presumió que la negociación sobre el particular va por buen camino y existen todas las condiciones para hacerlo (el incremento del mini ingreso), como resultado de la estabilidad macroeconómica, el aumento en la productividad laboral y la baja sensible en la informalidad.
Más de un mes después, y tras la masacre electoral que registró su partido, el tricolor, nada ha dicho Navarrete Prida sobre el particular: ni cuándo, ni cómo, ni cuánto (aunque es de sobra conocida la intentona propagandística de su anuncio en el mes de la madre) aumentaría (versión oficial) el salario mínimo, que se mantiene en niveles verdaderamente raquíticos.
De hecho, cercanos los comicios del 5 de junio, Navarrete Prida declaró que las pláticas sobre el incremento al salario mínimo no se detuvieron, sino que simplemente no se hicieron públicas ante el proceso electoral que se vive en el país, pero –detalló– “desde finales de abril se instaló el diálogo con los factores de la producción (los empresarios y los supuestos líderes obreros, con el gobierno en calidad de mesero) para que el eventual acuerdo permita que la justicia social vaya integrada en este pacto (es decir, la que el Constituyente de 1917 incluyó desde entonces) y con la finalidad de que sea global, no sólo en cuanto al salario mínimo.
De cualquier suerte se olvidó del secreto, y lo hizo público el 31 de mayo ante los empresarios agremiados en la Canacintra. Por ello, los famélicos asalariados de este país deben estar más que felices y motivados con la promesa incumplida del secretario del Trabajo, una más del gobierno peñanietista. En su anuncio original, Navarrete Prida todavía tuvo tiempo de aventarse la puntada de subrayar que tenemos que aprender nuevas cosas los mexicanos, dialogándolo con quienes hoy representan 80 por ciento del producto interno bruto y podemos encontrar esta salida.
Pero qué más da, si se trata de (otra) promesa (incumplida) de Navarrete Prida, quien se mantiene tomado de la mano de la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (Conasami), un organismo ferozmente burocrático encargado de contener el avance salarial en el país, aunque la ley diga todo lo contrario.
El titular de la STPS, junto con la Conasami, ha dado largas y más largas al asunto del aumento al salario mínimo. De hecho, va para dos años que esta última institución (así le llaman) se comprometió a presentar una propuesta seria en torno a un incremento sustancial al mini ingreso, pero siempre y cuando no altere los beneficios ni los privilegios del capital.
Cómo olvidar que desde octubre de 2014 la Conasami y su sempiterno presidente, Basilio González (cuyo sueldo, obvio es, rebasa por muchísimo al mini ingreso de los trabajadores que dice cuidar), anunció la creación de la Comisión Consultiva para la Recuperación Gradual y Sostenida de los Salarios Mínimos Generales y Profesionales, con el objetivo, dijo, de revisar la mejor forma de aumentar tal indicador sin afectar a los demás factores de la producción (es decir, a los patrones).
Para ello la citada comisión entregaría un informe en abril de 2015 que incluiría –según promesa original– los mecanismos viables y sostenidos para la recuperación del salario mínimo, lo cual, obvia y descaradamente, incumplió. Apenas si se molestó en anunciar que decidió posponer la fecha a junio de 2016, es decir, un mes atrás, y de nueva cuenta falló. Total, no hay prisa.
Como siempre, el Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM) de la UNAM nos ilustra sobre este tema estratégico y da seguimiento al indicador real que mide la pérdida de poder adquisitivo del salario mínimo: ¿cuántas horas tiene que laborar diariamente un trabajador para adquirir una Canasta Alimenticia Recomendable? (el tiempo de trabajo necesario para adquirir la CAR depende de tres factores: el precio de la canasta, el monto del salario mínimo y el número de horas de una jornada laboral).
Pues bien, en 1987 un trabajador destinaba el ingreso de media jornada laboral (cuatro horas y tres minutos) para adquirir una CAR completa, pero en la medida en que se ha dado el incremento en la pérdida del poder adquisitivo, a lo largo de los años, para el 26 de abril del 2016 el trabajador ya tenía que laborar 23 horas 22 minutos (equivalentes a tres jornadas laborales) para poder acceder a la misma canasta.
El CAM detalla que las personas actualmente se ven obligadas a considerar otras alternativas para tener acceso a una canasta básica: buscar un doble empleo, aunque sea en condiciones precarias; que más miembros de la familia trabajen y tengan un ingreso, así sea precario, para contribuir al gasto de la familia; recurrir al mercado informal; emigrar a otra región del país o al extranjero.
De 1982 a la fecha el poder adquisitivo del mini ingreso se ha pulverizado. Con un salario mínimo en 1982 se adquirían cerca de 19 litros de leche; al 26 de abril de 2016 apenas se compraban 4.55 litros, y descontando. El mismo ejercicio se puede realizar con otros productos básicos: 51 kilogramos de tortilla en aquel entonces, contra 6.52 kilogramos de ahora; 7 litros de aceite contra 2.92 litros; 280 piezas de pan blanco contra 44; 8.5 kilogramos de huevo contra dos; 12 kilogramos de frijol contra tres, y así por el estilo.
A estas alturas se requieren dos salarios mínimos diarios sólo para adquirir un kilogramo de bistec de res (no de la mejor calidad), por lo que, subraya el Centro de Análisis Multidisciplinario, es inalcanzable para la gran mayoría de la población mexicana, pues se ha convertido en un artículo de lujo, como muchos otros, para las familias trabajadoras. Ello muestra el incremento y profundización de la pobreza en México.
Las rebanadas del pastel
Y para documentar el optimismo, el presidente de la Unión Nacional de Empresarios de Farmacias, Juvenal Becerra Orozco, informó que los precios de los medicamentos de patente, elaborados por laboratorios trasnacionales, registran un incremento promedio de 20 por ciento en lo que va del año (de 30 por ciento, en algunos casos), debido a la depreciación del peso frente al dólar.
Twitter: @cafevega
D.R.: cfvmexico_sa@hotmail.com
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