Este año, el jardín botánico más antiguo de Rusia celebra su 310 aniversario. Fundado en Moscú en 1706 por Pedro el Grande, el llamado Huerto Farmacéutico fue diseñado para el cultivo de hierbas medicinales —de ahí su nombre—. El portal RBTH recopiló los datos más curiosos sobre este centenario jardín ruso.
La leyenda dice que el propio zar se arremangó la camisa y plantó un alerce que hasta el día de hoy sigue brotando, de modo que es un testigo viviente de ese acontecimiento. Durante mucho tiempo, el jardín fue puesto bajo 'gestión extranjera'. Entre los jardineros invitados en diferentes momentos de su historia se encuentran famosos botánicos como Friedrich Christian Stephan y Traugott Gerber, que dio nombre a una flor.
Durante la invasión napoleónica de 1812, el jardín se incendió y cayó en el olvido. Solo en la época soviética, en 1950, el Departamento Botánico de la Universidad Estatal de Moscú le devolvió vida al proyecto.
El jardín actual cuenta con una superficie de siete hectáreas y es el hogar de múltiples plantas inusuales. El invernadero cuenta con más de 860 especies de orquídeas, así como con plantas de las zonas más áridas del planeta.
De acuerdo con la tradición rusa, los diferentes museos y galerías cuentan con su propia dinastía de gatos domésticos. El Huerto Farmacéutico también dispone de sus felinos, cuyo linaje se remonta a los compañeros de cuatro patas del mismísimo Pedro I. El parque está habitado por gatos del tipo 'flor' y el más viejo de todos ellos lleva el título de 'Su Majestad floral', nota el medio.
Aunque los estanques del jardín son artificiales, cada uno puede contar su propia historia. Por ejemplo, el Stranniy, que significa Extraño, fue creado a principios del siglo XVIII y su fondo está recubierto con lozas de Gzhel —la famosa porcelana rusa con su propio patrón de color azul—.
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