Después del triunfo del Brexit en el Reino Unido, una 'epidemia independentista' ha invadido a Europa y se está expandiendo por el resto del mundo. Ahora estados americanos como Texas, California, Alaska, Nuevo Hampshire y Hawái están planeando separarse de EEUU.
En Texas, por ejemplo, un estado que fue país soberano entre 1836 y 1846, la búsqueda de una separación de EEUU es parte de su historia. El Movimiento Nacionalista de Texas, una organización que aboga por un estado independiente, está presionando al gobernador de Texas, Greg Abbott, para que apoye un referéndum como el que tuvo lugar en el Reino Unido.
If the Brits can do it, why can't we? #Texit #Secession2016
"Las personas han visto lo que ocurriómás allá del Atlántico y se dieron cuenta de que es posible. Esto le ha quitado validez a las críticas de nuestros oponentes", declaró Daniel Miller, presidente de la organización a la NBC.
En el estado de California, la campaña 'Yes California Independence' ha sido un "brillante ejemplo" de cómo usar el derecho a la autodeterminación. Louis Marinelli explicó al diario norteamericano que tras el Brexit, entre 300 y 400 personas nuevas han firmado su apoyo a la campaña en internet. El deseo de la organización es conseguir las firmas necesarias para realizar una consulta popular en 2020 para separarse de EEUU.
"Ahora tenemos un ejemplo de que esto —un referéndum de separación— puede hacerse legal y pacíficamente", declaró Marinelli.
En Nuevo Hampshire, la iniciativa 'NHexit' ha tomado fuerza y algunas de las personas que apoyan la separación de este estado se han reunido para exhortar al estado a buscar la separación.
"Si el Reino Unido pudo hacerlo, Nuevo Hampshire puede hacerlo", es el lema de la campaña, según reporta NBC.
Sin embargo, explica el experto John Hudak, tales campañas son "absurdas, faltas de información y muy peligrosas", además de estar bloqueadas constitucionalmente por el caso 'Texas contra White', tratado en la Corte Suprema de Estados Unidos en 1869.
No obstante, el Brexit ha resultado tener un efecto positivo en los movimientos separatistas de Europa y EEUU. Incluso el distrito de Staten Island en Nueva York, se ha planteado de nuevo separarse de los otros distritos neoyorquinos, algo que ya intentó, sin éxito, en 1993.
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