MOSCÚ (Sputnik) — Rusia podría multiplicar las misiones de sus aviones de guerra en Siria o adelantar la salida de su único portaaviones al Mediterráneo Oriental en respuesta al derribo de un helicóptero con dos pilotos militares en Siria, escribe el diario Kommersant.
La máquina —un Mi-25, acorde a la versión oficial, o un Mi-35M, según algunos expertos— fue derribada el 8 de julio en la provincia de Homs, tras atacar desde el aire a un grupo de terroristas de Daesh que intentaban romper la defensa del Ejército sirio en la zona.
Ambos tripulantes, el coronel Riafagat Jabibulin y el teniente Evgueni Dolguin, murieron después de que el helicóptero fuera alcanzado por un proyectil lanzado desde tierra.
En represalia, Rusia podría incrementar el número de misiones de combate de su grupo aéreo emplazado en Hmeymim, el cual incluye bombarderos de primera línea Su-34, así como cazas Su-30 y Su-35, y usar nuevamente armas de alta precisión como misiles de crucero Kalibr-N, señala Kommersant que cita fuentes de alto rango.
© SPUTNIK/ DMITRY VINOGRADOV
Esta opción, sin embargo, podría repercutir en el alto el fuego vigente en algunas zonas de Siria por acuerdo con EEUU.
La segunda opción sería adelantar de octubre a finales de agosto la salida al Mediterráneo Oriental del portaviones ruso Almirante Kuznetsov que cuenta con unos 15 cazas Su-33 y MiG-29K/KUB más una veintena de helicópteros Ka-52, Ка-27 y Ка-31.
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