Venezuela: Soberanía vs guerra económica
Escrito por Arnaldo Musa, especial de CubaSí
Vencidas inobjetablemente algunas de las más recientes andanadas de la derecha contra el Gobierno Bolivariano de Venezuela, quedan en el tapete peligrosas aristas de una guerra económica que trata de socavar la soberanía nacional mediante el fantasma del miedo, el hambre y la invasión militar externa.
No importa que el presidente Nicolás Maduro se declare dispuesto al diálogo y que la Unión de Naciones Suramericanas ponga sus buenos oficios al respecto, porque a la contrarrevolución alentada por el imperialismo le importa un bledo que el país caiga en un caos, si con ello obtiene venganza y empoderamiento, y logra sus ansias de lograr pingues ganancias con la entrega de las riquezas de la nación a la oligarquía y las transnacionales.
En esa pesca en río revuelto no prosperó por bochornosa e ilegal la intentona del tarifado secretario general de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro, de aplicar una denominada carta democrática que llevaría a la intervención extranjera y la deposición del gobierno de Nicolás Maduro, tal como sucedió con la invasión de tropas norteamericanas en 1965 en República Dominicana, intento frustrado por la enérgica actitud de Venezuela y la oposición de la mayoría de los estados integrantes de la entidad, en la que solo sobresalió el abyecto apoyo del representante paraguayo.
Casi al unísono quedó devaluado por el momento un petitorio revocatorio del mandato presidencial, rodeado de escandalosos fraudes orquestados por dirigentes de la oposición que controla la Asamblea Nacional, lo cual, a mi entender, debe generar algún tipo de castigo jurídico.
El control mediático por la mayoría de derecha no ha podido encubrir tantos entuertos, pero, subrayo, el castigo, divino o no, debe vencer cualquier impedimento de una jurisprudencia cuya honradez se puede poner en duda.
Y es que es indispensable hacer consecuentes y duraderas las medidas que hoy se están aplicando para, con el arma de una producción amplia y de calidad, vencer la guerra económica que golpea indudablemente a las clases desposeídas y soliviantan el ánimo del venezolano.
De ahí que el Gobierno Bolivariano haya reiterado la continuación de la lucha contra la pobreza y por el aumento de la calidad de vida en general, mediante planes que conllevan también una mejor distribución.
Todo es importante en el enfrentamiento a la guerra económica que el empresariado lleva a cabo con el aliento del imperialismo y apoyo de sectores retrógrados que no dudan en seguir empleando métodos de violencia, como en el 2014.
Algunos integrantes del empresariado, entre ellos el de La Polar, han mantenido sus actos desestabilizadores, en los que descuellan el desgano, el rechazo y los subterfugios de la oposición para evitar conversar seriamente con el gobierno, y dan todo el largo posible, a fin de que se profundice y cause mayores efectos los planes dirigidos por un empresariado envalentonado por creer que tendrá perennemente las manos sueltas.
Este nunca está escaso de fondos para mantener la sistemática campaña de agresión y descrédito, apoyar acciones violentas para desestabilizar al país y amparar a políticos de la derecha vinculados con planes golpistas.
Pero el gran mérito de este Gobierno Bolivariano, aunque la mayor parte de la prensa lo trate de ocultar, es servir al pueblo, enmendar errores y concientizar a la población para hacer frente a la agresión y la crisis creada por la manipulación de los precios del petróleo por Estados Unidos.
De esta manera fortalece los programas, políticas y las misiones sociales, como mejor defensa a la soberana nacional ante la guerra económica del imperialismo y sus secuaces.
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