Publicado 26 septiembre 2016
El padre Alejandro Solalinde recordó que “Ayotzinapa, aunque no es el único caso de desaparición forzada, sí es el más emblemático, es el que históricamente marcó un hartazgo en la sociedad civil, que permitió exhibir al gobierno y al Estado mexicano, como el gran culpable y verdugo que comete crímenes de lesa humanidad”.
Según Solalinde, el caso Ayotzinapa es un crimen de Estado y que gracias a la acción del grupo de padres y organizaciones defensoras de derechos humanos se pudo comprobar la responsabilidad del actual Gobierno mexicano “Sin duda alguna, puedo decir que el gobierno de Enrique Peña Nieto supo y sabe perfectamente bien lo que pasó aquella noche y madrugada con los jóvenes de Ayotzinapa, él sabe y conoce el paradero de los 43 estudiantes”.
Solalinde preguntó que si la ciencia ya demostró que los estudiantes de Ayotzinapa no pudieron ser incinerados en el basurero de Cocula, “de no ser ahí, entonces en qué hornos crematorios pasó, porque es un hecho que el gobierno en todo momento ha querido librar al ejército de esta responsabilidad, y lo ha estado librando que se conozca que el último paradero de los estudiantes fue el ejército, aunque no ha podido demostrar lo contrario”.
Al cumplirse los dos años de la desaparición de los 43 estudiantes de la escuela normal rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, el sacerdote Alejandro Solalinde indicó que el Gobierno de Enrique Peña Nieto se ha convertido en el enemigo número uno del pueblo, que no se preocupa por sus ciudadanos, mucho menos por los más vulnerables, los tienen el abandono.
Durante una entrevista al portal "Revolución tres punto cero", el sacerdote dijo que “el presidente Peña Nieto es un verdadero peligro para México, por eso es urgente que la ciudadanía tome conciencia, que el país tome responsabilidad ética y nos unamos para cambiar nuestra historia”
Y añadió “esta mafia que se mantiene enquistada en el poder está decidida a toda costa a jugar con más de lo mismo, en el sexenio que inicia en 2018. Por eso es importante que todos tomemos conciencia, y decidida y estratégicamente sin miedo, quitemos a esta mafia que se ha apoderado del gobierno de México”.
Ante la interrogantes el padre Alejandro Solalinde agrega que, Enrique Peña Nieto y su gobierno se encuentran en un callejón sin salida, porque afirma que ya antes había exhibido restos calcinados en la Universidad de Innsbruck, y debería de aclarar que si no los sacó de Cocula, de dónde exactamente salieron.
Solalinde afirmó que en su conjunto, los actos violentos del 26 y 27 de septiembre, sumado a dos años de irregularidades y obstaculización del caso en distintas formas, por parte del gobierno, “lesiona y lastima al pueblo mexicano y nos avergüenza ante el mundo.
“Lejos de tener un ejército Mexicano que respete el Estado de derecho qué cuide, que proteja, que valore a defensores y defensoras de derechos humanos, activistas, al pueblo que se expresa, los encarcela” o desaparece sentenció Solalinde
Curas son un objetivo de los grupos criminales
Sobre el asesinato Julio César Mondragón Fontes y del secuestro del sacerdote José Alfredo López Guillén, Salalinde advirtió que los grupos criminales traen en “la mira” a los sacerdotes más comprometidos con los pobres, mientras la jerarquía de la Iglesia católica se mantiene una actitud pasiva.
“La Iglesia, la jerarquía católica, tiene que reaccionar, tiene que ver qué hacer. Yo estoy enviando cartas, haciendo nuestra parte, hablando en medios, estoy muy preocupado”, dijo el también activista en defensa de los migrantes y de los derechos humanos.
Para Solalinde los crímenes en el país siguen al alza, y citó los cometidos contra periodistas, sacerdotes, y la constante criminalización contra los luchadores sociales y reiteró su señalamiento en contra del mandatario mexicano
“Peña Nieto es un gobernante vengativo, por lo que hoy no se tiene un Estado que cuide y proteja al pueblo, por el contrario, “ahora es la principal amenaza contra la ciudadanía, contra los estudiantes, contra los jóvenes, por eso tiene relevancia Ayotzinapa, ya que no es el primer caso, ni desgraciadamente los últimos desaparecidos, pero claramente se dio una acción de Estado contra las normales rurales” indicó el padre Alejandro Solalinde.
En contexto
El 26 de septiembre de 2014, un grupo de alumnos de Ayotzinapa tomaron varios autobuses comerciales para viajar a una manifestación en la ciudad de México. Según la declaración de los miembros del cártel Guerreros Unidos, integrantes de esta célula delictiva, incitados por la policía local, emboscaron a los estudiantes y posiblemente los confundieron con miembros de un cártel rival.
Algunos estudiantes fueron asesinados con armas de fuego, otros escaparon y 43 fueron secuestrados y, según se afirma, ejecutados.Los miembros del cártel indicaron que incineraron los cuerpos en un basurero municipal, en las afueras del pueblo de Cocula.
Seis semanas más tarde, los investigadores federales anunciaron que encontraron bolsas con restos humanos, convertidos en cenizas, tanto en el basurero como en un río cercano.
Casi dos años después del secuestro y asesinato de los estudiantes no hay condena judicial ni tampoco consenso. La herida abierta aquella noche del 26 al 27 de septiembre aún está lejos de cerrarse.
Los padres de las víctimas rechazan la versión oficial y el GIE arrojó serias dudas sobre el proceder de los investigadores mexicanos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario