México SA
Economía descendente
Tasas de interés al alza
Cuidado con los bancos
Carlos Fernández-Vega
Por razones de empinamiento moderado (sic y recontra sic del Banco de México) y con el objetivo de contrarrestar las presiones inflacionarias, la junta de gobierno del banco central decidió incrementar a 4.75 por ciento su tasa de interés de referencia, con lo que ahora los usuarios de los servicios crediticios de la banca privada serán víctimas de nuevos aumentos en los réditos que ésta les cobra.
Será cuestión de ver qué tan moderado será el empinamiento que aduce el Banco de México, pero tal criterio ni lejanamente será compartido por los citados usuarios, pues serán ellos quienes paguen la consecuencia de la medida y los excesos del sistema bancario que opera en el país, caracterizado precisamente por sus excesos.
En vía de mientras, el Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (Idic) divulgó su más reciente análisis (México, atrapado en una corriente descendente), en el que advierte que los resultados económicos nuevamente muestran que las reformas estructurales no han logrado cambiar la realidad inercial del crecimiento en el país. De dicho análisis se toman los siguientes pasajes. Va, pues.
El crecimiento económico de México, medido por el indicador global de la actividad económica (Igae), muestra un avance por debajo de su capacidad potencial: un aumento de 1.3 por ciento en julio y un acumulado de 2.3 por ciento en los primeros siete meses de 2016. El resultado corresponde a una realidad inercial que las reformas económicas no pudieron cambiar.
En este escenario, el ajuste presupuestal y el recorte al estimado de crecimiento del producto interno bruto (PIB) de Estados Unidos (de 2 a 1.8 por ciento) son factores que condicionan el alcance de las expectativas de crecimiento para el cierre del presente año, e incluso para 2017. De igual manera, la debilidad de las exportaciones manufactureras por la menor dinámica estadunidense limita una recuperación vigorosa de la desaceleración económica e incertidumbre global. La debilidad de la economía se profundiza en la industria.
La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad) advirtió en su publicación anual (Informe sobre el comercio y el desarrollo) que si las economías más avanzadas se encuentran en una desaceleración económica, los países en desarrollo están atrapados en una corriente descendente.
De acuerdo con la Unctad, la recuperación de la economía internacional requiere que los dirigentes mundiales apliquen políticas macroeconómicas audaces, fortalecer la regulación de las finanzas y utilizar políticas industriales activas. Esta es una lección no aprendida por México, donde nuevamente la estrategia de política económica definida, si bien ha permitido mantener la estabilidad macroeconómica, no ha logrado llevar al país a una senda de crecimiento económico sostenida y amplia que permita mejores condiciones de negocios y sociales en el país. Por ejemplo, el paquete económico 2017 prevé la misma estrategia seguida en décadas pasadas, pero cuyos resultados en términos de crecimiento económico están ausentes.
El informe de la Unctad incluso se refiere a la austeridad, como un elemento que sólo ha propiciado una de las más débiles recuperaciones de una crisis económica. En particular, la economía mexicana ha sido incapaz de establecer los vínculos necesarios para estimular un proceso de industrialización y crecimiento económico dinámico. México se encuentra entre los países con etapas de industrialización estancada, al igual que India y naciones del Sudeste Asiático y África subsahariana. El informe menciona que los beneficios de la industrialización en estos países no se han derramado al resto de la economía, y en el caso de México, el énfasis en la consolidación fiscal sigue afectando la inversión pública.
El escenario de escasa inversión y crecimiento económico, así como la generación de empleos pero con condiciones de informalidad y precariedad confirma que, como lo indica la Unctad, el país se encuentra atrapado en una corriente descendente. México es la economía número 14 del mundo por tamaño del PIB, pero sus niveles de competitividad se encuentran más cercanos a economías menos desarrolladas: lugar 51 de acuerdo con el último reporte del Foro Económico Mundial. Uno de sus principales factores, que en parte explica por qué una economía tan grande no mantiene un nivel de competitividad similar, es que no ha sido capaz de establecer los vínculos necesarios para estimular un proceso de industrialización y crecimiento económico dinámico, por lo cual se encuentra en una etapa de industrialización estancada.
La nueva apuesta de México (Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica) es una estrategia ya empleada en décadas pasadas, pero sin resultados que alcancen grandes expectativas: mayor apertura al comercio internacional para generar mayor competencia, pero sin garantizar mejor competitividad internamente, que logre un proceso exitoso de inserción global de las empresas mexicanas e integración productiva de alto valor agregado nacional.
El comercio internacional es importante y México debe estar presente, pero para tener mejores resultados en términos de competitividad, crecimiento económico y que ello se traduzca en bienestar social, es necesario plantear además una planeación de desarrollo interno de las capacidades productivas que le den al país las herramientas necesarias para enfrentar la competencia global. De lo contrario, los resultados seguirán ausentes y las empresas mexicanas no contarán con los pilares mínimos de desarrollo necesarios para posicionarse en el escenario mundial frente a las grandes transnacionales que tradicionalmente han tenido el poder de mercado, y con ello sus países han logrado trasladar esos beneficios a su economía y sociedad. Reconsiderar el rol proactivo del Estado es un imperativo que plantea la Unctad.
Las rebanadas del pastel
No hay como ser funcionario de altos vuelos. Allí está el caso de Luis Videgaray: dejó un tiradero espeluznante, a lo largo de cuatro años de todas perdió todas, afectó a todos los sectores productivos y se ensañó con el social, endeudó al país hasta la médula, dejó el gabinete cuando quiso, sigue tan campante y no hay quien exija responsabilidad legal. ¿Así o más impune?... Parece que se agotó el benéfico efecto del debate Clinton-Trump: ayer el billete verde de nueva cuenta acarició a Benito Juárez; se vendió a 19.90 nanopesitos en Bancomer.
Twitter: @cafevega
D.R.: cfvmexico_sa@hotmail.com
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