El Nuevo Ejército sirio —NSA, por sus siglas en inglés—, respaldado por los estadounidenses, ha sufrido recientemente varias derrotas importantes, pero EEUU sigue invirtiendo mucho dinero en los milicianos sirios, dado que el "proyecto parece ser rentable", opina Pável Ivanov, autor de un artículo al respecto en RIA Novosti.
El Nuevo Ejército sirio consta de expartidarios del Ejército Libre de Siria y prófugos del Ejército de Asad.
Para la NSA fueron construidos campos de entrenamiento en Jordania, Arabia Saudí y Catar. "El Pentágono desembolsó una suma considerable en 2015 y anunció que, en el entrenamiento con los especialistas de Occidente, iban a participar 5.000 combatientes del Nuevo Ejército. Solo 200 de ellos consiguieron acabar con la tarea", recuerda Ivanov.
Los expertos militares rusos sugirieron cuál sería el verdadero objetivo detrás de la operación del grupo armado de la oposición siria, evidentemente incapaz de combatir a los terroristas.
"Existe la opinión de que financiando y apoyando al Nuevo Ejército Sirio, EEUU, Arabia Saudí y Catar están intentando impedir que Rusia realice una serie de importantes proyectos de gas. Se trata de intentos de abrir un corredor desde Catar a través de Arabia Saudí a Turquía y luego a Europa para construir un gasoducto magistral, que podría cambiar radicalmente la configuración energética actual y hacer competencia a los proyectos de Gazprom", explica Ivanov.
Sin embargo, el periodista señala que este concepto tiene tanto partidarios como detractores, que consideran que el proyecto tiene demasiados riesgos y no es rentable debido al carácter duradero del conflicto sirio.
Ivanov, no obstante, no lo descarta y supone que "tal vez EEUU y sus socios quieran 'limpiar' a Siria tanto de Daesh como de Asad, que se han convertido en obstáculos idénticos para ellos, y establecer en el país su duro orden".
© REUTERS/ U.S. AIR FORCE
El 28 de junio, el grupo armado de oposición Nuevo Ejército Sirio cedió a Daesh el control del aeródromo de Al Hamdan. Las tropas del NSA también fracasaron en superar a la resistencia yihadista en los alrededores de la localidad siria de Al Bukamal.
EEUU brindó apoyo aéreo y de artillería para ambas operaciones. Sin embargo, los estadounidenses abortaron el apoyo aéreo en la operación para liberar Al Bukamal, justificando la decisión por la necesidad de atacar un blanco estratégico en Irak.
Siria vive desde 2011 un conflicto armado que se ha cobrado más de 250.000 vidas, según el último balance oficial de la ONU, o unas 400.000, de acuerdo con las estimaciones del enviado especial de Naciones Unidas, Staffan de Mistura.
El pasado 27 de febrero, en Siria entró en vigor un alto el fuego, acordado por Rusia y EEUU y avalado por el Consejo de Seguridad de la ONU en un intento de poner fin al conflicto armado.
La tregua, que entre otros objetivos está destinada a facilitar los suministros humanitarios para la población siria, no se extiende a los grupos que Naciones Unidas cataloga como terroristas, entre ellos el Frente al Nusra y Daesh (o Estado Islámico), proscritos en Rusia y varios países más.
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