sábado, 9 de julio de 2016

La técnica soviética militar en la Plaza Roja

Cuando la Unión Soviética intentó ingresar en la OTAN

© AFP 2016/
MUNDO
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En estos tiempos turbulentos, cuando la OTAN y Rusia no coinciden en sus estrategias para afrontar los desafíos globales, pocos recuerdan que la URSS, a lo largo de su historia, intentó en más de una ocasión ingresar en la OTAN y poner fin al enfrentamiento y la división del mundo en dos bloques opuestos.

Después de la muerte de Iósif Stalin en 1953 y poco antes de la firma del Pacto de Varsovia en 1955, el Kremlin propuso integrarse en la OTAN, según indican los documentos históricos.
La insólita propuesta soviética
En 1954, la URSS envió a los Gobiernos de EEUU, Francia y el Reino Unido una larga nota que contenía diversas propuestas.
El documento defendía que la formación de dos bloques beligerantes había sido una de las causas de la Segunda Guerra Mundial y destacaba la importancia de sustituir la confrontación por la cooperación entre los distintos países europeos para mantener y promover la paz. La idea fue planteada para evitar el desencadenamiento de una nueva guerra mundial.
Además, la nota de la URSS destacaba el problema de los arsenales y planteaba la prohibición de las armas atómicas y otros tipos de armas de destrucción masiva.
El rechazo de Occidente
Sin embargo, tras valorar la propuesta, EEUU, el Reino Unido y Francia enviaron a la URSS una respuesta formal que decía que la propuesta soviética no se correspondía con los principios de la Alianza y que ninguno de los países miembros estaba dispuesto a desmantelar su propio sistema de defensa.
El resto ya forma parte de la historia. EEUU continuó con la política de expansión de la OTAN en el este, incorporando nuevos miembros en el bloque. En 1955, la República Federal de Alemania pasó a ser miembro de la Alianza.
El pacto de Varsovia —un tratado que suscribieron la URSS y sus 'satélites' europeos— se firmó en 1955 y supuso la antítesis de la OTAN. El pacto, firmado como respuesta a la Alianza, tenía como objetivo fortalecer militarmente las fronteras de las naciones socialistas en caso de una posible guerra y acabó dividiendo definitivamente el mundo en dos polos opuestos.
Los fracasados intentos de reconciliación
En 1983, la URSS volvió a hacer otro intento de integrarse en la OTAN cuando el mandatario soviético Yuri Andrópov presentó un proyecto ante los altos cargos del partido, pero el acercamiento fracasó después de que las fuerzas soviéticas se vieran obligadas a derribar un avión surcoreano que violó las fronteras de la URSS y sobrevoló objetivos militares soviéticos. El caso fue calificado como un acto de agresión por parte de EEUU y para calificar el episodio el presidente Reagan utilizó por primera vez la expresión "el Imperio del mal" para referirse a la Unión Soviética.
En 1991, tras la disolución de la URSS, el presidente de Rusia, Boris Yeltsin, emprendió otro intento de abordar el tema. En 1994 Rusia y la OTAN firmaron un documento marco de la Asociación para la Paz —un programa destinado a estrechar las relaciones entre las dos partes— pero al final Rusia nunca tuvo la oportunidad de acabar convirtiéndose en un miembro de pleno derecho de la organización.
Tres años más tarde, en 1997, nació el Acta Fundacional OTAN-Rusia para profundizar la idea de una colaboración más estrecha con el fin de instaurar una paz duradera. Sin embargo, posteriormente la OTAN incorporó a 12 países de Europa del Este y comenzó a acercarse a las fronteras de Rusia enviando una señal clara de que no tenía intención de firmar ningún tipo de compromiso con el país eslavo.
A lo largo de su historia, la Unión Soviética en más de una ocasión expresó su disposición y voluntad de normalizar las relaciones con la Alianza y acabar con la política de desconfianza mutua y el riesgo de otra guerra, pero sus propuestas siempre cayeron en saco roto.
Cualquiera de estas iniciativas podría haber estabilizado la situación y aliviado las tensiones, pero al tal y como pasaba en la época soviética, actualmente se vive un retorno de la política de enfrentamiento, algo que hace pensar sobre si la paz duradera fue en algún momento un objetivo real de la Alianza militar.

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