La decisión rusa de imponer sanciones económicas a Turquía en lugar de responder militarmente es "sabia", ya que ninguna de las partes está interesada en un conflicto bélico, asegura un experto chino.
"Es inteligente que el Kremlin descartase la respuesta armada", señala en la prensa local Cui Hongjian, director del Departamento de Europa del Instituto de Estudios Internacionales de China.
Según Cui, "la escalada militar pondría en peligro los intereses principales de Rusia en Oriente Medio (…) La legitimidad del Kremlin en la región estaría amenazada si cambiase el objetivo de Damasco a Ankara".
"La venganza militar dificultaría que Rusia extendiese su influencia en la zona", agrega.
Cui recuerda que Ankara ya se había preparado ante la posible represalia de Rusia tras haber derribado su avión buscando el apoyo de la OTAN, lo que convertiría las medidas militares de Moscú en "irracionales".
El experto asegura que varios países en Occidente "se compadecen" de Rusia y que la mayoría de naciones habrían entendido su represalia.
"Aunque el avión hubiera entrado en territorio aéreo turco, solo permaneció 17 segundos en sus fronteras antes de ser derribado", señala Cui en el diario Global Times: "Algunos oficiales turcos pueden estar utilizando el aparato del Estado para sus intereses personales", opina el experto, quien sitúa en las operaciones antiterroristas rusas en Siria el origen del conflicto.
Añade que ningún país está interesado en que la tensión se desborde: ni Rusia, ni Turquía, ni Francia, que está intentando reforzar un frente antiterrorista en el que Moscú tiene un papel muy importante.
"Moscú no quiere otro enemigo", finaliza, por ello "es improbable que lleve a Turquía a una situación desesperada": "Aunque se han tomado medidas económicas contra Ankara, es previsible que ambos bandos encuentren excusas para mejorar sus relaciones bilaterales en el futuro", concluye.
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