lunes, 28 de diciembre de 2015

El sicoanálisis humanista: una idelogía
Víctor Saavedra *

En 1954 hubo un intento de integración de los discípulos de Erich Fromm y los sicoanalistas que se habían entrenado en el extranjero para hacer un solo grupo. Se formó una comisión integrada por Santiago Ramírez y Ramón Parres y, por parte de los futuros frommianos, Guillermo Dávila, Ramón de la Fuente y Alfonso Millán. Existen variadas y contradictorias versiones de lo que pasó, asentadas en diversas historias del sicoanálisis en México, pero tal parece que el factor decisivo para que se rompieran las pláticas fue una llamada de atención de la más alta jerarquía sicoanalítica oficial, la International Psychoanalytical Association, a los sicoanalistas que posteriormente fundarían la Asociación Sicoanalítica Mexicana AC, los llamados freudianos u ortodoxos, de que si se unían con Fromm y su grupo nunca serían reconocidos y legitimados como sicoanalistas por este máximo órgano rector, controlador, heretizante, de la burocracia sicoanalítica oficial.

Para 1956, en su libro Sicoanálisis de la Sociedad Contemporánea ( Sane Society) Fromm se deslinda del sicoanálisis freudiano y apellida su corriente de pensamiento como sicoanálisis humanista; es decir, imponía una ideología a un campo de conocimiento, el sicoanálisis. En su conferencia inaugural del Impac, Sicoanálisis y Humanismo, Fromm asienta: El sicoanálisis es un método para la realización concreta de la idea humanista. El convertir lo inconsciente en consciente transforma la idea teórica humanista de la universalidad. Es la vivencia de la humanidad dentro del individuo mismo. Bonitas palabras para un humanista socialista, pero no tiene nada que ver una ideología idealista con el sicoanálisis. (También se tendrá que abordar en su momento y en otro espacio la especial distorsión de Lacan y el lacanismo). Tomemos una anécdota, entre muchas, pero que ilustra lo que se daba dentro del grupo, la que influiría en forma crucial en la futura historia del movimiento frommiano.

Aconteció alrededor de 1958. El presidente de la Academia Nacional de Medicina, amigo de Jorge Velasco Alzaga (otro de los primeros discípulos-analizandos), le comentó que por su trayectoria profesional creía que era el candidato idóneo para ocupar la plaza de siquiatría infantil que estaba vacante, y lo quería proponer como candidato. Velasco aceptó la postulación y se puso en marcha el proceso. Pero en el ínterin, Ramón de la Fuente se enteró de esta situación y, como hombre ambicioso de prestigio y poder, puso en movimiento todas sus influencias para presionar y obtener él la plaza tan codiciada. Ahí se generó una situación tan crítica y repercutió de tal manera en el grupo sicoanalítico que se avecinó la amenaza de una primera ruptura.

Alfonso Millán y Guillermo Dávila, ambos integrantes de la Academia..., los dos con poder institucional, señores feudales de la vieja guardia, apoyaron la candidatura de De la Fuente y convencieron a Fromm para que a su vez convenciera a Velasco de que depusiera su candidatura. Entre otros argumentos, aparte de la amenaza-presión-chantaje de la escisión del grupo, Fromm puso énfasis en la juventud de Velasco; ya tendría en el futuro su propia oportunidad y que sería bueno que De la Fuente entrara. O sea, que entre otras cosas se puso en juego el poder jerárquico, autoritario e irracional generacional de los viejos sobre los jóvenes.

¡Qué lejos se está del proceso democratizador y de conciliación de los señores feudales de la siquiatría que González Enríquez llevó a cabo unos cuantos años antes! Ahora Fromm, como un nuevo señor feudal, además de ser un Sujeto Supuesto Saber que concede privilegium, se colude con aquéllos y colabora activamente a incentivar el camino de otro señor con grandes aspiraciones feudales: Ramón de la Fuente. Se huele claramente el proceso regresivo que se está gestando. Fromm, como un árbitro paternalista que se convierte en juez parcial, arbitrario, coludido. ¿Cómo se llegó a esto? Escuchemos lo que dicen los condiscípulos y coanalizados sobre De la Fuente: Fromm tenía una relación tan especial con De la Fuente, era el único (de nosotros) que no entró en la dinámica de la identificación, Fromm admiraba a De la Fuente. Pareciera que Fromm tenía miedo, respeto por el poder de De la Fuente, como si éste fuera intocable.

* Sicoanalista. Autor de La promesa incumplida de Erich Fromm.


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