lunes, 2 de febrero de 2015

Obama admite implicación de Washigton en golpe de Estado en Kiev
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Washington propició el derrocamiento del presidente ucraniano Víktor Yanukóvich en febrero del año pasado y la instauración de un Gobierno proccidental en Kiev, ha reconocido este domingo el presidente de Estados Unidos (EE.UU.), Barack Obama, en una entrevista con la cadena televisiva CNN.

“El Sr. Putin (presidente de Rusia) tomó esa decisión sobre Crimea y Ucrania no en razón de una estrategia global, sino porque lo tomaron con el paso cambiado las manifestaciones en el Maidán y luego la huida de (el entonces presidente ucraniano, Viktor) Yanukóvich, después de que nosotros gestionásemos un acuerdo para la transferencia del poder”, dijo Obama.

Obama expresó su satisfacción con la gestión del anterior presidente ruso Dmitri Medvédev y justificó la política de agresión de su país a Rusia como una reacción a la integración de Crimea en la Federación Rusa en marzo del año pasado, obviando, no obstante, que desde hacía años EE.UU había multiplicado sus ataques y operaciones de desestabilización contra países aliados de Rusia.

Para justificar el fracaso de la política estadounidense frente a Rusia, pues “hasta ahora, no se ha detenido al Sr. Putin” -en palabras de Obama“-, el mandatario señaló las dimensiones del Ejército ruso y que Ucrania no es miembro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), por lo que Washington ve “limitadas” sus opciones en el plano militar.

El presidente estadounidense reconoció que no sería “sensato para Estados Unidos y para el mundo” que su país entre en confrontación bélica directa con Rusia y manifestó que Washington persistirá en su política dual de asedio económico y diplomático a Moscú y de financiación de los déficits de Kiev, de cuyos líderes se mostró satisfecho.

Además, Obama admitió no ser “salvajemente optimista” en cuanto a que EE.UU. pueda forzar un cambio de política en Rusia, ya que Vladimir Putin políticamente está respaldado por el poder mediático del Estado ruso y su fuerte nacionalismo.

El anterior presidente ucraniano Víctor Yanukóvich fue derrocado en febrero de 2014, pero las protestas y la violencia, con francotiradores a sueldo disparando sobre la muchedumbre en Kiev, comenzaron el 21 de noviembre de 2013, al poco de anunciarse que Ucrania suspendía los preparativos para la firma de un acuerdo de asociación y libre comercio con la Unión Europea.

La implicación de Washington en el golpe ucraniano resultó más que evidente incluso antes del derrocamiento de Yanukóvich, cuando el 4 de febrero de 2014 se publicó una conversación telefónica de la secretaria de Estado adjunta de Washington para Asuntos Europeos y Euroasiáticos, Victoria Nuland, con el embajador de EE.UU. en Kiev, en la que discutían sobre qué personas debían entrar en el Gobierno ucraniano y cuáles no.

En diciembre de 2013, Nuland admitió en un discurso en la Fundación EEUU-Ucrania, con sede en Washington, que el Gobierno estadounidense había invertido 5 mil millones de dólares en los años anteriores al golpe para lo que llaman la promoción en Ucrania de las “habilidades e instituciones democráticas”, “la participación cívica y el buen gobierno”, consideradas “condiciones previas para que Ucrania realice sus aspiraciones europeas”.

mla/nii/

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