lunes, 23 de febrero de 2015

Agradecimiento al PEN Club 2015
Elena Poniatowska
 
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Qué descanso dentro de la negrura de estos últimos meses recibir un premio que exalta y reivindica los derechos humanos!
Es notable que el PEN Club, ahora bajo la activa y acertada dirección de Aline Davidoff, quien no tiene pelos en la lengua, reconozca y premie el trabajo de periodistas jóvenes que se la juegan día a día y destapan la corrupción que enferma al país, como lo hizo el joven Pablo Ferri Tórtola, quien publicó en la revista Esquire en septiembre de 2014 que el Ejército Mexicano había asesinado a 22 presuntos delincuentes (21 hombres y una muchacha) en una bodega en Tlatlaya, estado de México, el 30 de junio de 2014. Pablo Ferri Tórtola investigó y comparó las versiones oficiales con los testimonios anónimos y se unió al reclamo de las organizaciones de defensa de los derechos humanos para esclarecer las muertes sin que hasta la fecha haya encontrado una declaración convincente.
Pablo Ferri es egresado de la carrera de periodismo de la Universidad CUE Cardenal Herrera de Valencia, España, colaborador de El País y El Universal, y en 2014 obtuvo el Premio Ortega y Gasset de Periodismo.
El italiano Federico Mastrogiovanni se considera a sí mismo un migrante en México y por eso mismo le apasionaron los movimientos sociales, los migrantes y las comunidades indígenas. También le preocupan los problemas ambientales, la defensa de los derechos humanos y la política latinoamericana. Ha sido colaborador en las revistas: Latinoamérica, Radio Svizzera Italiana, Il Fatto Quotidiano, Carta, Radio France Internationale, Il Manifesto, y las dos revistas mexicanas Milenio Semanal y Gatopardo. En una entrevista, Federico Mastrogiovanni cuenta que se topó con el tema de las desapariciones forzadas casi por casualidad, ya que él investigaba el tema de la migración en México, con la ayuda de Alejandro Solalinde, y así se enteró de que en nuestro país todos los días desaparece gente de Centroamérica y de México. Hizo el documental Ni vivos ni muertos, sobre desaparición forzada, al lado del guionista Luis Ramírez Guzmán.
Darío Ramírez Salazar, egresado de la Universidad Iberoamericana, hizo una licenciatura en relaciones internacionales y una maestría en derecho público internacional; sus estudios lo llevaron a unirse a Artículo 19, que defiende los derechos humanos y la libertad de expresión. Darío Ramírez tiene vocación humanitaria porque trabajó en la Oficina del Alto Comisionado para de Naciones Unidas para los REfugiados en El Salvador, Honduras, Cuba, Belice, República Democrática del Congo y Angola. En 2006 se convirtió en el director de Artículo 19 en México y Centroamérica y en abril de 2013 recibió amenazas contra su integridad física y la de sus colaboradores. Ramírez Salazar respondió: Seguiremos defendiendo el derecho a libertad de expresión como un elemento esencial para ejercer otros derechos.
        
La escritora Elena Poniatowska recibe este mediodía el Premio PEN 2015Foto Luis Humberto González
Los jóvenes ganadores tienen en común la defensa de los derechos humanos que en México sólo parecen existir en el papel. Hoy también se premia a una reportera anónima que denunció la existencia de una red de trata de personas dentro del PRI en el Distrito Federal, el 2 de abril de 2014, en el programa de Carmen Aristegui. Resulta que el presidente del PRI en el Distrito Federal, Cuauhtémoc Gutiérrez, reclutaba mujeres ofreciéndoles un trabajo bien pagado con el único fin de formar una red de prostitución.
En cuanto a mí, a punto de cumplir 83 años, de 1978 a 1982 fui tesorera del PEN Club de México al lado de Julieta Campos, escritora y amiga, y sin duda una de las mejores presidentes del PEN Club, si no es que la mejor. Ambas luchamos por los escritores encarcelados y a través del PEN Internacional pedimos la libertad del gran José Revueltas, preso en Lecumberri al lado del poeta Martín Dozal y todos los muchachos del 68. En el DF organizamos conferencias y encuentros literarios. Recuerdo uno que hizo mucho ruido ideado por Julieta, quien les dio una oportunidad a los jóvenes y reunió a un escritor consagrado con uno joven, Octavio Paz con David Huerta, Carlos Fuentes con María Luisa Puga. Gabriel Zaid seguía con enorme interés las actividades del PEN Club y declaró que los años de Julieta fueron los más productivos y generosos.
Quienes estamos aquí amamos a México y nos resulta imposible desligar este premio de las desapariciones de 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa y de la gran fosa en la que se ha convertido el estado de Guerrero. Los premiados estamos convencidos de que si el Estado actúa contra la impunidad, la corrupción y la hipocresía política el país entero tendrá mucho que agradecerle al PEN Club y cada uno de los padres de familia, en Guerrero, en Michoacán o en Ciudad Juárez, podrá irse a dormir con la seguridad de saber que sus hijos están a salvo en la escuela, el parque o la calle. Hasta ahora, eso no sucede, pero la lucecita de la esperanza, como la de las luciérnagas, es cada día más fuerte. En México, gracias a los jóvenes y a sus marchas admirables, surge un movimiento que ya no es de desahogo sino de rabia. La riqueza y la generosidad de la que han dado prueba los muchachos en sus protestas es una esperanza que los cuatro periodistas hoy aquí premiados, Federico Mastrogiovanni, Pablo Ferri Tórtola, la reportera anónima de Aristegui Noticias, Darío Ramírez Salazar y yo misma compartimos con gran emoción.

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