Montaner y su 20 de mayo
Escrito por Nicanor León Cotayo
Carlos Alberto Montaner En sus inicios como “exiliado”, Carlos Alberto Montaner guardaba un poco más las formas, pero ahora, sin el menor pudor, actúa como otra vocecita de Washington.
Después de 1959 fue detenido en La Habana por actividades subversivas, luego fuera de la isla reiteradamente acusado de ser agente de la CIA, y hace más de dos décadas facilitó un automóvil a quien tenía la misión de agredir la embajada de Cuba en Francia.
¿Quién planeó aquel ataque? El terrorista de origen cubano Orlando Bosch Avila, en ocasión de la visita que haría a esa dependencia una importante figura de la isla, Ramiro Valdés Menéndez.
La persona escogida para ejecutar la masacre se nombraba Juan Felipe de la Cruz, de procedencia puertorriqueña y residente en Miami. Bosch lo narró en su libro Los años que he vivido, publicado en aquella localidad floridana:
Cuando supimos del viaje de Ramiro “se planeó un atentado”, misión asignada a Felipe, quien murió el 3 de agosto de 1973 en un hotel de Paris cuando manipulaba los explosivos. Este último, escribió Bosch, se había trasladado a esa ciudad en un carro alquilado que “le proporcionó Carlos Alberto Montaner”.
Si alguna duda hubiese quedado aún respecto al pensamiento de Montaner, habría quedado disipada en una entrevista que concedió a Diario Las Américas, publicada este sábado, respecto al 20 de mayo de 1902 en Cuba.
¿Qué queda vigente de la república instaurada en aquella fecha? Le preguntaron. La certeza –dijo- de que en más de medio siglo la dictadura comunista ha sido “un fracaso absoluto”.
¿Acaso, vale preguntarle a Montaner, como lo demuestra que Cuba preside hoy la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), integrada, no por 33 gobiernos comunistas, sino portadores de distintas orientaciones políticas e ideológicas?
En otra parte de la entrevista aseguró que entre 1902 y 1958 los cubanos dieron un “salto económico y social”.
¿Será porque antes, en 1898, se produjo la intervención militar de Washington cuando ya, como reconocieron prominentes figuras españolas de la isla y Madrid, tenían virtualmente perdida la guerra?
En ese contexto y hasta el célebre 20 de Mayo de Montaner, en una Cuba ocupada militarmente impusieron la Enmienda Platt que les autorizaba a intervenir allí cuantas veces consideraran necesario.
Años después, apuntó el entrevistado, los cubanos construyeron un país en el que cada generación tenía la certeza de que habría “un mejor destino que el de sus predecesores”.
Falso, como demuestra, entre muchos, un ejemplo. En 1912 el ejército de la neocolonia fue enviado a reprimir la sublevación dirigida por el Partido de los Independientes de Color, que exigía el cese de la discriminación racial.
Respuesta oficial: un baño de sangre que pasó a la historia con el nombre de masacre de los independientes de color, cuyo saldo ascendió a más de 3 000 negros y mestizos asesinados, muchos de ellos ex integrantes del Ejército Libertador, y 12 bajas por parte de las fuerzas represivas.
Aunque Montaner al parecer no lo sabe, hasta mediados del siglo XX de las 159 000 fincas registradas en Cuba, 32 000 ocupaban menos del uno por ciento del total y la extensión promedio de cada una de estas no superaba la quinta parte de una caballería (equivalente a 13,42 hectáreas).
Más de la mitad de las mejores tierras estaban en manos extranjeras, como, por ejemplo, las que poseía la United Fruit Company, adquiridas, gracias a la intervención militar del Norte, a precios de limosna.
Carlos Alberto Montaner volvió a festejar su 20 de mayo, hizo bien como ilustre heredero de quienes trituraron el partido de José Martí, impusieron la enmienda Platt e inauguraron la neocolonia que murió para siempre el primero de enero de 1959.
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