lunes, 27 de mayo de 2013

Ideas para mejorar el país

John M. Ackerman

Los primeros en someterse a un examen independiente para evaluar la calidad del servicio que prestan no tendrían que ser los maestros más humildes del país, sino el Presidente de la República y los locutores de los principales canales de televisión y radio. Y quienes deberían ajustarse el cinturón para enfrentar la desaceleración económica no tendrían que ser los vulnerables trabajadores, sino los mandos gubernamentales más altos y los oligarcas más adinerados. Y si se trata de castigos ejemplares, no habría que aplicarlos a los activistas que cuestionan al Presidente, sino a aquellos funcionarios públicos que todos los días se burlan de la inteligencia de los ciudadanos.
México está de cabeza. Un grupo de personas de demostrada incapacidad profesional, que compraron sus cargos y concesiones públicas, busca hoy imponer a los demás su visión de “calidad” en materia informativa, humanitaria y del servicio público. Pero para avanzar como país la línea de mando tendría que correr precisamente en sentido contrario. Somos los ciudadanos quienes tenemos la responsabilidad de definir los estándares de calidad y garantizar su estricto cumplimiento por las autoridades y los poderosos.
Adrián Castillo, Fernanda López, Vania Mendoza, Valeria Gutiérrez y Eduardo Laguna, todos jóvenes estudiantes del Centro de Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado de Guanajuato (Cecyteg), han sido injustamente suspendidos de su escuela por una protesta pacífica durante un acto de Peña Nieto en León el pasado 16 de mayo. Al regresar a sus clases el próximo 3 de junio ellos tienen que entregar un ensayo en que propongan “ideas para mejorar al país”. Lo que no alcanzan a distinguir las autoridades escolares es que con las ideas expresadas en su protesta ellos ya han realizado esta importante tarea escolar.
“Te reto a que vivas con el sueldo de mi papá”, señaló una de las pancartas. Aquí nos encontramos ante una excelente propuesta que ayudaría al Presidente de la República a entender mejor la extrema vulnerabilidad social en la que vive la mayoría de la población. La demanda “Salario mínimo al Presidente, para que vea cómo se siente” ha sido una constante en las marchas de protesta desde hace años. Sería recomendable que la hija de Peña Nieto, quien durante la pasada campaña electoral se burló de “la prole”, acompañara a su padre en atender esta justa demanda social.
Y si también se sumaran los integrantes del gabinete y otros altos funcionarios públicos, por ejemplo los ministros de la Suprema Corte de Justicia y los Consejeros del Instituto Federal Electoral, tendríamos un significativo ahorro en el erario. El presupuesto federal se beneficiaría aún más, y se podrían evitar completamente los recortes ya planeados por la Secretaría de Hacienda, si se acompañara esta iniciativa con un nuevo impuesto sobre la riqueza a las fortunas más grandes (aquí para mayor análisis: http://ow.ly/lpd2a).
“Peña ve y privatiza a tu madre. Pemex no se vende”, rezó otra cartulina. Si bien la referencia a la progenitora del Presidente de la República es criticable y puede ofender a las “buenas conciencias”, la idea central es clara y además compartida por la mayoría de la población mexicana. Todas las encuestas demuestran que existe un consenso generalizado de que Pemex debería seguir siendo de los mexicanos y que no debería haber modificaciones privatizadoras al artículo 27 constitucional. En todo caso, si se llegara a reformar este crucial artículo tendría que ser para asegurar su actualización revolucionaria no para permitir su desarticulación neoliberal (mayor análisis aquí: http://ow.ly/lpdtH ).
“Gastar 7 millones de pesos a lo pendejo en una bandera, cuando el país está en crisis! Antipendejos EPN”, expresó otro estudiante. La protesta tuvo lugar precisamente en el momento en que el Presidente participaba en el izamiento de una bandera de 35x23 metros en León que la nueva alcaldesa priísta Bárbara Botello había celebrado como “un recuerdo de Enrique Peña Nieto” y “un monumento a la alternancia”. Tiene razón el estudioso alumno. Si bien los 7 millones de pesos supuestamente habían sido donados por un empresario leonés, este dinero efectivamente tendría que haber sido utilizado para fines verdaderamente útiles y productivos. Asimismo, es muy difícil creer que la donación de esta cantidad de dinero se hiciera de manera desinteresada. La presencia del Presidente de la República en el acto habla de que allí se sellaba un pacto más político que patriótico.
“EPN eres: criminal, vendepatrias, corrupto, asesino y pendejo”, conminó la última pancarta. Si bien la sentencia es rijosa y altisonante expresa de manera nítida el hartazgo social de millones de mexicanos, el mensaje de esta alumna coincide con lo expresado por los jóvenes de la Universidad Iberoamericana el año pasado, con la evaluación de millones de mexicanos sobre la calidad de la última elección presidencial y con el legado que dejó Peña Nieto en el estado de México. Esta opinión debería ser tomada en cuenta, ya que refleja los altos estándares en materia democrática con los que cuentan los alumnos.
La directora del Cecyteg, Irma Sánchez, ha señalado que suspendió a los alumnos “por las palabras altisonantes que escribieron en las pancartas”. Pero las escuelas públicas del país no deberían confundirse con escuelas de señoritas que enseñan “buenos modales”. Sánchez seguramente será premiado por las autoridades por defender la “calidad” educativa, pero los ciudadanos conscientes sabemos que Adrián, Fernanda, Vania, Valeria y Eduardo tienen razón en reprobar al Presidente y demandar gobernantes de calidad.

Twitter: @JohnMAckerman

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