La ultraderecha neoliberal prepara el genocidio mundial
Escrito por Arnaldo Musa
Hotel Suvretta, lugar de celebración de la reunión anual del Club Bilderberg
Para que esos elegantes depedradores de pueblos y poseedores de grandes fortunas puedan comer, gran parte de la población tendría que desaparecer.
Se ha dicho muchas veces que nuestro planeta tiene recursos que, bien utilizados, pueden alimentar a toda la población mundial, independientemente de los problemas que podrá acarrear la falta de agua potable en el futuro y otras incidencias dependientes de un cambio en la política para proteger el medioambiente e impedir catástrofes provocadas por el afán de lucro en una Tierra donde predomina el neoliberalismo salvaje.
Precisamente los más fervientes cultores de este sistema, imbricados en el denominado Club Bilderberg, acaban de celebrar su reunión anual, esta vez en Austria, y por tercera vez consecutiva- como en el 2013 en Inglaterra y el 2014 en Dinamarca- subrayó su posición de reducir la población mundial.
Este grupo tiene su antecedente malsano en la salida a escena de la Reserva Federal de Estados Unidos en 1913, aunque aunó sus elementos de integración en 1954, en el Hotel de Bilderberg, en Oosterbeek, Holanda, en la que el exiliado político polaco Józef Retinger, preocupado por el creciente antinorteamericanismo en Europa Occidental, propuso una conferencia internacional de líderes de países europeos y Estados Unidos, con el fin de promover el “atlanticismo” , en la cooperación política, económica y militar. Ello se logró con la asistencia de 15 delegados de once países europeos y once norteamericanos, estos sugeridos por la Agencia Central de Inteligencia (CIA).
El Grupo Bilderberg ya había sido descrito por el líder histórico de la Revolución Cubana, Fidel Castro, en agosto del 2010 en el colega Granma, como un ente siniestro de lobistas que manipulan al público para instalar un gobierno mundial que no reconoce fronteras y no rinde cuentas a nadie de sus decisiones.
Algunas cosas han cambiado, aunque en realidad lo que sucede es un ajuste en el estilo de sojuzgamiento mediante la combinación de guerra tecnológica y la del poder de las armas, ya que sus cultores, como señalan sus críticos, tratan de controlar todo el poder energético y alimentario.
En este último aspecto, con todo el poder sobre la alimentación, pueden destrozar la economía y reducir la población mundial.
Tal determinación, reitero, dominó también la reunión del 2015, con la variante de que allí prevaleció la opinión de la guerra generalizada.
Entre políticos, miembros de la realeza, banqueros, multimillonarios y empresarios, se encontraba Jens Stoltenberg, secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Para todos ellos, el progreso y el desarrollo de la sociedad es directamente proporcional a la densidad de población. Si hay progreso en el desarrollo tecnológico, habrá más riqueza, más personas y menos comida para todos. Es decir, para que esos elegantes depedradores de pueblos y poseedores de grandes fortunas puedan comer, gran parte de la población tendría que desaparecer.
¿DERECHA? ¡NO! ¡ULTRADERECHA!
Complots que incluyen el asesinato del presidente norteamericano, John F. Kennedy, en el pasado y más recientes que perjudican a Irán y Rusia, y obstaculizan a China, han sido dirigidos por este grupo que mantiene el control desde el 2008 sobre el actual mandatario estadounidense, Barack Obama.
Actúa en un mundo donde la ultraderecha es vigente y poderosa, como afirma el estudioso mexicano Edgard González Ruiz, y de ahí que se avizoren más guerras en el horizonte.
Por eso mencioné que sobresale la presencia del jefe de la OTAN, Stoltenberg, en la reunión del Club Bilderberg este año, mientras se ocupa de su Trident Juncture 2015, una estrategia de guerra generalizada, apunta oportunamente el periodista Manlio Dinucci en el diario comunista italiano Il Manifesto.
Citas importantes estas porque subraya un futuro nada prometedor, en el que se escogerán escenarios de Italia, España y Portugal para entrenar a más de 35 000 soldados, 200 aviones y 15 buques de guerra de 33 países (28 de la OTAN), desde el 28 de septiembre hasta el 6 de noviembre venideros.
Han trascendido los propósitos de la OTAN de nuevas guerras en las ya sufridas zonas del Medio Oriente y el norte de África, en tanto sigue aumentando su presencia militar en el flanco oriental, frente a Rusia.
Según The New York Times, el Pentágono se propone enviar armas pesadas para armar a miles de soldados de Lituania, Letona, Estonia, Polonia, Rumania, Bulgaria y Hungría, aunque el diario norteamericano obvia los centenares de “asesores” estadounidenses y armamento moderno suministrado a Ucrania, donde gobierna un régimen controlado por el nazismo.
De ahí que sea muy real que la ultraderecha liberal prepara el genocidio mundial.
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