miércoles, 2 de agosto de 2017

Bajo la lupa
Golpe militar blando en la Casa Blanca: general John Kelly, jefe de gabinete de Trump
Alfredo Jalife-Rahme
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El general John Kelly, jefe de gabinete del presidente Donald Trump, durante una ceremonia en la Casa BlancaFoto Ap
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n una semana, el cada vez más deslactosado, pero muy aguerrido, Trump puso en jaque a su procurador Jeff Sessions y colocó al coprolálico banquero Anthony Scaramucci como su director de Comunicaciones con el fin de, primero, deshacerse del ya de por si apagado Sean Spicer y, segundo, empujar a la renuncia de su vilipendiado jefe de gabinete Reince Priebus, para finalmente militarizar aún más su primer círculo de seguridad nacional con la asunción del general retirado John Kelly: católico bostoniano de 67 años, anterior jefe del Comando Sur/Caribe, y luego a cargo de la Seguridad del Hogar que vigila la transfrontera de EU con México (y su muro israelí; https://goo.gl/U35foj), y la de México con Guatemala (el muro Videgaray; https://goo.gl/7jJjFd).
El malhablado y malhadado Anthony Scaramucci sólo duró 10 días para ser fulminantemente defenestrado a demanda expresa (sic) del general Kelly quien tendrá como principal tarea poner un poco de orden (https://goo.gl/dkPj7e) en medio del caos global/regional/doméstico de Trump a quien no le está funcionando su manual “ El Arte de la Negociación (sic)”–diseñado para bienes raíces y sus casinos (donde fracasó)– y quien pretende manejar la presidencia con su obsceno nepotismo –su hija Ivanka y su yerno Jared Kushner–, despreciando la columna vertebral del sistema político: la separación de los tres poderes (Ejecutivo/Legislativo/Judicial) –al que quizá habría que agregar un cuarto poder en picada: los multimedia y sus fake news–con sus armónicos contrapesos ( checks and balances).
Ya suena más que a truismo: la sociedad estadunidense está seriamente fracturada y vive un ambiente de guerra civil postelectoral entre el Partido Demócrata (PD) y el Partido Republicano (PR) y, peor aún, en el mismo seno del PR que vive intrigas palaciegas que recuerdan al real Imperio Bizantino más que al ficticio House of Cards.
Los defenestrados Sean Spicer y Reince Priebus pertenecen al equipo de la dupla del vicepresidente Mike Pence y Paul Ryan, líder camaral del PR.
Cabe señalar que Trump es muy vengativo y que nunca olvidó que Spicer criticó, cuando fue jefe de prensa del PR, su retórica anti-migrante(https://goo.gl/SZq9TJ).
Anthony Scaramucci, de quien hasta su esposa solicitó el divorcio en la misma semana aciaga, señaló a Spicer y a Priebus (aliados de Paul Ryan) de encontrarse detrás de las filtraciones internas que tanto daño le han infligido a Trump.
El anterior jefe de gabinete Priebus es correligionario del friedmanita Ryan: ambos son oriundos de Wisconsin. El vicepresidente Mike Pence fue gobernador de Indiana. Los tres son católicos ultra conservadores. Lo relevante: Wisconsin e Indiana forman parte del corazón del Midwest conservador electoral.
Trump se ha agazapado en su íntimo círculo familiar que goza de la cobertura militar.
La militarización del gabinete Trump va viento en popa: sin contar la formación militar de Mike Pompeo, flamante director de la CIA, el puesto estratégico del general Kelly se suma al del general James Mattis “ Mad Dog (66 años)”, secretario de Defensa, y al del teniente geenral H. R. McMaster (55 años), consejero de Seguridad Nacional.
No falta quienes vean en la asunción del general Kelly –por cierto,defensor inquebrantable de Jared Kushner– como el inicio de un bipartidismo y/o de un mayor acercamiento con el PD que curiosamente ensalzó su designación.
Ya había expuesto cómo la dupla Pence/Ryan mueven sus fichas para colocar al hoy vicepresidente como presidente número 46 en sustitución de Trump (https://goo.gl/rBJfAp).
A propósito, desde la mitad de mayo pasado, el vicepresidente Mike Pence había creado en forma inusitada su comité de campaña ante la Comisión Federal Electoral de cara tanto a las elecciones intermedias de 2018 como de la presidencia de 2020 (https://goo.gl/MPeosz): es la primera vez que un vicepresidente en funciones “forma un brazo político separado (https://goo.gl/ERtzQz)”.
La amazona Maxine Waters, representante del PD en California, sugirió que Pence planea su asunción en la Casa Blanca con la ayuda de los defenestrados Spicer y Priebus que formarían su equipo de transición (https://goo.gl/52Dq93), de lo cual ha de estar enterado el agazapado Trump, quien, quizá, prefiera antes entregar el poder a los militares quienes solamente se consolidarían y pondrían orden a un Congreso anárquicamente ingobernable.
Con el rechazo al Obamacare, debido a la traición de dos senadoras y un senador del PR (John McCain), Trump injurió de locos a los senadores de su supuesto partido.
A mi juicio, se trata de una guerra de trincheras de la infantería del PD que no tiene los votos suficientes para defenestrar a Trump.Aún contando a los tres desertores del PR en el Senado, todavía le falta a los confabuladores reclutar a 20 senadores más del PR.
Para Patrick Martin, de The World Socialist Web Site (WSWS), la sacudida en la jefatura del gabinete de la Casa Blanca representa “un paso más al régimen autoritario (https://goo.gl/E8cdUq)” y juzga que el accionar de Trump destila un hedor de dictadura al proseguir una estrategia política definida como representante de la oligarquía financiera, independiente de los “aparatos de los partidos políticos del establishment” y del Congreso, buscando establecer un régimen personalista basado en los militares y la policía con el uso del Twitter como componente esencial de su esfuerzo que atiza el chauvinismo.
Hasta el zar Vlady Putin parece haber perdido la esperanza de la détente con el deslactosado Trump al haber expulsado en forma espectacular a 755 funcionarios de la embajada de EU en Rusia (https://goo.gl/9fyR1v).
Tampoco hay que dar por sepultado a Trump quien parece operar mejor dentro del caos y puede ser relegido para un segundo mandato (escenario que adelanté con otros 3: https://goo.gl/hys6Kk).
Hasta The Economist maneja una lectura irónica del futuro con un segundo mandato de Trump (https://goo.gl/iXsxdd), quien, pese a todos sus avatares, mantiene una sólida base con 80 por ciento de aceptación de los WASP que son cruciales en los 17 Estados del cinturón bíblico ( Bible belt) y el cinturón industrial ( Rust belt), sin contar que mientras más agazapado se encuentra el presidente 45 no tendrá empacho en adoptar la técnica que Nicolás de Maquiavelo sugirió al “ Príncipe (Lorenzo de Medici)”: recurrir a una guerra para desviar la atención y fomentar el jingoísmo. De allí proviene la escalada masiva de las tensiones en varios puntos del globo, salpicadas de descabelladas sanciones al por mayor: Rusia/China/Norcorea/Irán/Venezuela.
Todavía EU no llega al estilo que el mismo PD implantó con Hillary Clinton mediante los tres pasos del Síndrome Honduras: primero, el derrocamiento de un presidente legítimo; luego, el golpe militar y; finalmente, elecciones teledirigidas de un presidente a ¡modo! Sería el colmo que EU copie su propio Síndrome Honduras!
Se consolida la militarización de la Casa Blanca, con el asombroso apoyo de los dos partidos.
La asunción del general Kelly como jefe de gabinete representa un golpe militar “suave ( soft)”, donde el Pentágono se posiciona como el fractal del sistema político en desorden.
Todavía falta mucho por ver.
Facebook: AlfredoJalife

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