Ejército y Marina tenían presencia en ocho sectores de Iguala
Patrullar sin enfrentar a los estudiantes, orden a militares
Sin revelar nombres dan a conocer testimonios del 27 batallón de infantería
Un grupo de estudiantes del Instituto Politécnico Nacional realizó un pequeño mitin en la Plaza Roja, en Zacatenco, para recordar el primer año de la desaparición forzada de 43 normalistas de la Normal Rural de Ayotzinapa a manos de policías municipales de Iguala, GuerreroFoto Carlos Ramos Mamahua
Gustavo Castillo, Jesús Aranda y Alonso Urrutia
Periódico La Jornada
Jueves 1º de octubre de 2015, p. 9
El 27 de septiembre, elementos del Ejército y de la Armada de México recibieron la orden de investigar el paradero de los estudiantes de la Normal de Ayotzinapa que habían desaparecido horas antes, en la ciudad de Iguala, Guerrero.
De acuerdo con tarjetas informativas conjuntas de la Secretaría de Gobernación y del Consejo Nacional de Seguridad y Policía Federal, que forman parte del expediente que integró la Procuraduría General de la República (PGR) sobre el caso Ayotzinapa, al cual La Jornadatuvo acceso en su versión pública, los militares participaron en la búsqueda de los estudiantes por órdenes directas de sus respectivos mandos.
El delegado de la PGR en Chilpancigo, cuyo nombre aparece tachado en el expediente, confirmó en su declaración ministerial que, como parte de las acciones para combatir la delincuencia, la ciudad de Iguala ya se había sectorizado en ocho partes, en las que tenían presencia soldados y marinos.
Con base en esa división, indicó el funcionario en su declaración, soldados y marinos implementaron el patrullaje y vigilancia en el lugar: los militares se hicieron cargo de seis sectores y los marinos de dos.
En su testimonio, el funcionario señala que los militares también participaron desde la madrugada del 27 de septiembre en la vigilancia de las entradas y salidas de Iguala.
Además, en el expediente se encuentran las declaraciones ministeriales que realizaron todos los integrantes del 27 batallón de infantería con sede en Iguala al personal de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (Seido), el 3 de diciembre de 2014, entre las 8 y las 22 horas.
Los nombres de los militares fueron borrados, así como los datos personales que pudieran llevar a su identificación; sin embargo, el Ministerio Público federal permitió, con base en la Ley de Transparencia, que se puedan conocer sus testimonios sobre lo ocurrido durante la desaparición de los normalistas entre el 26 y el 27 de septiembre de 2014.
Las declaraciones de mandos y tropa corresponden a los 14 elementos que esa noche, a bordo de dos unidades, recorrieron varios puntos de Iguala, entre ellos el sitio donde se volcó un camión de carga, el cual fue levantado por cinco grúas; su llegada al lugar en el cual fueron atacados los integrantes del equipo de futbol Avispones; su ingreso al hospital Cristina, así como su arribo adonde dos de los normalistas quedaron sin vida.
El primer testimonio se refiere a un militar que regularmente realiza labores de albañilería y vigilancia en sus turnos, con más de 10 años en las fuerzas armadas y que esa noche fue despertado para que acompañara a otros 13 militares a realizar patrullajes a la ciudad de Iguala.
El soldado señaló que su labor en cada punto fue brindar seguridad perimetral a sus compañeros y conducir a momentos una de las unidades en los puntos que recorrieron.
El segundo militar afirmó que a las 22 horas su comandante le dijo que se alistara, porque
lo que pasa es que un grupo de manifestantes en la parte del centro están siendo agredidos y hay otra agresión. De acuerdo con los datos, el militar se refería al primer ataque que policías de Iguala e integrantes de Guerreros unidosrealizaron contra los normalistas cerca del Palacio de Justicia.
Luego, señaló que recorrieron el hospital Cristina y que regresaron como a las seis de la mañana al 27 batallón de infantería, porque durante varias horas dieron protección perimetral a la zona del Periférico en la cual los estudiantes fueron agredidos y dos de ellos abatidos.
El militar declaró:
el segundo día nos dimos a la tarea de buscar a los estudiantes, ya que fue orden general para todo el batallón, por lo que fuimos a dar rondines en la ciudad en búsqueda de estas personas. El tercer día los policías estatales dijeron que habían encontrado una fosas, por lo que nos ordenaron que diéramos seguridad perimetral.
El tercer soldado refirió que los integrantes del 27 batallón de infantería acudieron al hospital Cristina porque recibieron un reporte que decía que en el lugar había gente armada. Cuando llegaron al nosocomio gritó, siguiendo los protocolos:
Ejército Mexicano. Entonces un hombre se asomó con las manos en alto y dijo:
somos estudiantes de Ayotzinapa.
Agregó que no se realizaron
revisiones corporales a ninguno de los alrededor de 25 personas que estaban allí; sí se recabaron fotografías de los estudiantes cuando estaban sentados. Las fotos están en el archivo del 27 batallón. El militar no pudo precisar si las imágenes fueron realizadas con cámara profesional o con un celular, pero dijo que la imagen que se realizó era grupal, no individual.
Durante el interrogatorio al que fue sometido, el militar sostuvo que el día 26 les ordenaron a todos los miembros de ese grupo salir a patrullar
a la salida a Iguala sin tener algún enfrentamiento con los estudiantes de Ayotzinapa.
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