De acuerdo con la legislación iraní, las personas mayores de 21 años tienen derecho a cambiar de sexo. Saeed Setareh, de 20 años, y Maryam, de 18 años, contaron sus historias a Sputnik.
"Creo que siempre será insuficiente relatar la historia de mi vida, la vida de un transexual, ya que siempre sentimos la presión, especialmente por parte de los familiares", declaró Saeed.
Saeed, una estudiante de arquitectura, nació siendo una chica. Sin embargo, reconoce que ya a la edad de 5 o 6 años comprendió que era diferente de las demás chicas y que su sexo interior no correspondía con la identidad sexual de sus compañeras de clase. Sintió esta diferencia en todo: en la ropa, en el comportamiento y aún en su manera de hablar. Su familia intentaba con mucho empeño enseñarle a ser en una "verdadera mujer", pero todo era en vano. Saeed reconoce que ni siquiera quería acercarse a otras chicas. Se sentía solo y esa soledad aumentaba día a día.
"Sin embargo, el periodo de maduración, que tanto odié, era interesante: haciendo caso omiso a mi cara, me gustaba mi cuerpo femenino", recordó.
Su familia, motivada en parte por sus creencias religiosas, no pudo aceptar el trastorno psicológico y de género. Un pequeño alivio le daba la ropa deportiva que le compraba su hermana mayor.
"Con el paso del tiempo, mis problemas se hacían más evidentes. Paso a paso los rumores llegaron a mis familiares. Una vez mi tía me dijo: ‘Llegó el fin de mundo. Las mujeres se hacen pasar por hombres y al revés'".
© AFP 2016/ ISNA NEWS AGENCY/ AMIR KHOLOOSI
Pese a todas estas dificultades, Saeed vive con la única esperanza de que sus padres algún día le entiendan. El único obstáculo que enfrenta al día de hoy para dar el paso decisivo de cambiar de género son las leyes iraníes que permiten a los menores de edad esta cirugía solo con el permiso de sus padres.
"Yo sueño solo con el futuro y espero que después de graduarme yo consiga trabajo, acumular dinero para las cirugías y empezar una nueva vida sin mis parientes".
Maryam, anteriormente conocida como Daniel, tiene 18 años. Ella, a diferencia de Saeed, logró obtener el consentimiento de sus padres para la cirugía de cambio de sexo.
"Antes todo, quisiera decir que me siento bien. Me alegra mucho mi segundo nacimiento y mi vida nueva. ¡Cuando mis padres me permitieron hacer la operación quirúrgica, no podía creerlo!
A Maryam le queda una sola operación para alcanzar su meta. La chica opina que, hoy en día, la relación hacia los transexuales ha mejorado. Ella, así como Saeed, sueña con un día en que la sociedad los acepte definitivamente, en vez de hacer burlas.
"Nadie tiene derecho a juzgar a los transexuales ya que no pueden imaginar ni por un segundo lo que sienten y ‘no entienden su dolor'", concluyó Saeed.
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