miércoles, 28 de junio de 2017

  • El presidente ruso, Vladimir Putin, antes de una reunión con su homólogo brasileño en Moscú, 21 de junio de 2017.
Publicada: jueves, 29 de junio de 2017 1:11
Actualizada: jueves, 29 de junio de 2017 2:35

Moscú desconfía de Washington, pues cree que este trata de imponer su modelo de democracia en todo el mundo y, por ende, exportarlo a Rusia.
“El Kremlin está convencido de que Estados Unidos está sentando las bases para un cambio de régimen en Rusia, una convicción reforzada por los acontecimientos en Ucrania”, así se desprende de un informe no clasificado de la Agencia de Inteligencia de Defensa de EE.UU. (DIA, por sus siglas en inglés), que aun no se ha publicado, pero al que este miércoles la agencia de noticias AP ha tenido acceso.
El estudio hace referencia a las afirmaciones del Gobierno del presidente de Rusia, Vladimir Putin, de que EE.UU. dirigió el levantamiento popular que derrocó al Ejecutivo prorruso de Ucrania de Víktor Yanukóvich en 2014, un hecho al que Rusia respondió anexionándose la región de Crimea, que en ese entonces era parte de Ucrania, y apoyando a los separatistas en el este de Ucrania, conforme indica el reporte.
El documento también refleja la profunda y constante desconfianza de Moscú hacia los esfuerzos de EE.UU. por promover la democracia en todo el mundo y señala que ello es percibido como una campaña estadounidense para imponer un solo conjunto de valores globales.
Ante este panorama, Rusia está preocupada por el hecho de que EE.UU. intente dictar un conjunto de normas internacionales que amenacen los fundamentos del poder del Kremlin al otorgar una licencia para la intromisión extranjera en los asuntos internos de Moscú.

Este informe realiza, asimismo, una comparación entre la época de la Guerra Fría, cuando EE.UU. y la extinta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) estaban inmersos en sus contiendas de forma indirecta en lugares como Vietnam, Afganistán y la península coreana, con la época presente.
No obstante, pese a que no se prevé una nueva lucha ideológica global similar a la Guerra Fría, el análisis advierte de que Moscú “tiene la intención de usar a sus fuerzas militares para promover una estabilidad acorde a sus propios términos”, ya que, por otro lado, Rusia ve como una amenaza el despliegue de tropas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) cerca de sus fronteras occidentales.  
El estudio también cita el periodo de los ocho años de gobierno del expresidente estadounidense Barack Obama (2009-2017), en el que las relaciones entre Washington y Moscú se deterioraron hasta el extremo de que desde la Casa Blanca se insinuó una injerencia rusa en la elecciones presidenciales de 2016 a fin de ayudar al entonces candidato republicano Donald Trump a hacerse con la Presidencia del país norteamericano.
Mientras tanto, entre ambas superpotencias hubo intensos desacuerdos sobre Ucrania y Siria, donde, en esta última, Rusia ha proporcionado ayuda militar al Gobierno del presidente sirio, Bashar al-Asad, y EE.UU. ha apoyado a los rebeldes antigubernamentales.
krd/anz/hgn/rba

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