Oriana Fallaci, el 15 de octubre de 1968 frente a la Plaza de las Tres Culturas. Foto: AP
El momento del tiroteo en Tlatelolco. 2/10/1968. Foto: AP
Con Elena Poniatowska. 3/10/1968. Foto: AP
Con el embajador de Italia en el Hospital Francés. 7/10/1968. Foto: AP
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......Oriana Fallaci, la italiana que destapó la Masacre de Tlatelolco
..Por Miguel Ángel Castillo
.Publicaciones .Por Miguel Ángel Castillo Tema del Momento – Hace 21 horas....tweet24Correo electrónicoImprimir.....
Son más de cuatro décadas y la herida aún sigue abierta. En la memoria colectiva de los mexicanos los eventos ocurridos el 2 de octubre de 1968 siguen presentes, tanto para quienes los vivieron y los sufrieron, como para todas las generaciones posteriores que año con año conmemoran la fecha precisamente para que ‘No se olvide’.
Una de las personas que desde el primer momento del acontecimiento dio cuenta de ello al mundo fue la periodista italiana Oriana Fallaci, quien no sólo estuvo en México en uno de los días más negros de la historia nacional, sino que vivió en carne propia lo que sucedió en la Plaza de las Tres Culturas.
Nacida en Florencia, Italia, en 1929, esta reportera fue enviada al país expresamente para cubrir las manifestaciones de estudiantes que ya habían puesto al gobierno en turno en jaque, ante una próxima celebración de los Juegos Olímpicos. Como corresponsal de ‘L’Europeo’, ella siguió las historias de los jóvenes que pugnaban por un cambio en el país y por ende, se hizo presente en la concentración que se había organizado en Tlatelolco.
Famosa por sus entrevistas a muchos de los líderes y celebridades de la historia, como Henry Kissinger, el ayatola Jomeini, Muammar Gaddafi, Federico Fellini, Mao Tse Tung, Indira Gandhi, Robert Kennedy, entre muchos otros, cubrió también la guerra de Vietnam desde ambos frentes y curiosamente, no fue en dicho conflicto bélico donde sentiría el dolor candente de una herida de bala, sino en México.
Según relató ella misma, fue invitada por los líderes del Consejo Nacional de Huelga para presenciar el mitin que posteriormente tendría una marcha hacia el Casco de Santo Tomás, donde se encontraban las instalaciones del Instituto Politécnico Nacional aún tomadas por el Ejército.
Por eso mismo, se ubicó en el tercer piso del edificio Chihuahua, junto a varios de los líderes del movimiento. Por su experiencia al cubrir una guerra en forma, se percató de que las bengalas lanzadas desde un helicóptero significaban una señal para dar marcha a un operativo, aunque fue demasiado tarde, pues de inmediato empezaron los disparos y se desató el caos.
En los siguientes minutos, Oriana Fallacci, condecorada en su país por haber pertenecido a la Resistencia contra la ocupación nazi en Italia con tan sólo 14 años, fue sometida por un grupo que ella identificó como el Batallón Olimpia y al quedar en medio de un fuego cruzado, quedó herida por tres impactos. A diferencia de otros reporteros extranjeros que se encontraban en el lugar, ella fue puesta junto a los estudiantes tras confundirla con uno de ellos.
De hecho, hay quien considera que fue esta mujer la que dio a conocer el nombre del ‘Batallón Olimpia’, tanto dentro como fuera de México, pues además de escuchar de viva voz a su integrantes identificarse con ese nombre, a otros detenidos que llegaron a mencionarlos se les decía que esa agrupación no existía y a quienes tomaban las declaraciones se les ordenaba, una y otra vez, “eso no se escribe”.
Oriana Fallaci logró salir de Tlatelolco y tras ser identificada como extranjera hubo quien la acusó de ‘comunista’, por lo que en cuanto pudo, tomó el primer avión fuera del país por su propia seguridad.
Sin embargo, sus testimonios arrojaron algo de la poca luz que se tiene, aún en nuestros días, del 2 de octubre, como es la indignación por parte de alguien foráneo como era ella al percatarse de que ninguna delegación se retiró de los Juegos Olímpicos.
Elena Poniatowska en su libro ‘La noche de Tlatelolco’ recogió algunas declaraciones de la corresponsal mientras convalecía en el Hospital Francés. Ahí menciona que permaneció tirada en un charco de su propia sangre durante 45 minutos sin que nadie le prestara auxilio y haciendo caso omiso de sus peticiones para que se avisara a su embajada.
Así mismo, muestra su asombró ante la cobertura informativa de los diarios mexicanos, a los que califica de “timoratos”
Un texto de su puño y letra sobre la Masacre de Tlatelolco puede encontrarse en su libro ‘Nada y así sea’. Allí comenta no haber visto, ni siquiera en la guerra, una matanza de esas magnitudes, pues en la guerra por lo menos se trata de gente armada contra gente armada.
Para el documental ‘El grito’ del director Leobardo López Aretche, colaboró en la elaboración del guión de lo que fue uno de los primeros documentos gráficos que narraron la tragedia. La voz en off que se escucha cuenta la historia en primera persona (la de Oriana), aunque quien lo lee es Magda Vizcaíno.
Oriana Fallaci murió el 15 de septiembre de 2006 víctima del cáncer, pero permanece en la memoria como la periodista que le dijo al mundo lo que casi ningún medio se atrevió a decir: que en México hubo una matanza de grandes magnitudes el 2 de octubre de 1968.
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