Hay indicios de deuda ilegítima, según miembro Comité auditoría de deuda griega
La deuda externa de Grecia es ilegítima y existirían pruebas que así lo demostrarían, según Sergi Cutillas, miembro del Comité de auditoría de la deuda griega, en declaraciones a Sputnik Nóvosti.
"Hay indicios más que claros", dijo.
Según explicó Cutillas a esta agencia, el Comité citó a varios ministros griegos "que habían encontrado algunas evidencias" del carácter ilegítimo de la deuda externa del país, aunque rehusó dar detalles y emplazó a la presentación del informe.
"Luego hay otros tipos de gastos generados por comisiones a políticos por parte de grandes transnacionales armamentísticas o en el sector sanitario que supondrían una deuda ilegal", detalló.
Añadió que las medidas de austeridad que incrementaron la deuda fueron impuestas "por instituciones de dudosa legitimidad democrática" lo que "permiten considerar que la deuda es odiosa".
Grecia apostará por giro radical
Existen pocas posibilidades de que Atenas y Bruselas alcancen un acuerdo que permita a Grecia volver a recibir la ayuda financiera suspendida en agosto, ante lo cual el Gobierno griego adoptará un giro radical que le permita tomar decisiones soberanas, opinó Cutillas.
"Dada la situación en la que estamos, dudo que se llegue a un acuerdo que satisfaga a las dos partes", explicó.
Según el economista, "las partes tienen ideologías diferentes" y existen dudas de que el ministro griego de Finanzas, Yanis Varufakis, "aceptase lo que se impone desde el núcleo duro de la eurozona", ya que supondría una escisión dentro del Gobierno y la necesidad "de que una parte de Syriza se juntase con fuerzas como To Potami (centro) o Pasok (socialdemócratas)".
Cutillas cree que este paso "supondría la pérdida del apoyo de la gente que ha votado a este partido (Syriza)" y equivaldría, "aunque durase algunos meses, al fin de esta fuerza".
El miembro del Comité de la auditoría de la deuda griega cree que Syriza no se encuentra en "ese camino, sino más bien en hacer un giro hacia la radicalidad democrática y tomar decisiones soberanas".
Cutillas explica que cuando Syriza llegó al Gobierno griego "inició un proceso de negociaciones en el que al principio proponía quitas moderadas de deuda a cambio de (modificar) los plazos de pago, también rebaja en los tipos de interés", pero "le dijeron que eso no podía ni considerarse".
Atenas entonces "rebajó su propuesta, una propuesta de rebaja de tipos de interés y de cambio de plazos, de relacionar el pago de la deuda con el crecimiento del PIB, de la economía", pero "también a esto se les dijo que no".
Finalmente "se llegó a un acuerdo el 20 de febrero, un acuerdo muy ambiguo que dejaba muy abierta la interpretación", pero ahora "parece que las negociaciones están estancadas".
"Lo que está claro es que se les pedía (…) continuar con las privatizaciones" y "esto no se ha llevado a cabo", señala.
El Gobierno griego, afirma, "no ha continuado llevando a cabo estas privatizaciones, estas flexibilizaciones, como las llaman, del mercado laboral, y esto ha supuesto también que por el otro lado se sea intransigente".
Según Cutillas, los acreedores "quieren ver primero que se continúa con la austeridad antes de desembolsar la última parte del rescate, que son estos 7.200 millones que parece que no están llegando y que si no llegan en las próximas semanas van a dejar sin dinero a la Hacienda griega y con dificultades de afrontar el próximo pago de deuda al FMI".
Para el economista, el Comité puede demostrar su función "cuando se llegue al momento en el que no se pueda afrontar a este pago y el Gobierno decida hacer un paso hacia la radicalidad democrática" y presentar "esta auditoría como un argumento de derecho, de legitimidad, para no pagar la deuda, que no puede pagar y no debe pagar, porque no la debe, porque está generada de forma ilegal, odiosa, ilegítima e insostenible".
Preguntado por esta agencia por la posibilidad de una suspensión de pagos del Gobierno heleno, contestó que "yo creo que Grecia está cerca de la suspensión de pagos, lo que no sabemos es en qué forma, si será de una forma más cooperativa o unilateral, si va a haber un intento de tutelaje del Gobierno, si va a haber un intento para hacer caer al Gobierno, si esto implicará una salida del euro… hay muchas dudas, muchas incógnitas".
Cutillas describió el proceso de auditoría de la deuda griega como "pionero en Europa" y necesario "para la salud democrática de la Unión Europea", por lo que "debería de extenderse a otros países".
Auditoría de deuda griega podría refundar la UE
La auditoría de la deuda griega puede a refundar la UE, opina Cutillas.
"Cualquier gobierno transformador que quiera contestar a este 'establishment', a estas elites financieras, tiene que llevar a cabo un proceso de apertura de los libros", afirma.
Pero también, añade, "incluir y hacer participar a la ciudadanía, para que se forme una opinión, para que participe, cree fuerza social para contestar esta deuda, y para sentar un precedente y un mecanismo democrático permanente, garantizar el derecho a la información y a la participación que se ha omitido, cuando no se ha transgredido, como sucede ahora".
Este economista cree que a pesar de que la iniciativa de auditar la deuda pueda parecer "una iniciativa menor", la revelación de "tramas de corrupción, tramas criminales a nivel nacional y global pueden dar mucha legitimidad" a los gobiernos que quieran hacer frente a las actuales políticas de austeridad.
"A cualquier demócrata no le da miedo que se abra un proceso de auditoría para aclarar cómo se han generado deudas, cómo se gestionan las cuentas del dinero público, cómo se realizan las contrataciones públicas", declara.
Aunque esto "debería servir para gente de izquierdas y derechas que se declare democrática", para Cutillas "estamos viendo que obviamente no es así, que eso es parte también del discurso de cara a la galería, que la opacidad reina (…) y que la opacidad, la falta de datos, la confusión, son gran parte de los recursos que tiene este poder".
Salida acordada del euro es posible
Si las negociaciones entre Atenas y Bruselas fracasan, Grecia podría optar por una salida del euro acordada con la Unión Europea, en opinión de Sergi Cutillas.
"Se recuperarían las herramientas de política monetaria y económica", afirma.
Para Cutillas, que subrayó que se trata de su opinión personal, es difícil que Grecia "tenga soberanía sobre su economía con este estado de endeudamiento y dentro de la eurozona".
"Pero también entiendo las grandes dificultades y el 'shock' que supondría salir de la eurozona", puntualizó.
Según el economista, "el impago ya sería una decisión fuerte, que tiene que ir acompañada de medidas como la nacionalización de la banca o control de capitales", pero salir del euro "es una decisión aún más dura y que supone un impacto más grande también para la población".
Para una salida "menos traumática" del euro, explica, "la mejor solución sería que las dos partes acordaran que esto sucediera, que hubiera de alguna forma un consenso para llevar a cabo este proceso y que la eurozona protegiera la salida de Grecia del euro, o sea, que protegiera la divisa para que no se devaluara más allá de unos límites, que protegiera también a sus bancos contra la quiebra, facilitando la financiación si fuera necesario".
Además, este especialista cree que en ese caso se "necesitarían una serie de medidas de reforma estructural de la economía" que son "muy difíciles de llevar a cabo si la población no está muy al lado de su Gobierno".
Cutillas precisó que el "mandato que tiene el Gobierno no es el de salir del euro" y que "si se tuviera que plantear este paso habría que comunicarlo muy claramente y quizás hacer un referéndum o algún tipo de consulta a la población para saber como se posiciona".
"Se tiene que crear el consenso alrededor de las medidas que se tomen", asevera.
Para el Gobierno, opina, es crucial "el control de algunos sectores estratégicos" para llevar a cabo "un cambio en la estructura productiva".
"Si uno no tiene estas herramientas y tampoco las herramientas de política monetaria, y no puede endeudarse porque está sobreendeudado, estás atado de pies y manos", explica, "es importante que dentro de la opción que se elija haya un margen de maniobra".
Agrega que "si te atan de pies y manos estás casi igual que saliendo del euro de forma unilateral".
"Éste es el planteamiento que no puede aceptar Syriza, este continuar con la austeridad, continuar privatizando, no permitiendo que se suban los salarios", afirma Cutillas.
El economista afirmó a esta agencia que no creía que hubiera un enfrentamiento entre las corrientes internas del partido sobre la conveniencia de una salida ordenada del euro.
"Hay diferentes facciones dentro de Syrizia, diferentes sensibilidades", explica, "pero por otro lado es sano que haya cierta tensión".
Cutillas dijo no conocer "suficientemente las interioridades de Syriza como para saber qué calibre tienen estos desacuerdos", pero para el miembro del Comité de auditoría de la deuda griega "está claro que es un momento en que es muy difícil manejar los equilibrios".
"Por un lado tenemos que lidiar con un 'establishment' europeo que es muy conservador y muy neoliberal, que está aplicando una terapia de 'shock'", explica, "y por otro, un Gobierno que no forma parte de este 'establishment', que es radical, que quiere profundizar la democracia, que quiere recuperar los mismos derechos sociales, laborales y humanos que se han deteriorado estos años".
Es en esta tensión, "donde se mueve el gobierno y es interesante que haya ese diálogo entre esos dos polos", añade.
"Que Syriza apriete al Gobierno es una manera de mantenerlo tenso y en contacto con las bases, lo que es positivo; el Gobierno debe aceptar esa crítica y también manejar la relación con el Eurogrupo, la eurozona, etcétera, una difícil tensión que ya sabíamos que cualquiera que se haya propuesto gobernar sabe que se va a encontrar con ella", explica.
El comité se formó a comienzos de abril por iniciativa del Parlamento griego y lo dirige el politólogo Eric Toussaint, portavoz del Comité para la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo.
Está formado por 30 miembros, 15 griegos y 15 expertos internacionales de varios campos, y es enteramente independiente.
Dos españoles forman parte de este comité: el economista Daniel Albarracín, asesor del partido político Podemos, y el propio Cutillas, economista y miembro del Observatorio de la Deuda y la Plataforma de la Auditoría Ciudadana de la Deuda.
"Durante las últimas tres semanas hemos estado avanzando y estamos escribiendo los primeros borradores de los capítulos", adelantó el economista a esta agencia.
Según explicó Cutillas a esta agencia, el Comité citó a varios ministros griegos "que habían encontrado algunas evidencias" del carácter ilegítimo de la deuda externa del país, aunque rehusó dar detalles y emplazó a la presentación del informe.
"Cuando presentemos el informe a finales de junio podremos dar una imagen más nítida, más clara de lo que consideramos ilegal, ilegítimo, odioso e insostenible (de la deuda externa)", afirmó.
Citó como ejemplo el interés abusivo al que se financió el primer rescate de Grecia y que "ha generado una deuda que es ilegítima"."Luego hay otros tipos de gastos generados por comisiones a políticos por parte de grandes transnacionales armamentísticas o en el sector sanitario que supondrían una deuda ilegal", detalló.
Añadió que las medidas de austeridad que incrementaron la deuda fueron impuestas "por instituciones de dudosa legitimidad democrática" lo que "permiten considerar que la deuda es odiosa".
Grecia apostará por giro radical
Existen pocas posibilidades de que Atenas y Bruselas alcancen un acuerdo que permita a Grecia volver a recibir la ayuda financiera suspendida en agosto, ante lo cual el Gobierno griego adoptará un giro radical que le permita tomar decisiones soberanas, opinó Cutillas.
"Dada la situación en la que estamos, dudo que se llegue a un acuerdo que satisfaga a las dos partes", explicó.
Según el economista, "las partes tienen ideologías diferentes" y existen dudas de que el ministro griego de Finanzas, Yanis Varufakis, "aceptase lo que se impone desde el núcleo duro de la eurozona", ya que supondría una escisión dentro del Gobierno y la necesidad "de que una parte de Syriza se juntase con fuerzas como To Potami (centro) o Pasok (socialdemócratas)".
Cutillas cree que este paso "supondría la pérdida del apoyo de la gente que ha votado a este partido (Syriza)" y equivaldría, "aunque durase algunos meses, al fin de esta fuerza".
El miembro del Comité de la auditoría de la deuda griega cree que Syriza no se encuentra en "ese camino, sino más bien en hacer un giro hacia la radicalidad democrática y tomar decisiones soberanas".
Cutillas explica que cuando Syriza llegó al Gobierno griego "inició un proceso de negociaciones en el que al principio proponía quitas moderadas de deuda a cambio de (modificar) los plazos de pago, también rebaja en los tipos de interés", pero "le dijeron que eso no podía ni considerarse".
Atenas entonces "rebajó su propuesta, una propuesta de rebaja de tipos de interés y de cambio de plazos, de relacionar el pago de la deuda con el crecimiento del PIB, de la economía", pero "también a esto se les dijo que no".
Finalmente "se llegó a un acuerdo el 20 de febrero, un acuerdo muy ambiguo que dejaba muy abierta la interpretación", pero ahora "parece que las negociaciones están estancadas".
"Lo que está claro es que se les pedía (…) continuar con las privatizaciones" y "esto no se ha llevado a cabo", señala.
El Gobierno griego, afirma, "no ha continuado llevando a cabo estas privatizaciones, estas flexibilizaciones, como las llaman, del mercado laboral, y esto ha supuesto también que por el otro lado se sea intransigente".
Según Cutillas, los acreedores "quieren ver primero que se continúa con la austeridad antes de desembolsar la última parte del rescate, que son estos 7.200 millones que parece que no están llegando y que si no llegan en las próximas semanas van a dejar sin dinero a la Hacienda griega y con dificultades de afrontar el próximo pago de deuda al FMI".
Para el economista, el Comité puede demostrar su función "cuando se llegue al momento en el que no se pueda afrontar a este pago y el Gobierno decida hacer un paso hacia la radicalidad democrática" y presentar "esta auditoría como un argumento de derecho, de legitimidad, para no pagar la deuda, que no puede pagar y no debe pagar, porque no la debe, porque está generada de forma ilegal, odiosa, ilegítima e insostenible".
Preguntado por esta agencia por la posibilidad de una suspensión de pagos del Gobierno heleno, contestó que "yo creo que Grecia está cerca de la suspensión de pagos, lo que no sabemos es en qué forma, si será de una forma más cooperativa o unilateral, si va a haber un intento de tutelaje del Gobierno, si va a haber un intento para hacer caer al Gobierno, si esto implicará una salida del euro… hay muchas dudas, muchas incógnitas".
Cutillas describió el proceso de auditoría de la deuda griega como "pionero en Europa" y necesario "para la salud democrática de la Unión Europea", por lo que "debería de extenderse a otros países".
Auditoría de deuda griega podría refundar la UE
La auditoría de la deuda griega puede a refundar la UE, opina Cutillas.
"Cualquier gobierno transformador que quiera contestar a este 'establishment', a estas elites financieras, tiene que llevar a cabo un proceso de apertura de los libros", afirma.
Pero también, añade, "incluir y hacer participar a la ciudadanía, para que se forme una opinión, para que participe, cree fuerza social para contestar esta deuda, y para sentar un precedente y un mecanismo democrático permanente, garantizar el derecho a la información y a la participación que se ha omitido, cuando no se ha transgredido, como sucede ahora".
Este economista cree que a pesar de que la iniciativa de auditar la deuda pueda parecer "una iniciativa menor", la revelación de "tramas de corrupción, tramas criminales a nivel nacional y global pueden dar mucha legitimidad" a los gobiernos que quieran hacer frente a las actuales políticas de austeridad.
"A cualquier demócrata no le da miedo que se abra un proceso de auditoría para aclarar cómo se han generado deudas, cómo se gestionan las cuentas del dinero público, cómo se realizan las contrataciones públicas", declara.
Aunque esto "debería servir para gente de izquierdas y derechas que se declare democrática", para Cutillas "estamos viendo que obviamente no es así, que eso es parte también del discurso de cara a la galería, que la opacidad reina (…) y que la opacidad, la falta de datos, la confusión, son gran parte de los recursos que tiene este poder".
Salida acordada del euro es posible
Si las negociaciones entre Atenas y Bruselas fracasan, Grecia podría optar por una salida del euro acordada con la Unión Europea, en opinión de Sergi Cutillas.
"Se recuperarían las herramientas de política monetaria y económica", afirma.
Para Cutillas, que subrayó que se trata de su opinión personal, es difícil que Grecia "tenga soberanía sobre su economía con este estado de endeudamiento y dentro de la eurozona".
"Pero también entiendo las grandes dificultades y el 'shock' que supondría salir de la eurozona", puntualizó.
Según el economista, "el impago ya sería una decisión fuerte, que tiene que ir acompañada de medidas como la nacionalización de la banca o control de capitales", pero salir del euro "es una decisión aún más dura y que supone un impacto más grande también para la población".
Para una salida "menos traumática" del euro, explica, "la mejor solución sería que las dos partes acordaran que esto sucediera, que hubiera de alguna forma un consenso para llevar a cabo este proceso y que la eurozona protegiera la salida de Grecia del euro, o sea, que protegiera la divisa para que no se devaluara más allá de unos límites, que protegiera también a sus bancos contra la quiebra, facilitando la financiación si fuera necesario".
Además, este especialista cree que en ese caso se "necesitarían una serie de medidas de reforma estructural de la economía" que son "muy difíciles de llevar a cabo si la población no está muy al lado de su Gobierno".
Cutillas precisó que el "mandato que tiene el Gobierno no es el de salir del euro" y que "si se tuviera que plantear este paso habría que comunicarlo muy claramente y quizás hacer un referéndum o algún tipo de consulta a la población para saber como se posiciona".
"Se tiene que crear el consenso alrededor de las medidas que se tomen", asevera.
Para el Gobierno, opina, es crucial "el control de algunos sectores estratégicos" para llevar a cabo "un cambio en la estructura productiva".
"Si uno no tiene estas herramientas y tampoco las herramientas de política monetaria, y no puede endeudarse porque está sobreendeudado, estás atado de pies y manos", explica, "es importante que dentro de la opción que se elija haya un margen de maniobra".
Agrega que "si te atan de pies y manos estás casi igual que saliendo del euro de forma unilateral".
"Éste es el planteamiento que no puede aceptar Syriza, este continuar con la austeridad, continuar privatizando, no permitiendo que se suban los salarios", afirma Cutillas.
El economista afirmó a esta agencia que no creía que hubiera un enfrentamiento entre las corrientes internas del partido sobre la conveniencia de una salida ordenada del euro.
"Hay diferentes facciones dentro de Syrizia, diferentes sensibilidades", explica, "pero por otro lado es sano que haya cierta tensión".
Cutillas dijo no conocer "suficientemente las interioridades de Syriza como para saber qué calibre tienen estos desacuerdos", pero para el miembro del Comité de auditoría de la deuda griega "está claro que es un momento en que es muy difícil manejar los equilibrios".
"Por un lado tenemos que lidiar con un 'establishment' europeo que es muy conservador y muy neoliberal, que está aplicando una terapia de 'shock'", explica, "y por otro, un Gobierno que no forma parte de este 'establishment', que es radical, que quiere profundizar la democracia, que quiere recuperar los mismos derechos sociales, laborales y humanos que se han deteriorado estos años".
Es en esta tensión, "donde se mueve el gobierno y es interesante que haya ese diálogo entre esos dos polos", añade.
"Que Syriza apriete al Gobierno es una manera de mantenerlo tenso y en contacto con las bases, lo que es positivo; el Gobierno debe aceptar esa crítica y también manejar la relación con el Eurogrupo, la eurozona, etcétera, una difícil tensión que ya sabíamos que cualquiera que se haya propuesto gobernar sabe que se va a encontrar con ella", explica.
El comité se formó a comienzos de abril por iniciativa del Parlamento griego y lo dirige el politólogo Eric Toussaint, portavoz del Comité para la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo.
Está formado por 30 miembros, 15 griegos y 15 expertos internacionales de varios campos, y es enteramente independiente.
Dos españoles forman parte de este comité: el economista Daniel Albarracín, asesor del partido político Podemos, y el propio Cutillas, economista y miembro del Observatorio de la Deuda y la Plataforma de la Auditoría Ciudadana de la Deuda.
"Durante las últimas tres semanas hemos estado avanzando y estamos escribiendo los primeros borradores de los capítulos", adelantó el economista a esta agencia.
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