MERCOSUR se convierte en un gigante
Vicky Peláez
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12:27
17/08/2012
Columna semanal por Vicky Peláez
La independencia era una simple cuestión de ganar la guerra. Los grandes
sacrificios vendrán después, para hacer de estos pueblos una sola patria (Simón
Bolívar, 1783 – 1830)
Los procesos históricos tienen una larga etapa de maduración para iniciar sus
primeros pasos. A la unidad latinoamericana le tomó unos 200 años para cruzar
por primera vez los Andes este último 31 de julio, fue el día cuando Venezuela
fue admitida en el Mercado Común del Sur (MERCOSUR) creado en 1991 por Brasil,
Argentina, Uruguay y Paraguay.
Seguro que con un día así habría estado soñando Simón Bolívar cuando
pronunció su famosa frase “la unidad no tiene precio”, según el libro de Gabriel
García Márquez, “El General en su Laberinto”. En estos largos 200 años los
poderosos del mundo hicieron todo lo posible para mantener “las venas abiertas
de América Latina” y los espíritus de sus pueblos en permanente desunión y
rivalidad para impedir la formación de una gran nación única basada en la
comunidad económica.
Ahora con la entrada de Venezuela, el MERCOSUR se ha convertido en uno de los
más grandes bloques comerciales en el mundo. Con su Producto Interno Bruto (PIB)
nominal de 3.3 millones de millones de dólares está disputando el tercer lugar
con el bloque asiático ASEAN (formado por 11 países cuyo PIB combinado oscila
entre 3.2 a 3.3 millones de millones de dólares), entre las uniones comerciales
más importantes del planeta, colocándose detrás del NAFTA (Estados Unidos,
Canadá y México con el PIB estimado en 18.6 millones de millones de dólares) y
Unión Europea compuesta por 27 países con el PIB total de 17.7 millones de
millones de dólares.
Ha tenido que pasar largos cinco años para que Venezuela sea admitida en el
MERCOSUR. A las corporaciones multinacionales y a los “iluminados”
globalizadores no les convenía la presencia bolivariana en el bloque sureño y,
no tanto en términos políticos como en los económicos. Para eso movieron,
primero al senado brasileño que no aprobaba durante largo tiempo el ingreso de
Venezuela y, después activaron sus hilos en el congreso paraguayo para que
vetara su incorporación con los argumentos elaborados en el Departamento de
Estado norteamericano. Inclusive el golpe de Estado en Paraguay fue orientado a
frenar el proceso de integración en América Latina, negando a la República
Bolivariana su ingreso en el MERCOSUR.
Sin embargo, no calcularon la correlación de las fuerzas en el continente y
su crecida madurez y unión tras del golpe de Estado en Honduras en el 2009.
Apostaron a la rivalidad entre los miembros del bloque e ignoraron una crecida
independencia de sus presidentes de los intereses y deseos de Washington. La
destitución de Fernando Lugo fue considerada dilatoria de la causa democrática
del MERCOSUR y el Paraguay fue suspendido hasta que se realice nuevas
elecciones, las que deberán realizarse el 21 de abril del 2013. La ausencia de
Paraguay en realidad abrió las puertas a Venezuela para su integración en el
bloque comercial porque desaparecieron los impedimentos creados por intereses
ajenos.
La base de cada bloque comercial es la seguridad energética y Venezuela en
este aspecto representa una joya invalorable. Las reservas probadas de petróleo
de la República Bolivariana tras alcanzar 297 miles de millones de barriles,
superaron los 265 miles de millones de barriles de Arabia Saudita,
convirtiéndose Venezuela en el país más rico en crudo en el mundo. Con su
incorporación las reservas combinadas de oro negro del MERCOSUR subieron a 323
miles de millones de barriles, lo que constituye el 32 por ciento de las
reservas mundiales que son alrededor de un millón de millones de barriles.
También el bloque cuenta con un cuatro por ciento de las reservas mundiales de
gas natural. Con esta capacidad energética MERCOSUR tiene una ventaja fabulosa
en comparación con otras uniones económicas.
Y eso no es todo. Aparte del gigantesco potencial petrolero y gasífero,
Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay tienen un enorme reservorio acuífero que
se extiende en 1.200 000 kilómetros cuadrados aproximadamente, conteniendo
alrededor de 50.000 kilómetros cúbicos de agua dulce, es decir el 27 por ciento
de las reservas mundiales que son alrededor de 185.000 kilómetros cúbicos. “Con
esta agua se podrá abastecer a unos siete miles de millones de habitantes del
planeta durante unos 200 años con 100 litros por persona al día”, según Peter
Koenig, ex especialista en el manejo de recursos de agua del Banco Mundial y el
autor de “Implosión” la novela que trata sobre guerras, destrucción del medio
ambiente y la avaricia corporativa.
Otra ventaja que le aporta al MERCOSUR la incorporación de Venezuela, es la
integración de América Latina y el Caribe, expandiéndose las fronteras del
bloque del Atlántico a los Andes y desde la Tierra de Fuego a las Antillas. Al
mismo tiempo hace disminuir el grado de competitividad económica entre los
miembros del bloque porque convierte sus relaciones comerciales en más
complementarias y recíprocas lo que facilita la solidificación de la unión.
Según la presidenta de Argentina Cristina Fernández, “no hay proceso de
integración regional si no nos complementamos”. Venezuela ofrece esta
posibilidad porque posee grandes reservas de hidrocarburos y también se
especializa en la extracción de hierro, cobre, plomo y diamantes. “Ahora”, como
dijo la presidenta de Argentina, “la incorporación de Venezuela cierra
definitivamente la ecuación de lo que va a ser este siglo XXI: energía,
minerales, alimentos, ciencia y tecnología”.
Sin embargo, Venezuela tiene un enorme déficit en el sector agroalimentario
que le obliga a importar un 80 por ciento de alimentos que consume gastando unos
30 mil millones de dólares al año, correspondiendo al MERCOSUR solamente 5.000
millones por el abastecimiento de estos productos. Brasil, Argentina, Paraguay y
Uruguay tienen todas las condiciones para proveer a la República Bolivariana de
cereales, grasas, aceites vegetales y animales, productos lácteos, bebidas,
carne etc. A la vez Brasil y Argentina pueden suministrar aeronaves, vehículos,
productos químicos y farmacéuticos, manufacturas, calzado etc., etc.
Y todo esto se podría realizar sin necesidad de recurrir al dólar o al euro,
haciendo el intercambio comercial usando las monedas nacionales o al pasar en el
futuro a la moneda única que podría ser la del ALBA, el “SUCRE” (Sistema
Unitario de Compensación Regional) adoptado en 2008 por los países miembros del
grupo. El Banco del ALBA acordó el valor inicial del signo monetario en US$
1.25. La unión monetaria del MERCOSUR dependerá de la voluntad de los gobiernos
de los países miembros y de la capacidad del Banco del Sur de superar la modorra
institucional e intelectual en la que se encuentra desde su creación en
setiembre de 2009.
No hay tiempo que perder ahora cuando se formó la primera en la historia de
América Latina una comunidad con el potencial económico solamente superado por
los Estados Unidos, la Unión Europea, China, India y el Japón. También se
fortaleció la unión política y Venezuela está actualmente menos aislada en
términos geopolíticos. Pero tampoco hay que olvidar que la alianza
geoestratégica entre Norteamérica y la OTAN está en crecimiento y ya no es la
primera vez que la OTAN está mostrando el interés en América Latina. Actualmente
existen 61 bases militares en el continente y de ellas 11 pertenecen a la OTAN:
Arruba – 1, Belice – 1, Guadalupe- 2, Guyana -3, Martinica -2, Curazao – 1, y
las Islas Malvinas.
A la vez en dos países del MERCOSUR – Argentina y Paraguay hay en cada uno
una base militar norteamericana precisamente en la zona de la Triple Frontera
entre Paraguay, Argentina y el Brasil donde está ubicado el reservorio acuífero
Guaraní. También el gobierno de Uruguay está mostrando últimamente un curioso
interés en la presencia de los comandos SEAL de la Armada estadounidense en su
territorio. Todos estos factores no son favorables a la integración
latinoamericana y en algún momento podrían ser utilizados para quebrar y dividir
el MERCOSUR.
Se supone que Cristina Fernández, Dilma Rousseff, José Mujica y Hugo Chávez
son conscientes de que está en sus manos la única oportunidad en los últimos 200
años, de formar una sólida unión latinoamericana con sus propias políticas
socioeconómicas de desarrollo e intereses capaz de desafiar los intentos de las
transnacionales y los bancos para imponer su hegemonía y su cultura basada en la
ideología del individualismo y la explotación cínica y despiadada del hombre por
el hombre.
Ya llegó la hora de aclarar a los globalizadores “iluminados” por el poder
del dinero lo que dijo Simón Bolívar al pensador, político y escritor de origen
suizo- francés Henri-Benjamin Constant (1767 – 1830), de acuerdo al libro de
Gabriel García Márquez “El Genera en su Laberinto (P. 133): “Así que no nos
hagan más el favor de decirnos lo que debemos hacer. No traten de enseñarnos
como debemos ser, no traten que seamos iguales a ustedes, no pretendan que
hagamos bien en 20 años lo que ustedes han hecho tan mal en más de dos mil”.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA
NOVOSTI
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